El Arbitraje: un Mecanismo para Solucionar Conflictos

El Arbitraje: un Mecanismo para Solucionar Conflictos

‘El recurrir a la Corte Permanente de Arbitraje es un signo digno de dos civilizaciones desarrolladas comprometidas con el Derecho internacional’ (Estela, 2015). Dicha frase hace referencia al arduo proceso que se llevó a cabo entre dos países vecinos, Perú y Chile, con la finalidad de determinar sus límites marítimos ante el fallo de la Corte de la Haya.

En este sentido, se evidencia que el arbitraje tiene un papel incluso de corte internacional. Pero, antes de ello, se debe de entender lo que implica el arbitraje. Entonces, se entiende a este como un mecanismo de solución de controversias o litigios en el cual ambas partes nombraran a un árbitro o tribunal de varios árbitros, quienes dictarán una decisión, y una vez dictada esta será inapelable. Pues, se entiende que ambas partes entran en un entorno de ganar y/o perder, ya que cabe la posibilidad que uno de los bandos no perciba como justa la decisión tomada por el árbitro; además de ello se puede decir que es más pragmático y rentable (Budjac, 2011). Es decir, el arbitraje será siempre voluntario y responde a un acuerdo entre las partes, quienes elegirán el / los árbitros, el idioma, el lugar y la ley, y será este el encargado de buscar solución al conflicto. Asimismo, también es llamado forma híbrida de resolución de disputas internacionales, debido a que trabaja en conjunto con los elementos de procedimiento de derecho civil y procedimiento de derecho consuetudinario, facilitando a ambas partes una oportunidad significativa para diseñar el procedimiento arbitral bajo el cual se resolverá su disputa (Abad, 2016).

De modo que, específicamente, cuando se hace referencia al arbitraje internacional, se refiere a que las partes tienen su domicilio o residencia en diferentes estados, o tienen nexos significativos con un ordenamiento jurídico extranjero. Además, está regulado por convenios y tratados internacionales, tanto bilaterales como multilaterales.

Con el objetivo de dar a conocer al arbitraje como un mecanismo alternativo que nos ayude a solucionar conflictos, ya sea entre personas naturales o jurídicas, en diversos temas. El siguiente ensayo se centrará en puntos como: las implicancias del proceso de arbitraje e importancia del arbitraje, las ventajas y desventajas del arbitraje, los principios que involucra este mecanismo, las entidades e instituciones que cumplen este rol, y por último a modo de ejemplo arbitral de carácter  nacional, el caso del fallo realizado por la Corte Internacional de Justicia, respecto a la frontera marítima entre Perú y Chile.  

En primera instancia se abordan las implicancias del proceso de arbitraje. Este funciona de la siguiente manera: en caso de originarse un conflicto entre las partes, cada una de estas elaborará un documento en el que presentará su propuesta de solución al conflicto. Ambos documentos tendrán que ser entregados al árbitro, quien los examina y elige uno de acuerdo a criterios como la racionalidad, proporcionalidad, justicia, sin modificarlo en lo más mínimo, y es atribuido como el carácter de laudo. En suma, es indispensable la presencia de una audiencia donde cada parte pueda expresar su respectiva propuesta plasmadas en documentos oficiales para que el árbitro pueda evaluar ambas propuestas y decida la mejor solución posible. Cabe señalar que en caso de incumplimiento, su ejecución será llevada a cabo por la justicia ordinaria, a través de un trámite especial y vía de apremio.

Ante lo expuesto, se destaca la importancia que tiene. Esta radica en la necesidad de poner fin de forma expedita y rápida a un litigio; respalda la confianza que las partes depositan en sus árbitros; las partes pueden ser utilizadas en varios temas como en lo laboral, comercial, industrial, etc. Asimismo, las partes pueden acomodar los procedimientos a sus necesidades; es menos formal, más ágil y menos oneroso que el proceso judicial. Además, cabe señalar que el arbitraje ha tenido un impacto significativo en las transacciones comerciales y en los contratos públicos en los últimos años en nuestro país (Aillaud, 2001).

En segunda instancia, se tocan las ventajas del arbitraje. Entre las principales se puede mencionar la rapidez debido a que representa un proceso significativamente más corto frente al clásico proceso judicial; simplicidad y flexibilidad, a la carencia de formalismos y trámites que se requieren en el proceso judicial y por la libertad con la que cuentan las partes para establecer las reglas del procedimiento arbitral a través de los diversos tipos de arbitraje (Ad hoc, Institucional, de derecho, de equidad e internacional); especialización, las partes tienen el derecho de elegir entre un árbitro único o un tribunal arbitral compuesto por varios árbitros, en función de la complejidad de la controversia, además los árbitros cuentan con mayor libertad en la aplicación de las normas jurídicas que los jueces; dedicación, la carga procesal de los árbitros no es la misma que los jueces en el sistema judicial lo cual les permite dedicarse exclusivamente a la solución del conflicto establecido; y finalmente confidencialidad y privacidad, debido a que los árbitros están obligados a mantener total reserva de la información que se actúe en el proceso arbitral, en este último sólo intervienen los árbitros, las partes interesadas y los abogados de las partes (Soto, 2008).

En cuanto a las desventajas; a pesar de que, el arbitraje es considerado uno de los mecanismos más eficientes de resolución de conflictos, es uno de los mecanismos del que menos se conoce y esto se debe a que es es utilizada regularmente sólo por quienes poseen ingresos económicos suficientes para hacerse cargo del proceso (Narváez y Castilla, 2021).

Adicionalmente, entre indicadores de acceso al arbitraje obtenidos, se tiene el arbitraje de Colombia. Referido al caso de inversión y a los casos relativos al ámbito comercial; no obstante, para el consumidor o la sociedad en general, los indicadores siguen siendo bajos. Debido a esto se presenta una problemática referente a que el arbitraje adopta más señales de justicia privada que de elemento de colaboración a la sociedad con la función de administrar justicia. Además de considerar que no todas las entidades se encuentran en la capacidad de asumir los costes económicos que supone poder acceder a un tribunal arbitral. La situación resulta más compleja en aquellos casos en que acudir a un tribunal de arbitramento es el resultado de una cláusula compromisoria contenida en un contrato predispuesto (Narváez y Castilla, 2021). Estas situaciones merecen ser analizadas buscando que el arbitraje cumpla puntualmente como vía alternativa y eficiente a la jurisdicción en la resolución de conflictos y no exclusivamente como privatización de la justicia. Sin embargo no es extraña la tendencia que actualmente viene presentándose en la mayoría de los países del mundo, en donde muchos servicios como la salud, la infraestructura, los puertos, entre otros, han pasado a ser administrados por entes privados en búsqueda de mejorar la eficiencia y la competitividad, teniendo en cuenta que hasta hoy el Estado no se ha caracterizado por ser el mejor administrador. Tal inclusión ha de ser entendida como una opción adicional a la administración de justicia, la cual debe surtir los mismos efectos, ofrecer seguridad jurídica y con la ventaja adicional de dar un respiro a la jurisdicción (Maldonado y Montaña, 2017).

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