ESTADO, CIUDADANIA Y DEMOCRACIA
Enviado por Alzdonna • 25 de Octubre de 2015 • Documentos de Investigación • 18.250 Palabras (73 Páginas) • 132 Visitas
ESTADO, CIUDADANIA Y DEMOCRACIA
Consideraciones generales
La historia no se detiene. Hemos visto en este curso en qué condiciones se formaron las instituciones políticas, las leyes, el pensamiento político y las grandes teorías que se han dado en este aspecto.
Las condiciones de cambio económico, político, social y cultural han ido transformando a las instituciones, las leyes, las teorías y el pensamiento político. Son tantos los elementos que han intervenido en este largo proceso histórico, que no los enumeraremos aquí. Sólo te pedimos que recuerdes algunas de las grandes líneas de desarrollo en esta contradictoria evolución.
El Estado nace en la Antigüedad, se formó, como una consecuencia de la llamada “Revolución neolítica”, es decir, la serie de profundas transformaciones que acompañaron a los procesos de sedentarización y urbanización derivados, a su vez, de la producción y distribución de alimentos (ganadería y agricultura).
La evolución del Estado ha sido estudiada en este curso; podemos recuperar a muy grandes rasgos las etapas del mismo, que sufre importantes avances en la civilización griega y el Imperio romano, de los que destacaremos elementos básicos como la forma de gobierno democrática en (Atenas) o la República y otras instituciones romanas. La herencia de los pueblos bárbaros y de la Iglesia católica, junto con los restos del Imperio romano, conjugaron elementos político jurídicos para la formación de las instituciones feudales y por tanto, del Estado feudal señorial.
Posteriormente, en plena evolución hacia el capitalismo, se forma y consolida el Estado absolutista, a su vez derribado por las revoluciones democrático-burguesas que aportaron las tesis del liberalismo, las formas republicanas de gobierno y los derechos humanos. Destaca particularmente la división de poderes, mediante la cual desapareció la concentración de poder en unas solas manos, para repartirse por igual en tres de ellos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
A partir de las contradicciones generadas en las sociedades avanzadas, nació y se desarrolló el socialismo como un conjunto heterogéneo de teorías y prácticas, de las que destacan tres corrientes: el marxismo (comunismo), el anarquismo y el reformismo en todas sus variantes. Los primeros estados fundados bajo la ideología marxista, fueron la URSS, los regímenes comunistas de Europa del Este, China y posteriormente Vietnam, Corea y Cuba, por mencionar a los más destacados. La mayor parte se fundaron después de la toma del poder mediante una revolución o por la liberación del dominio extranjero. El régimen político establecido, aunque con algunas diferencias, implicaba el establecimiento de un Estado fuerte, centralista, gobernado por un solo partido y que tendría como una característica importante la planeación económica estatal prácticamente absoluta. Para estos regímenes la democracia occidental (capitalista) era sólo una argucia legal, puesto que en la práctica no existía la igualdad ante la ley si no había igualdad económica. La verdadera democracia, afirmaban los socialistas, sólo se puede dar cuando no existe la propiedad privada sobre los medios de producción, es decir, cuando no haya clases sociales. Al mismo tiempo, algunas instituciones socialistas tenían fuertes tintes policíacos y dictatoriales en las que la libertad de expresión, de organización y otra más, casi no existía.
Un Estado formado por aspectos negativos del capitalismo y del socialismo, fue el régimen fascista de entreguerras. Se trató de un estado policíaco, racista y belicista patrocinado por grandes monopolios, que reprimía y asesinaba brutalmente a los opositores y se estableció también mediante un partido único controlado por un líder absoluto, como el führer y el duce, que de alguna manera provocaron la Segunda guerra mundial.
El proceso de descolonización que se presentó en la segunda posguerra, estuvo marcado por una gran heterogeneidad, que comprendía diversas ideologías, grupos de interés y formas de lucha. Los estados que se fundaron en las excolonias, también fueron diversos y se caracterizaron por cierta inestabilidad debida, sobre todo a la injerencia de las potencias capitalistas o socialistas. Se creía y deseaba llegar a una tercera vía, ni capitalista ni socialista (de ahí el nombre de “tercermundistas” aplicado a estos países).
Tanto América Latina como Asia y África, cuyos pueblos sufrieron y han sufrido la explotación de las grandes potencias y sus empresas, han soportado intervenciones, pacíficas o no, golpes de estado, establecimiento de dictaduras de diversos signos y por tanto, los estados han tenido una evolución peculiar.
La caída del llamado socialismo real tuvo, entre otras consecuencias, la de facilitar la implantación de un nuevo modelo económico-político: el neoliberalismo, caracterizado por pregonar la limitación de las funciones estatales en cuanto a intervención en la economía, lo que ha implicado importantes cambios políticos.
Como hemos visto en este resumen, los estados han cambiado a lo largo del tiempo, lo mismo ha sucedido con el concepto de ciudadanía, que a grandes rasgos ha ido evolucionando desde su existencia limitada pero destacada con los griegos y romanos (en el contexto del modo de producción esclavista), su desaparición en el feudalismo, su restablecimiento con las revoluciones burguesas y su enriquecimiento en las instituciones actuales.
Acorde con las transformaciones señaladas, ha cambiado enormemente el concepto de democracia, muy lejos ya del de Atenas. Recordemos que en dicha ciudad-estado de Grecia, se trataba de una forma de gobierno con participación de los ciudadanos: hombres libres y propietarios nacidos en Atenas o Roma. Éstos eran apenas la minoría de la población, puesto que los esclavos, las mujeres y aquellos que no tenían cierta riqueza, quedaban excluidos del concepto mismo de ciudadanos y por tanto, de participar en la vida pública.
La democracia, a la caída de la civilización griega, tuvo que esperar largos siglos para resurgir; encontramos algunos rasgos de participación popular en algunas ciudades medievales, como los cantones suizos y durante el Renacimiento, en algunas ciudades-estado, principalmente de Italia.
Las revoluciones democrático-burguesas también en este aspecto aportaron muchos elementos al desarrollo de la democracia; cuyo concepto, como hemos visto, se limita prácticamente a los aspectos políticos.
Los países socialistas aportaron un elemento clave al concepto de democracia, a partir del socialismo ésta no se entendería sin abarcar los aspectos económicos y sociales. Una verdadera democracia debe incluir la igualdad económica o al menos la igualdad de oportunidades para desarrollarse en una sociedad.
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