EL NUEVO PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO EDUCATIVO HONDUREÑO.
Enviado por Delmy Clarisa • 10 de Abril de 2016 • Ensayo • 1.976 Palabras (8 Páginas) • 1.321 Visitas
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS
Facultad de Humanidades y Artes
Carrera de Pedagogía y Ciencias de la Educación
Evaluación Educativa
Sección: 1300
Ensayo sobre el nuevo Paradigma de la Educación.
Delmy Clarisa Hernández Banegas
20131000216 N° 13[pic 3]
Msc. Milgian Martínez
Ciudad Universitaria “José Trinidad Reyes”
Tegucigalpa M. D. C.
03/04/2016
EL NUEVO PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO EDUCATIVO HONDUREÑO.
En Honduras ha persistido durante varios años la educación tradicional en el que el maestro es la autoridad máxima del alumno, al cual debe obedecérsele sus normas y escucharle pasivamente ya que es quien posee todos los conocimientos. Sin embargo con la implementación del nuevo Currículum Nacional Base se pretende erradicar este paradigma educativo implementando otro nuevo basado en el modelo constructivista.
En este nuevo paradigma, el educando es el eje por donde giran los demás miembros de la comunidad y se le prepara para que pueda responder ante los problemas cotidianos. Por eso el proceso de evaluación cambia radicalmente, ya que toma en cuenta, no solo el conocimiento adquirido, sino las habilidades y destrezas de los estudiantes, así como los valores y actitudes demostrados.
Precisamente para profundizar este tópico, se presenta el tema: “La evaluación en el Nuevo Paradigma Educativo”, el cual, para su entendimiento, responde a la siguiente estructura: se inicia con la definición del término evaluación desde diferentes puntos de vista; seguidamente se define la palabra modelo y por consiguiente, modelo educativo.
Teniendo conocimiento al respecto, se dan a conocer las características del nuevo paradigma educativo en Honduras para luego abordar el tema general que no hace más que establecer la diferencia entre la forma de evaluación se aplica en ambos paradigmas educativos.
La evaluación es considerada por lo general como el acto de medir las capacidades de las personas, animales e incluso las cosas. De esa cuenta se puede decir que ésta ha venido practicándose en casi todas las actividades del ser humano. En algunos casos el valor que se le da a éstos es cualitativo. Sin embargo, como regularmente pasa en las escuelas, se le asigna un valor cuantitativo a las características de los alumnos: su conducta, sus conocimientos y sus habilidades adquiridas en el proceso de aprendizaje.
Al respecto, la Real Academia Española (2001) define la evaluación como la acción de estimar, apreciar, calcular o señalar el valor de algo. Por su puesto, esto implica medir cuantitativa o cualitativamente. Esto hace que en las escuelas se tome la evaluación como sinónimo de medición la medición es solamente un momento de la evaluación y se complementa con dos más: la comparación y la emisión de juicios de valor.
Esto significa que los exámenes escolares que regularmente estiman un punteo o nota al educando no completan el proceso de evaluación como tal, ya que simplemente se restringen a medir cuantitativamente los conocimientos alcanzados, sin compararlos e interpretarlos. Para que el proceso se complete, requiere que los educandos se sometan varias veces al momento de medición para comparar los resultados y estar finalmente seguros de poder emitirles un juicio de valor al respecto. Esto hace que los educandos tomen los exámenes como una manera de fortalecer su aprendizaje y mejorarlo en otros momentos de medición.
Nuevo Paradigma Educativo. Un paradigma, es el modelo de educación que se imparte en determinado tiempo y espacio, que aplica técnicas y métodos de enseñanza característicos de sí mismo. Este conjunto de procederes se vuelve precisamente un paradigma porque se llega a implementar durante mucho tiempo hasta el punto de considerarlo como algo ejemplar y difícil de cambiar.
