Ensayo De Enfoques Geograficos
Enviado por stivlemua • 22 de Junio de 2015 • 1.497 Palabras (6 Páginas) • 259 Visitas
5. los autores harán una disertación acerca de las relaciones entre MOVIMIENTOS SOCIALES O ACCIONES COLECTIVAS, GEOGRAFIA POLITICA Y TERRITORIO.
Disertación y sus componentes:
Introducción: los Movimientos sociales (idas y venidas vueltas y revueltas –Mauricio Archila Neira.)
Los movimientos sociales, no son más que tensiones aplicadas, que buscan y/o permiten la transformación de la sociedad por medio de Teorías, Métodos Políticos y Manifestaciones.
Para entender mas sobre movimientos sociales, enmarcamos a Charles Tilly (sociólogo de la escuela Norteamericana) que considera que las movilizaciones sociales como: “una serie continua de interacciones entre los titulares nacionales del poder y personas que reclaman con éxito de hablar en nombre de sus votantes carentes de representación formal , en el curso de las cuales esas personas hacen publicas demandas de cambio en la distribución o en el ejercicio del poder, y apoyan esas demandas con manifestaciones publicas”.
Estos movimientos han permitido cambiar las normas y el régimen de muchas naciones “primermundistas” alrededor del siglo XX y finales del siglo XIX involucrando acciones como los principios que alteren los lineamientos del estado. Los cuales son: Identidad, oposición y totalidad.
Desarrollo propiamente dicho: los movimientos sociales son obra, de no estar de acuerdo con los lineamientos de ciertos mandatarios o “jefes”, que intentan marcar sus ideas sin importar lo que sienta el pueblo (mayorías). En este contexto, es difícil suponer un marco democrático amplio de enunciación para todas las tendencias políticas. De ahí que resulte evidente el silenciamiento mediático de algunas protestas pacíficas –en ciertas coyunturas económicas, históricas y políticas–, como ha ocurrido con las mujeres, o en el caso de algunos sindicatos. En el otro extremo, encontramos ejemplos de protestas que se apoyan en una confrontación directa con la fuerza pública, o de interrupción del normal desarrollo de actividades neurálgicas para la economía regional o nacional (como el cierre de una carretera), las cuales tienen un mayor despliegue informativo en prensa, como atestiguan las fuentes del estudio.
El investigador identifica en la base de datos la aparición recurrente de asalariados, campesinos, pobladores urbanos, estudiantes, minorías étnicas (principalmente grupos indígenas), mujeres, trabajadores independientes (particularmente en ámbitos urbanos, en labores informales de venta y producción de bienes), empresarios (no obstante su posición en la estructura de producción) y reclusos. Como principales estrategias y modalidades de protesta el autor detectó el uso de los paros, las movilizaciones, las invasiones, la toma de entidades, la obstrucción de vías y las confrontaciones o disturbios con la fuerza pública. Entre las motivaciones que dan sentido a las protestas, sobresalen, segúnNeira, las condiciones salariales y laborales de los trabajadores, la propiedad y el uso de la tierra, el acceso a servicios básicos de infraestructura (servicios públicos) y de carácter social, como la salud y la educación (en términos tanto de calidad como de cobertura), el incumplimiento de pactos y acuerdos, la violación del derecho internacional humanitario (DIH) y la crítica positiva o negativa al ejercicio del poder –autoridad– en sectores como el eclesiástico, el militar y el educativo.
El autor apunta una diferencia, en términos de trascendencia temporal y de transversalidad en la sociedad, entre los movimientos sociales y las protestas sociales, no obstante que los dos sean referencia y parte de la acción social colectiva. Los primeros trascienden el campo de la inequidad netamente económica para llegar a la confrontación con otro tipo de exclusiones y desigualdades sociales en las cuales el objetivo, como señala Neira, no demanda la extinción de su interlocutor. En este contexto, son identificados como propositivos y no conformes con respuestas o resultados puntuales o paliativos. Esta condición es a la que alude el historiador como faltante en el caso colombiano, dado el perfil efímero y coyuntural de gran parte de las protestas sociales.
Estas protestas, contempladas como acciones sociales de menor escala –con un mínimo de diez personas–, parecen acomodarse mejor como categoría de análisis a lo que ofrecen las fuentes utilizadas por el autor, que le permiten señalar la dificultad de Hablar de movimientos sociales propiamente dichos, en términos generales, en el período de estudio (p. 470).
Sin embargo, y lejos de proyectar una perspectiva evolucionista en la dinámica de los movimientos, surgen interesantes preguntas sobre el papel de las protestas (su impacto en los medios y en el público general) para la visibilidad de los movimientos sociales. Los casos más interesantes sin duda son el movimiento indígena y el de las mujeres; como señala el autor, aunque estos son los menos visibles en sus fuentes, sobre ellos existe mayor o menor consenso acerca de los logros adelantados en
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