Ethos discursivo

TITULO

Introducción.

El siguiente texto será un discernimiento y también las perspectivas interdisciplinarias del ethos y sus aplicaciones no solo en la dimensión discursiva, sino también en la dimensión social y política de la mano de Bourdieu y Goffman para tener claridad en las diferencias del término.

Dentro de la interdisciplinariedad también queremos abordar la importancia de apropiar el concepto como profesionales como una herramienta de persuasión que permita visibilizar diversas realidades y tener legitimidad frente al auditorio (los perceptores del discurso) y también como herramienta de mejoramiento de las capacidades lectoras y comprensivas.

En primer lugar el concepto ethos parte de la retórica y de la dimensión discursiva, este “posee un poder de convicción” (retorica, I, 2, 1356a) la polisemia hace parte de su composición ya que varía según los pensadores y su forma de llevarla a ser interdisciplinaria, es por esto que seguiremos una metodología lineal que nos ayude a tener claridad desde el discurso en la esencia del ethos y su implicancia social como herramienta de argumentación y habilidades comprensivas.

Partiendo de lo general podemos hablar de dos variantes o conceptos del ethos, un primer concepto que recae en un sentido de guardia o seguridad y también alude al carácter o la forma de ser desde una perspectiva individual, y un segundo concepto que se refiere a un hecho colectivo de costrumbres y hábitos en la dimensión discursiva.

En palabras parafraseadas Eggs, 1999. P 32. Habla de un sentido doble de este pero no los separa, al contrario se refiere al doble sentido del ethos  como necesarias y que van de la mano para ejercer la actividad argumentativa, por otro lado (época medieval) el ethos partía únicamente hacia parte de una dimensión extradiscursiva que quiere decir que era un estudio a través del cual se obtenían competencias comunicativas para la persuasión del auditorio.

Esto plasma que en esta parte de lo retorico el concepto se enajena de lo moral para ser concebido como algo meramente ornamental para la oratoria, hasta ahora es claro como se ha apropiado este concepto únicamente a fines discursivos con la finalidad de obtener legitimidad de la palabra en busca de los intereses de una comunidad.

Aparte de su estructura polisémica también en la praxis es aplicado de diversas formas, como hemos visto desde allí se puede referir a aspectos meramente abstractos que van con el orador y que se ve reflejado en la intención del comunicado, pero también se hace una referencia extradiscursivo como una herramienta de argumentación ajena a la esencia humana que ayuda a cohesionar al orador con sus perceptores.

Siguiendo la línea Maingueneau 1999 sostiene que el ethos “está ligado a la enunciación y no a un saber extradiscursivo de la enunciación” ( adherido al orador), aquí ya se habla de una enunciación que no es un saber ajeno a lo discursivo, sino que hace parte del orados y puede verse reflejado en el discurso como un ethos dicho, que está en la enunciación del orador, y también un ethos mostrado, que se refiere al carácter y la actitud del orador frente al auditorio, estos de manera conjunta buscan la aprobación colectiva para la persuasión eficaz.

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