Específicamente en Honduras, hace pocos años atrás, el paradigma educativo se caracterizaba por ser un sistema de educación tradicional. En este paradigma el maestro es la personalidad más importante, sabe todo, transmite sus conocimientos y es la autoridad. Los alumnos obedecen sus reglas y pasivamente reciben informaciones no significativas; incluso en idiomas ajenos a éstos. La memorización de la información es clásica en este modelo y necesaria para aprobar los exámenes de carácter objetivo que se responden en forma individual, ya que también el modelo persigue un sentido de competencia entre los alumnos.
En oposición al tradicionalismo, aparece el nuevo paradigma educativo, que concibe la realidad de forma diferente. Al respecto el nuevo paradigma fortalece el aprendizaje, el sentido participativo y el ejercicio de la ciudadanía. Asimismo reconoce que el idioma y la cultura del educando son imprescindibles para desarrollar un aprendizaje significativo y construir sus nuevos conocimientos; de allí que su base es el Constructivismo.
El nuevo paradigma, pretende crear en la comunidad educativa, un ambiente de armonía, cooperación y participación mediante el trabajo en equipo. Esto para fortalecer los valores de convivencia como el respeto, solidaridad, responsabilidad y honestidad. Asimismo pretende desarrollar en el educando, no sólo conocimientos sino habilidades, destrezas y valores morales; con lo cual, se consigue un ciudadano activo, crítico, participativo y creativo; mas no pasivo e independiente así como en el paradigma tradicional.
La Evaluación en el Nuevo Paradigma Educativo “Dime cómo evalúas y te diré qué tipo de educador eres” (Santos Guerra, 1998). Indudablemente la forma en que se evalúa delata el modelo de educación que se practica. En el sistema tradicional de acuerdo con Roncal Martínez casi siempre se evalúa al educando pero no al docente; a veces se cree que el primero no pone la debida atención, cuando de repente es el segundo quien aplica mala metodología. Asimismo sólo se evalúan los conocimientos y resultados pretendidos por el profesor, mas no por el alumno; consecuentemente, de manera descontextualizada.
La evaluación cuantitativa mediante instrumentos objetivos es clásica en el tradicionalismo y no toma en cuenta las cualidades del alumno así como su opinión personal, sus principios de convivencia, sus habilidades y destrezas. Con lo que puede decirse que el tradicionalismo evalúa objetivos mientras que el modelo constructivista evalúa competencias.
Además, lo que se evalúa, frecuentemente no tiene relación con el contenido planificado, además de que se hace con un sentido de competitividad para dar los primeros lugares a quienes han logrado la mejor puntuación, tipificando a los de bajo rendimiento como tontos u otros sobrenombres que degradan su autoestima.
Es muy común también que en las escuelas tradicionalistas se evalúa para controlar a los alumnos, muchas veces porque la clase no ha sido planificada. Muy pocas veces se hace auto-evaluación y coevaluación; es el profesor quien evalúa los conocimientos por ser la autoridad del aula.
Todos los “peros” existentes en el sistema tradicional son superados por el nuevo paradigma educativo, en el cual la evaluación es responsabilidad del maestro y del alumno; y además de evaluar la metodología aplicada; también se evalúa la conducta, habilidad y conocimiento del educando. Desde el nuevo paradigma educativo, define la evaluación de los aprendizajes como el proceso pedagógico, sistemático, instrumental, analítico y reflexivo, que permite interpretar la información obtenida acerca del nivel de logro que han alcanzado los y las estudiantes, en las competencias esperadas, con el fin de formar juicios de valor y tomar decisiones para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje y definir la promoción y la certificación.
Aún se evidencia que la evaluación es sistemática y que requiere de calificaciones para poder aprobar determinada área o sub área, sin embargo estas calificaciones se obtienen de diferentes maneras, aplicando distintas formas de evaluación así como de herramientas innovadoras.
