En Chile ¿Debería eliminarse el impuesto del libro?

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En chile ¿Debería eliminarse el impuesto del libro?

La necesidad de eliminar el impuesto al libro se funda en permitir la mayor accesibilidad a todas las personas para adquirir textos de todo tipo como en los años anteriores al 1977.  si queremos crecer como sociedad y mejorar las condiciones de vida de todas las personas se debería ampliar la   capacidad de los ciudadanos para adquirir libros que los impulsen a tener mejores conocimientos las cuales son fundamentales para la sociedad actual. La lectura es una de las mejores habilidades que podemos adquirir que son primordial para el desarrollo de las personas. Ella nos acompañará a lo largo de nuestras vidas y permitirá que adquiramos conocimiento, y que entendamos el mundo y todo lo que nos rodea. 

Es importante discutir sobre medidas, cifras e impactos de una eventual eliminación o reducción del gravamen. Pero tan importante como eso es también señalar las razones simbólicas que hay detrás de un tema que es sumamente representativo y que no se acaba en la discusión técnica. No nos olvidemos de que Chile era un país sin impuesto al libro hasta diciembre de 1976 y que fue la dictadura de Pinochet la que instaló el impuesto, en un momento en que miles de chilenos eran perseguidos, torturados o desterrados, las editoriales allanadas y la prensa disidente acallada. En ese contexto, ese simple mecanismo tributario, instalado por decreto, fue una herramienta más de control y censura. Porque los chilenos tenemos uno de los IVA al libro más altos del mundo y no es algo que nos conciba sentir orgullosos. Los países europeos tienen un IVA diferenciado o cero y la mayoría de nuestros vecinos latinoamericanos no grava los libros con impuestos. El IVA al libro en nuestro país es de 19% esto significa que casi un quinto del valor de un libro en Chile corresponde a impuestos porque los países que tienen un tratamiento tributario especial para los libros están de acuerdo en una cosa: el libro no es un producto cualquiera, tiene efectos positivos difíciles de cuantificar, y que en el soporte que sea, impreso o digital, sigue siendo uno de los principales vehículos del conocimiento, de entretención y de construcción de una ciudadanía reflexiva e inclusiva.

Lo que se busca es crear ciudadanos mucho más críticos que hagan validar su opinión y mucho más participativos y vinculados a organizaciones tanto sociales como políticas, no tan solo debemos buscarlos mediante decisiones ya probadas si no que, además, fortalecerlos desde sus conocimientos alternos que sería mediante los libros. otros países como Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador y México, mantienen un 0% de IVA al libro lo cual permite un fácil acceso a estos.

En la actualidad hay personas con distintos recursos, los que pueden adquirir más y mejores textos; y los que no pueden adquirir tantos textos y quizás la calidad es cuestionable. Por tanto, el IVA genera una desigualdad en términos alcanzables y razonables en la capacidad de los propios individuos a elegir los temas que cada uno quiere introducirse y experimentar a través de una lectura nutritiva. Diferentes estudios como el del Consejo de la Cultura y la Universidad de Chile, estimaron que el 54% de los chilenos no leen nunca un libro. Otro estudio comparativo para la región de Latinoamérica indicaba que sólo el 7% de los chilenos que, si se declaran lectores, lo hace por razones de recreación y el número de libros no superaría los dos por alumno en cada colegio, versus la media de 10 en un colegio europeo.

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