Frecuentemente se escucha a los padres decir que, entre sus hijos adolescentes, se han ido perdiendo poco a poco los valores morales y el respeto hacia las personas (Valdez Medina, 2003 citado en Valdez Medina; Mondragón; González y González, 2004).
Enviado por Armando García • 19 de Abril de 2017 • Síntesis • 1.711 Palabras (7 Páginas) • 361 Visitas
Taller para padres
Frecuentemente se escucha a los padres decir que, entre sus hijos adolescentes, se han ido perdiendo poco a poco los valores morales y el respeto hacia las personas (Valdez Medina, 2003 citado en Valdez Medina; Mondragón; González y González, 2004).
Los adolescentes se encuentran en un periodo crítico de desarrollo, lleno de cambios y conflictos, y de integración de la personalidad y la existencia, en el que las características de rebeldía y autoafirmación les hacen tener enfrentamientos fuertes, especialmente con figuras de autoridad (Díaz-Guerrero, 2003 citado en Valdez Medina & cols; 2004).
El respeto, visto como un valor moral relacionado directamente con la supervivencia y la defensa de lo propio o de la territorialidad, no tiene su base en lo más noble de las culturas, sino en el miedo, en el temor que se genera cuando la persona considera que está afectando al espacio de alguien más, logrando con ello establecer esa distancia social y personal, conocida como respeto.
En la cultura mexicana, se enseña que el respeto no se debe a los iguales, sino a los superiores, este valor moral se ve entonces no como uno de igualdad sino de inferioridad (Díaz-Guerrero, 1982; Papalia y Wendkos, 1989 citados en Valdez Medina & cols; 2004).
Con la finalidad de conocer el significado psicológico de “respeto_” entre los adolescentes, a quién se le debe tener respeto y por qué, se trabajó con 100 estudiantes de preparatoria en los cuales se implementó el instrumento de redes semánticas naturales (Figueroa, González y Solís 1981), el cual consiste en definir una palabra estímulo con un mínimo de cinco palabras sueltas.
Se encontró que, en nuestra cultura, los adolescentes hombres definen al respeto como amabilidad, moral, solidaridad y personalidad y las mujeres dijeron que es amor, valorar y sinceridad (Valdez Medina & cols. 2004).
Respecto a la cuestión de a quién se debe de respetar, los hombres piensan que deben respetar las opiniones de los demás, la religión, a los animales y a los niños; en el caso de las mujeres dijeron tener que respetar a la vida, las cosas y los hijos (Valdez Medina & cols. 2004).
Es de destacar la manera en cómo por ningún lado se observa que los adolescentes consideren el respetarse a ellos mismos y a sus iguales, esto debido a que, como se había mencionado, normalmente sólo se enseña a respetar a aquél que esté por encima de nosotros.
Atendiendo al punto del respeto a sí mismos, es importante abordar el tema de las conductas autolesivas, ya que podrían considerarse como una falta de respeto hacia la integridad de nuestra propia persona. Inevitablemente, al hablar de conductas autolesivas se aborda de manera directa el tema del cutting. Pasemos a definir brevemente ambos puntos.
La presencia de conductas auto lesivas, en sujetos adolescentes, constituye un problema de creciente interés por partes de los investigadores especializados en psicopatologías. En concreto, gran parte de esta sensibilidad clínica guarda relación con el valor predictivo que las conductas auto lesivas tienen sobre el suicidio consumado (Shin, Chung, Lim, Lee, Ey y Cho, 2009 citados en Frías, Vázquez, Del Real, Sánchez y Giné, 2012).
Las conductas autolesivas son definidas como todo acto con resultado no fatal que, siendo sancionable culturalmente, un individuo realiza de manera deliberada contra sí mismo para hacerse daño (Hawton, Rodham, Evans y Weatherall, 2002 citados en Frías y cols; 2012).
En Norteamérica, se considera que la proporción de adolescentes que presentan conductas auto lesivas se encuentra entre el 6 y el 16% En lo que respecta a muestras clínicas, la presencia de auto lesiones atendidos en unidades de salud mental se eleva hasta el rango de 22 a 45% (Frías y cols; 2012). Cabe mencionar que las conductas autolesivas son más frecuentes en mujeres que en hombres, estableciéndose una relación de 2 a 3.
En el caso de las muestras comunitarias; los cortes en muecas y antebrazos constituyen el método autolesivo prevalente, mientras que en servicios de urgencias y unidades de hospitalización psiquiátrica (muestras clínicas) predominan los casos de sobreingesta de medicamentos o envenenamiento.
Respecto a la edad de los adolescentes con autolesiones, muestran que durante la adolescencia media (14-16 años), del 12 al 16% de los jóvenes las llevan a cabo el cual es precedido de un aumento gradual desde la adolescencia temprana (11-13 años) dado que, en este momento, las conductas autolesivas se producen en 6 de cada 100 jóvenes. De igual manera es importante mencionar que en la adolescencia tardía (17-19) suele producirse un leve declinar (Lloyd-Richardson, Perrine, Dierker y Kelly, 2007, citados en Frías y cols; 2012).
Dentro de los factores psicosociales que se han encontrado como relevantes para que las conductas autolesivas se produzcan son los conflictos interpersonales ya sea en el subsistema familiar o en el escolar. Se ha comprobado que las familias de los adolescentes en los cuales se producen estas conductas, han dado muestras de ser intolerantes ante la expresión de emociones; por el lado escolar tenemos que el padecer bullying está correlacionado positivamente con las conductas autolesivas (Wedig y Nock, 2011 citados en Frías y cols; 2012).
Como podemos ver, el clima dentro del hogar está directamente relacionado con la presencia de conductas autolesivas y esto adquiere lógica al entender que la familia es el agente de socialización primario ya que constituye la primera fuente de información para el ser humano acerca de su propia valía, de las normas y roles, y de las expectativas que desde muy pronto se proyectan sobre él (Mestre, Samper, Tur y Díez, 2001).
El tipo de normas que una familia establece, los recursos y procedimientos que utilizan para hacer cumplir dichas normas, junto con el grado de afectividad, comunicación y apoyo entre padres e hijos constituyen dimensiones fundamentales para el crecimiento personal de los más jóvenes, para su interiorización de valores y las decisiones que toman ante conflictos sociales (Samper, 1999; Pérez Delgado y Mestre, 1999 citados en Mestre y cols; 2001).
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