La evaluación en este sentido no sólo se lleva a cabo al final de la clase, del bimestre o del año escolar, sino que implica tres etapas muy importantes: inicial, continua y final, las cuales, cumplen con tres funciones respectivamente: diagnóstica, formativa y sumativa.
Al momento de comenzar un tema, una unidad o un ciclo escolar, es necesario hacer una evaluación inicial o diagnóstica en la que se verifica el conocimiento previo de los estudiantes, las debilidades y fortalezas de los mismos al respecto. Seguidamente la evaluación debe ser constante y continúa durante el desarrollo de las clases. Y con base a ésta se va determinando si la metodología aplicada es funcional, de lo contrario debe mejorarse o cambiarse. Esto significa que la evaluación se convierte tanto para el docente como para el dicente, en una herramienta de prueba y error que contribuye al fortalecimiento del aprendizaje y al mejoramiento de la metodología y técnicas utilizadas.
Finalmente, después de haber fortalecido el conocimiento de los educandos y mejorado la metodología del educador, se procede a evaluar en conjunto todo lo enseñado. A esta etapa se le llama sumativa o final. De acuerdo a las calificaciones obtenidas en ella, se decide la promoción de los educandos, aprobados o reprobados. Sin embargo el proceso no muere allí, sino continúa con la retroalimentación de los contenidos abordados.
Otra de las características importantes de la evaluación en el nuevo paradigma es que a diferencia del sistema tradicional, lo cuantitativo hace referencia a las cantidades numéricas con las que se valoran los conocimientos adquiridos y lo cualitativo son calificativos que se le atribuye a la formación afectiva del educando, es decir su conducta; asimismo sus habilidades, destrezas, valores y hábitos, ya que éstas cualidades no se pueden medir mediante cantidades.
Es preciso, pues, evaluar todos los aspectos que integran la personalidad de individuo así como lo conceptual, procedimental y actitudinal; es decir, lo que se sabe, lo que se sabe hacer y lo que se es. No sólo la teoría y no sólo la práctica, ambas cosas a la vez.
En los párrafos anteriores se dice que en el sistema tradicional educativo el único agente que lleva a cabo el proceso de evaluación es el docente; contrariamente a lo que sucede en el nuevo paradigma, ya que en este proceso toman parte los estudiantes. De esa cuenta la evaluación puede clasificarse en autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.
En el primer caso es el estudiante quien valora su aprendizaje con autonomía tomando conciencia de sus avances. En el segundo caso dicha valoración es compartida entre los estudiantes; se puede por ejemplo, que recíprocamente un alumno califique a otro, un alumno al maestro, o bien, un alumno a un grupo.
La heteroevaluación en cambio es la que regularmente se practica en la educación tradicional, en la que el orientador se encarga del proceso de evaluación. La diferencia entonces radica en que el nuevo paradigma educativo exige que se cumplan los tres tipos de evaluación de acuerdo a sus agentes
Además existe también diferencia entre la heteroevaluación del sistema tradicional y del nuevo paradigma. En éste último es preciso utilizar herramientas innovadoras y no necesariamente exámenes objetivos que requieren de memorizar los contenidos, como por ejemplo las pruebas de verdadero o falso, selección simple y otros. Por eso se sugieren herramientas como la observación, la entrevista, el análisis de contenido y el diario. Cuando hay que evaluar el conocimiento es recomendable el uso de cuestionarios, esquemas, mapas conceptuales y cuadros sinópticos. Cuando se evalúan los procedimentales, la lista de cotejo es la más adecuada. Para los afectivos son recomendables las escalas de estimación, técnicas sociométricas como el sociograma y sociodrama, así como los dilemas morales. Se concluye entonces en que hay un gran abismo entre las prácticas de evaluación del sistema tradicional y del nuevo paradigma educativo. Con el simple hecho de que en éste último aparecen otros agentes y se realiza varias veces, y que no apunta sólo a la memorización de contenidos, sino a los valores morales y las habilidades del educando, definitivamente es la más aceptable ya que promete la integridad del educando
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