Educacion Chilena
Enviado por yo1000 • 16 de Agosto de 2011 • 1.295 Palabras (6 Páginas) • 882 Visitas
http://sicom.cat/monobert/2011/08/12/chile-educacion-conflicto/
este es un ensayo el cual encontre, de manuel cabiesses el cual lo encontre interesante y verdadero y me gustaria compartir.
saludos
carolina
P.D.: esto no lo hice yo lo saque de internet.
Chile: ¡No aflojen, cabros!
Manuel Cabieses, director revista Punto Final
Sin Permiso 07/08/11
Frustración e indignación produjo la propuesta que entregó el ministro de Educación, Felipe Bulnes Serrano, a los estudiantes universitarios y secundarios y al Colegio de Profesores. Se esperaba mucho más, un documento que estuviera a la altura de la magnitud y complejidad del problema y que se hiciera cargo de abordarlo a fondo, para iniciar la verdadera revolución que necesita el anquilosado y antidemocrático sistema educacional chileno.
Sin embargo, no fue así. El gobierno ni siquiera intentó situarse por encima de sus compromisos ideológicos y de los intereses económicos que representa para asumir el liderazgo patriótico y la visión de futuro que reclama la mayoría del país que apoya al movimiento estudiantil. Prefirió dejar las cosas tal como estaban antes del cambio de gabinete y ahora, se encuentra hundido hasta el pescuezo en el pantano que cada día se hace más espeso con la incorporación de variados contingentes a la protesta social liderada por los estudiantes. Desaprovechando la oportunidad de enfrentar de una vez por todas un problema que se ha convertido en insoluble tanto para los gobiernos de la Concertación como de la derecha, el ministro Bulnes prefirió proponer esbozos de soluciones en algunos temas e ignorar otros que son sustanciales en la demanda estudiantil. Como es habitual, se intenta levantar falsas expectativas a través de la consagración constitucional de principios que, según inveterada experiencia, permanecerán incumplidos. A la vez se esquivan las exigencias específicas de los jóvenes universitarios y secundarios. Las movilizaciones de estudiantes y profesores -que han concitado el apoyo de millones de ciudadanos-, están alcanzando su máxima tensión. El 9 de agosto se anuncia un paro nacional que sin duda convocará un apoyo multitudinario. La intención del gobierno, en vez de hacerse eco del reclamo nacional por una educación pública y gratuita, intenta desgastar al movimiento estudiantil para desactivar la creciente protesta social que desencadena la lucha estudiantil. La propuesta del ministro de Educación trata de “emborrachar la perdiz”, valiéndose de un juego politiquero, para derrotar a los estudiantes en la mesa de negociaciones y sacar el conflicto de las calles.
Demandas como eliminar el lucro en la educación, la desmunicipalización de los colegios y una clara hegemonía de la educación pública, han caído en oídos sordos. Igualmente la necesidad de una reforma tributaria y de la renacionalización del cobre como fuentes de financiamiento para una política educacional que inicie un cambio igualitario en beneficio, sobre todo, de los sectores más empobrecidos. Nada dice la propuesta del gobierno sobre estos temas. Incluso los grandes empresarios -con evidente oportunismo- han declarado su disposición a considerar una reforma tributaria dado el objetivo superior que se busca. Los 4.000 millones de dólares en seis años que el gobierno ofrece para el conjunto de la educación chilena (a razón de unos 650 millones de dólares anuales), resultan insuficientes para un sistema que abarca desde la educación preescolar hasta la formación terciaria, incluyendo la educación técnico-profesional que se encuentra en estado casi terminal. El ministro Bulnes, junto con reconocer la demanda de un financiamiento adicional a esos 4 mil millones de dólares, ha sostenido que el gobierno no puede acceder, porque arriesgaría “sensiblemente” metas prioritarias en educación, vivienda y combate de la extrema pobreza. El argumento es engañoso. Precisamente porque existen otras necesidades urgentes, se hace necesaria una reforma tributaria y gravámenes efectivos a las ganancias de las transnacionales del cobre, para atender necesidades vitales como educación, extrema pobreza, salud y vivienda, particularmente en las zonas afectadas por el terremoto. El gobierno busca salidas
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