El Estado absolutista

ANDERSON. El Estado absolutista.

Capítulo 1. El Estado absolutista en Occidente

SXVI → apareció en Occidente el Estado absolutista. Las monarquías centralizadas de Francia, Inglaterra y España representaron una ruptura decisiva con la soberanía piramidal y fragmentada de las formaciones sociales medievales.

Sistemas políticos que caracterizaron a la transición del feudalismo al capitalismo.

Las monarquías absolutas introdujeron unos ejércitos y una burocracia permanentes, un sistema nacional de impuestos, un derecho codificado y los comienzos de un mercado unificado. Estas características parecerían ser capitalistas, pero no. El fin de la servidumbre no significó por sí mismo la desaparición de las relaciones feudales en el campo.

Los cambios en la forma de explotación feudal que acaecieron al final de la época medieval fueron los que modificaron las formas del Estado. El absolutismo fue esencialmente eso: un aparato reorganizado y potenciado de dominación feudal, destinado a mantener a las masas campesinas en su posición social tradicional. Fue el nuevo caparazón político de una nobleza amenazada (compensación por la desparición de la servidumbre). La monarquía absoluta fue una forma diferente de monarquía feudal, pero la clase dominante continuó siendo la misma.

El poder de los señores feudales quedó amenazado por la desparición gradual de la servidumbre. El resultado fue un desplazamiento de la coerción política en un sentido ascendente hacia una cima centralizada y militarizada: el Estado absolutista. El resultado de este proceso fue un aparato reforzado de poder real cuya función política permanente era la represión de las masas campesinas.

La llegada del absolutismo fue, para la propia clase dominante a cuyos intereses servía, un proceso marcado por rupturas y conflictos.

Los Estados monárquicos del Renacimiento fueron ante todo y sobre todo instrumentos modernizados para el mantenimiento del dominio nobiliario sobre las masas rurales.

Nuevo antagonista para la aristocracia: burguesía mercantil que se había desarrollado en las ciudades medievales. Fue su intromisión lo que impidió que la nobleza occidental ajustara cuentas con el campesinado al modo oriental, es decir, aniquilando su resistencia y encadenándolo al señorío.

Las primeras monarquías “nuevas” se irguieron prácticamente al mismo tiempo (FXV, PXVI): Luis XI, Fernando e Isabel, Enrique VII y Maximiliano (Austria).

→ Estructura determinada fundamentalmente por el reagrupamiento feudal contra el campesinado, tras la disolución de la servidumbre; pero sobredeterminada por el auge de la burguesía urbana que, tras una serie de avances técnicos y comerciales, estaba desarrollando ya las manufacturas preindustriales en un volumen considerable.

Resurgimiento del derecho romano. Económicamente, fue un signo de expansión de las relaciones capitalistas en las ciudades y en el campo. Respondía a los intereses vitales de la burguesía comercial y manufacturera. Políticamente, correpondía a las exigencias constitucionales de los Estados feudales reorganizados de la época. El determinante principal de su adopción radica en el giro de los gobiernos monárquicos hacia el incremento de los poderes centrales.

Jus: derecho civil, que regulaba las transacciones económicas entre ciudadanos.

Lex: derecho público, que regía las relaciones políticas entre el Estado y los súbditos.

Los Estados absolutistas apoyaron sus nuevos fines en precedentes clásicos: el derecho romano era el arma intelectual más poderosa que tenían a su disposición para sus característicos programas de integración territorial y centralismo administrativo.

La transformación del derecho reflejaba la distribución del poder entre las clases poseedoras: el absolutismo, en cuanto aparato de Estado reorganizado de la dominación nobiliaria, fue el arquitecto central de la recepción del derecho romano en Europa; aunque todavía imperfecto e incompleto, el crecimiento en racionalidad formal de los sistemas legales de la primera Europa moderna fue obra, preponderantemente, del absolutismo aristocrático. El principal efecto de la modernización jurídica fue, pues, el reforzamiento del dominio de la clase feudal tradicional.

Paradoja: la estructura de las monarquías absolutas, construcciones exóticas e híbridas. Su fachada “moderna” traicionaba su subterráneo arcaísmo. Esto se puede ver en el estudio de las innovaciones institucionales que anunciaron y tipificaron su llegada: ejército, burocracia, impuestos, comercio, diplomacia.

- Ejército profesional

No ejército nacional obligatorio, sino masa mixta con mercenarios extranjeros.

La guerra era el modo más racional y más rápido de que disponía cualquier clase dominante en el feudalismo para expandir la extracción del excedente. Era lógico pues, que la definición social de la clase dominante feudal fuese militar. La racionalidad económica de la guerra es la maximización de la riqueza.

Los Estados absolutistas eran máquinas construidas especialmente para el campo de batalla. Racionalidad arcaica. Es significativo que la taille, primer impuesto regular de ámbito nacional establecido en Francia, se recaudara para financiar las primeras unidades militares regulares.

-Comercio

Mercantilismo: teoría de la intervención coherente del Estado político en el funcionamiento de la economía. Crear un mercado interno unificado para la producción de mercancías. Era profundamente belicista, al hacer hincapié en la necesidad y rentabilidad de la guerra. La permanencia virtual del conflicto internacional armado es una de las notas características de todo el clima del absolutismo. La paz era una meteórica excepción.

- Burocracia

Transición hacia la administración legal racional de Weber; al mismo tiempo, la burocracia era tratada como una propiedad, vendible a individuos privados. El modo de integración de la nobleza feudal en el Estado absolutista que prevaleció adoptó la forma de adquisición de cargos. El sistema nació en el SXVI y se convirtió en un soporte financiero fundamental de los Estados absolutistas durante el SXVII.

- Sistema de impuestos

Aparición de impuestos reales para financiar las guerras. Gravó sobre todo a los pobres. Rebeliones campesinas.

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