Educacion
Enviado por mapuc • 18 de Abril de 2015 • 451 Palabras (2 Páginas) • 151 Visitas
EL MEGAPROYECTO Y LOS MEGAPROBLEMAS
juanjogp@une.net.co
Este asunto alucinante de Parques del Río nos tiene preocupadísimos a no sé cuántos habitantes de Medellín. Ha sido machacado en todos los tiempos y espacios de conversación. Nada sé de ingeniería ni de obras de infraestructura, pero sí conozco mi ciudad y a mi gente. Presumo que el megaproyecto es excelente, sugestivo, estético. Pero pongo en duda su real sentido de la oportunidad en medio de los megaproblemas de inseguridad, movilidad, déficit de empleo y vivienda que nos agobian. Una condición básica del buen gobierno es la capacidad de priorizar para resolver las complejas necesidades urbanas con un orden metódico y de modo eficiente.
He leído y oído conceptos en favor y en contra del megaproyecto. Es cierto que el progreso de una ciudad tiene que apuntar al futuro, que en los tiempos actuales no puede eludirse la función de pensar y planear en grande, con la más amplia perspectiva. Sin embargo, no es sensato emprender carreras desbocadas con el pretexto de recobrar decenios perdidos, ni puede ser juicioso romper el equilibrio entre la audacia y la ponderación. Tampoco es atinado desdeñar la posibilidad de hacer consultas públicas y reconocer la razonabilidad de sectores de opinión comunitarios, académicos, mediáticos y gremiales que se caracterizan por su criterio técnico, su vocación cívica y su altruismo al enfocar los problemas de Medellín. No hay por qué desconceptuarlos como opositores ordinarios o sugerir que defienden intereses particulares.
Hay una diferencia enorme entre la ciudad que se ve en los render, en los videos y las maquetas, en las revistas promocionales, donde aparecen felices caminantes que disfrutan de la eterna primavera, señoras que recorren las alamedas empujando cochecitos de bebés, en un entorno seguro, apacible y reverdecido, y la otra ciudad de tremendas congestiones viales, de bandas y combos delictivos que trazan fronteras imaginarias, de pobres vagos y desocupados que invaden los parques. En la ciudad virtual de las presentaciones propagandísticas todo se asimila a un jardín idílico y sonriente. Mientras tanto, discurre la ciudad real, apremiante, que urge soluciones tan audaces como transformadoras, que demanda estrategias inaplazables de planeación, gestión administrativa e inversión social.
Todos los días se hacen preguntas que los mandatarios deberían respondernos a los ciudadanos. A propósito, he releído las diez cuestiones francas y valerosas que lanzó hace dos años el Arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo. La décima es contundente: ¿Por qué mejora la infraestructura pero los niveles de pobreza no bajan; por qué decimos que la ciudad va bien y la gente está mal? Los megaproyectos acreditan una ciudad global innovadora, mas son insuficientes si se perpetúa la inequidad. Que no minimicen la magnitud de los megaproblemas desbordantes ni la responsabilidad
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