GÉNERO EL FEMICIDIO Y FEMINICIDIO

UNIVERSIDAD DE OTAVALO

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GÉNERO

EL FEMICIDIO Y FEMINICIDIO

LEIDY GÓMEZ

MSC. SEYEDEH SOUGAND HESSAMZADEH

SEXTO DERECHO “A”

VIERNES, 17 DE JULIO DEL 2020

EL FEMICIDIO Y FEMINICIDIO

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INTRODUCCIÓN

El feminicidio abarca una amplia gama de actos. Desde el acoso, abusos, tanto físicos como sexuales tanto así, hasta el punto de llegar a cometer el asesinato hacia la mujer, por parte de un individuo sin escrúpulos, que lo único que pretende es violentar a su víctima. Si bien  nuestra comprensión del problema de feminicidio es limitada, sabemos que una gran proporción de feminicidios se cometen contra las mujeres, algunas involucradas en relaciones violentas, mientras que otras son  violentadas a pesar de no tener ningún vínculo con su agresor. Muchas personas dicen que las mujeres son aquellas que ocasionan dichos actos, para causar la provocación del agresor y asimismo violente contra ellas causando un feminicidio. En este ensayo defenderemos nuestra posición, ya que la mujer no es la causante de este acto totalmente inescrupuloso.

En el feminicidio. Se dice que el victimario está seguro de la necesidad de humillar, violentar y causar la muerte a una mujer. El varón utiliza distintos medios de violencias, tanto se apoyan en lo psicológico, en lo físico y en lo sexual, pero se dice que todos los hombres maltratadores lo hacen por doblegar la personalidad. Sin embargo la mujer debe ser sometida a unos factores preexistentes y preestablecidos por una determinada sociedad. Además la dicha creencia de que se debe hacer imperarla voluntad del varón ya que es el que tiene el poder y está  legitimado  para hacerlo valer, ya que las mujeres son aquellas que deben obedecer. Es muy claro notar que el hombre violento contra las mujeres no se expone de un momento a otro,  es un individuo que se muestra con reacciones violentas inesperadas en distintas   circunstancias  que para la   mayoría   de  personas son  muy   sociables   de manejar, pero que el agresor le resultan muy frustrantes y llegan a desembocar en una crisis de violencia. Se dice que cuando la víctima,  reacciona comienza hablar y exigir sus derechos y denuncia el maltrato, una de las probabilidades es que la víctima eleven su queja ante madres y amigas, asimismo estas comiencen al manto de impunidad con expresiones como “es que usted lo provoca”, “es su marido”, “para que se casó”, entre otras. (Wright, 2016). El agresor emplea distintas maneras para violentar contra su víctima, busca cualquier medio de culpabilidad para atentar violentamente contra ella. El trata de imponer sus propias reglas restringiéndole en muchas cosas a su víctima, la cual asimismo ella tiene que obedecer a todo lo que él le imponga. La victima empieza a tener distintos cambios de   conductas,   psicológicamente,   el   miedo   llega   hacer   el   protagonista   desde   ese entonces el culpabiliza a su víctima, trata de echarle la culpa en todo momento, la trata como una persona inferior, incapaz de todo. Luego de eso él empieza a tomar el papel de agresor, violentando contra la integridad de ella. ¿Acaso la mujer es responsable para que le agredan de tal manera? la mujer no es responsable de nada, simplemente es una víctima más, nadie porque violentarla, ni hacer que se sienta inferior a nadie, por el mismo hecho de que, tal vez llego a casarse sin haberlo conocido mucho y luego el haya cambiado de conductas, nada de eso llega a justificar una violencia. La violencia contra la mujer hasta el momento de su muerte realiza una primera fase muy conocida como la etapa de adaptación haca diversas ocasiones de agresividad, en su contra. En esta aumenta la habilidad de la víctima para afrontar y minimizar el dolor, imprecisa y desorienta llegando así. Luego en una etapa siguiente, la mujer asume una serie de conductas adictivas, y dificultades en sus relaciones personales, estados de alerta frecuente, imitable y con problemas de concentración. El autor define al feminicidio como el crimen de mujeres por motivos asociados a su género, plasma la forma más excesiva de violencia de género, incluyendo los asesinatos producidos por violencia intrafamiliar y la violencia sexual. El feminicidio intimo contra una persona que resulta ser una mujer, sino que es la violencia que ocurre y toma distintas formas porque su blanco es la mujer. (Carcedo,2002)Luego de que la víctima es violentada por su agresor, empieza a tener distintos cambios emocionales, como vemos ella ya no llega hacer la misma de antes, sufre depresión, frustración, culpabilidad, porque sencillamente piensa que es la que ocasiona todo eso.

Siente culpabilidad por haberse comprometido con su agresor, se siente inferior hacia los demás, se aísla, prefiere no hablar con absolutamente nadie, para no generar más problemas. Ella trata de callar todo lo que viene sucediendo, prefiere mantener gran parte de su vida en reserva, sin el atrevimiento de denunciar tal delito. Las evidencias están por doquier. De acuerdo a la OMS (2013), América Latina es la segunda región más peligrosa para las mujeres ya que solo contando los asesinatos de mujeres   por   sus   parejas   o   ex   parejas,   tenemos   una   tasa   de   40.5   por   ciento   de feminicidios,  solo 18.3 por ciento menos que en los países del sureste asiático (58,8%) donde el feminicidio se practica desde el nacimiento, y muy por encima de África (40.1%)Donde guerras interétnicas han estado acompañadas de prácticas genocidio feminicidios.

Ostentamos también en ese marco el oprobioso segundo lugar en porcentaje de violencia sexual en contra de las mujeres (10.7%) por varones que no son sus parejas. La trayectoria del proceso de construcción de los homicidios de  mujeres como un problema social ha tenido un claro sentido político para su abordaje y tratamiento a partir   de   demostrar   que   se   trata   de   un  Tipo   específico   de   crimen,   tanto   por   sus motivaciones, Como sus manifestaciones, cambios coyunturales y comportamiento a largo plazo.               Los pasos de esta trayectoria de construcción política han seguido puntualmente la secuencia descrita por Sue Wise y Liz Stanley (1986) para el maltrato en el matrimonio(Inglaterra S. XIX) y el acoso sexual (S. XX).La construcción de la violencia hacia las mujeres como problema público ha partido de   la   experiencia   propia   y   del   conocimiento   reunido   por   autoras   y   luchadoras feministas, desde de la primera y segunda como en la actualidad la  construcción de  la violencia hacia las mujeres como problema público, así como la caracterización del uso de esta violencia como recurso de control y dominio masculinos, está estrechamente ligado a la lucha por el reconocimiento de las mujeres como sujetos de derechos. De suerte que la sucesión de términos, conceptos y formas de abordaje da cuenta de una trayectoria que en sus variantes, enfoques, e incluso en sus tensiones internas, evidencia los   trazos   de   este   proceso   de   constitución   de   las   mujeres   como   sujetos   políticos (Osborne, 2002; Incháustegui, 20).

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