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El Profesor Y Su Practica Docente


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2013  •  2.479 Palabras (10 Páginas)  •  462 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La docencia para que sea de alta calidad entraña la necesidad y obligación de estar informado y actualizado e indagar críticamente nuevos conocimientos; exige plantear problemas y buscar soluciones, proponiendo para ello un método de trabajo que, indudablemente, sea profesional y constituya para el alumno una propuesta para que en el futuro pueda enfrentar otros problemas; es decir, a la práctica docente en todo momento debe mover a la reflexión.

La docencia no tiene por objeto únicamente conceptos y procedimientos, sino también valores, actitudes y normas, con el fin de conseguir el pleno desarrollo personal y profesional, para así poder enfrentarse a la sociedad en la cual vivimos.

Considero que la docencia abarca una infinidad de retos, de los cuales todos y cada uno de ellos se nos van dando a lo largo de la vida.

En este ensayo aplico cada unidad analizada en las lecturas con el propósito de que como maestro: reconozca, rescate y revalore mis saberes docentes en el trabajo diario.

Se plantean puntos de vista, comentarios sobre el valor que tiene la profesión docente y la importancia de la reflexión educativa.

esta materia me permite reflexionar y someter a critica mis saberes, con el propósito de que analice el nivel de conciencia que he hecho de ellos, de mis debilidades y aciertos, así como las metodologías que se requieren para lograr una mejor educación y cuáles de ellas utilizo para mi practica escolar. Todo esto me permitirá realizar una innovación continua de la práctica docente en la cual los más beneficiados serán los alumnos.

JUSTIFICACION

En el presente escrito se busca que reconozca, cuestione, rescate y revalore la sabiduría docente con el apoyo de técnicas de registro de información y elementos de comunicación documental, reflexione sobre la sabiduría docente y revalore la función académica para lograr una innovación que me permita llegar a ser un verdadero profesional de la docencia.

Así como reconocer mis defectos, hábitos y errores que me impidan lograr el propósito fundamental de la escuela pública, contemplados en los postulados de la constitución.

Es importante que como profesora reconozca mis habilidades, defectos, para que en base a los resultados de mis reflexiones, permita una revaloración de mi compromiso con la actividad educativa, mejorando paulatinamente el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues si bien es cierto que se necesita revalorar la práctica educativa, también es cierto que no puede lograrse con solo una reflexión, sino que es necesario un proceso gradual y paulatino para dejar a tras defectos y malos hábitos creados a través del tiempo.

DESARROLLO

Para realizar una buena tarea docente tenemos que considerar muchos aspectos, por ejemplo para que el alumno adquiera un buen aprendizaje el maestro y los padres de familia tienen que formar un buen equipo de trabajo.

El niño hace en la escuela lo que ve en su casa y muchas veces cuando no tiene la atención que necesita hace cosas para obtenerla, por eso es muy importante informarles a los padres como es que están trabajando sus hijos.

El docente es el mejor observador en el aula, el diario del profesor es un recurso para cambiar la práctica.

La práctica no es sólo lo que se ve, habitualmente se suele hablar de práctica identificándola sólo con "lo que se hace". En el caso de la enseñanza, y según esta concepción, la práctica educativa se identificaría sólo con lo que hacen los profesores en las aulas con sus alumnos.

En primer lugar, afirmaríamos que la práctica no es sólo "lo que se ve", sino, y también, lo que hay detrás de lo que se ve. O lo que es lo mismo, que nuestros actos como profesionales están guiados y justificados por un conjunto de ideas, creencias, concepciones, etc., del tipo: " a los alumnos hay que formarlos para..."; "hay que trabajar estos contenidos porque..."; "la mejor manera de enseñar es..."; "el tiempo y el espacio lo organizo así porque..."; "conocer consiste en..."; "la escuela debe servir para..." (hay tantos ejemplos en la literatura reciente que apoyan esta idea, que no nos vamos a detener para justificarla).

Por tanto, cambiar o transformar la práctica no es sólo cambiar la forma de hacer las cosas, sino fundamentalmente cambiar nuestras ideas, nuestras creencias y concepciones sobre por qué, qué y cómo conducirnos como profesionales, lo cual va a llevar inevitablemente a un cambio, una evolución, en nuestras conductas, si esto se hace de manera consciente y rigurosa.

Otra idea que se ha generalizado en los circuitos profesionales durante los últimos años, es la de investigación, en el aula, en la escuela, investigación del profesor, el maestro investigador, etc. Creo que respecto a ello, conviene hacer algunas precisiones para contextualizar lo que se va a decir más adelante.

En primer lugar cuando hablamos de investigación estamos haciendo referencia a un proceso sistemático mediante el cual se genera o construye conocimiento acerca de algo o alguien. Si hablamos de investigación escolar, estamos haciendo referencia a dos asuntos: que el objeto es la escuela, y que los sujetos que construyen o generan conocimiento "sobre la escuela", son los mismos que trabajan en ella, o sea los profesores; por tanto hablamos de investigación "sobre", que se hace "en la escuela". Y todo ello desde la perspectiva de transformar, cambiar o hacer evolucionar el estado actual de las cosas.

Para propiciar y favorecer un proceso sistemático de reflexión sobre la práctica, hemos de poner en marcha mecanismos e instrumentos que nos permitan establecer vínculos significativos entre nuestro saber (las ideas, la teoría) y nuestro hacer. En este sentido, la investigación escolar constituiría un conjunto de prescripciones teóricas y metodológicas que lo hacen posible.

El Diario del profesor como guía para la investigación: de la descripción al análisis.

El hecho de llevar un Diario de nuestra experiencia docente, en la línea de lo señalado anteriormente, implica poner en práctica un método de desarrollo profesional permanente, y como tal, un proceso donde podemos resaltar momentos y fases relativamente diferentes.

En un primer momento el diario ha de propiciar, fundamental-mente, el desarrollo de la capacidad de descripción de la dinámica del aula, por parte de su autor, a través del relato sistemático y pormenorizado de los distintos acontecimientos y situaciones cotidianas. Podemos comenzar simplemente registrando aquellas impresiones que, como una película, se nos quedan después de terminar, o en el intervalo, de una jornada. Eso que

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