Historia De La Discapacidad E Inclusión

Discapacidad e Inclusión social

Sobre discapacidad y las Necesidades educativas especiales

La discapacidad, como tantos otros conceptos ha ido evolucionando con el tiempo y las evoluciones de estos paradigmas. La RAE la define como característica de una persona que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas.

Esta definición, ha evolucionado, llegando a considerar la idea de que esta implica una falta de habilidad en algún ramo específico. No obstante, el término reconoce que todos los individuos con discapacidades tienen mucho que contribuir a nuestra sociedad. (es condición de vida adquirida por la persona), Puede ser física, sensorial, intelectual y psíquica.

Ahora bien, para la OMS de 1980 la discapacidad es el resultado de la interacción entre una persona con una disminución de alguna habilidad , barreras medio ambientales y por ultimo de actitud que enfrenta cada persona. La discapacidad engloba las deficiencias, las limitaciones en la actividad y las restricciones en la participación.

En tanto a las Necesidades educativas, estas pueden ser individuales, colectivas y especiales. Estas últimas, requieren de recursos materiales, personales y pedagógicos adicionales para llevar a cabo el proceso educativo efectivo. La mayor parte de las discapacidades que puedan afectar a niños, niñas y jóvenes, van a involucrar una Necesidad Educativa Especial. Sin embargo no cualquier N.E.E implica una discapacidad. Hay una de estas cuando una deficiencia (física, sensorial, intelectual, emocional, social o cualquier combinación de éstas) afecta el aprendizaje hasta tal punto que son necesarios algunos o todos los accesos especiales al currículum y a condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas para que el alumno sea educado eficazmente y así se logre el desarrollo de su persona.

Integración e inclusión social:

Si bien, estos conceptos parecen sinónimos, en la realidad educativa, son dos paradigmas muy distintos.

Por una parte la integración se centra en el diagnóstico y en la individualidad del alumno, busca que este se inserte en su medio como un ente externo, que marca la diferencia. Destaca la educación diferencial” y el reconocimiento de las NEE, se sustenta en los principios de igualdad de competición (sistema de evaluación y notas estandarizadas). Contempla cambios superficiales e inserción parcial y condicionada. Esto genera finalmente que estos niños, niñas o personas con necesidades educativas especiales, si bien se insertan en los contextos educativos regulares, no logran ser consideraros como “uno más” de los integrantes de este.

Por otro lado, la inclusión social surge de una dimensión educativa cuyo objetivo se dirige a superar las barreras con las que algunos alumnos y alumnas se encuentran en el momento de llevar a cabo el recorrido escolar. Basada en principios de equidad, cooperación y solidaridad (valoración de las diferencias como oportunidad de enriquecimiento de la sociedad)

Con una escuela inclusiva se trata de lograr el reconocimiento del derecho que todos tienen tanto a ser reconocidos, como a reconocerse a sí mismos como miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de la sobredotación intelectual.

Historia de la discapacidad y nacimiento de la Educación especial.

En la prehistoria, las tribus y comunidades abandonaban a las personas con discapacidad a la suerte para no obstaculizar los desplazamientos de la comunidad.

En la edad antigua, asesinaban a las personas con discapacidad pensando que eran fruto del pecado y que no debían insertarse en su sociedad.

Durante la edad media, principalmente en Francia, se construyeron fortalezas y ciudades amuralladas en donde se guardaban y escondían a centenares de personas con algún tipo de discapacidad. Para el siglo XIV, estas personas lograban salir de este encierro, los fines de semana a modo de espectáculo circense.

Durante el Renacimiento (XV- XVI), se desarrollaron ideas más humanitarias hacia personas marginadas en general. Las instituciones religiosas impulsaron la idea de considerar a estos “deficientes” como personas. En esta época, comienzan los primeros albores de la atención educativa, pero solo enfocada a personas con algún tipo de discapacidad sensorial.

En el siglo XVIII, con la Revolución francesa se fortalecen estos avances en cuanto a la educación para los niños con discapacidad sensorial, por la razón de su utilidad para trabajar y de la ausencia de Discapacidad Intelectual (de quienes se pensaba que no tenían capacidad de aprender).

Recién en el siglo XIX, nace la Educación especial, en conjunto con los primeros estudios sobre esta característica. Se diferencia la “Enfermedad mental” de la “Deficiencia mental” (Amencia de Demencia), distinguiendo dos niveles de profundidad en este, la “imbecilidad (retraso leve)” y la “idiocia (retraso profundo)”, con una serie de niveles intermedios. Junto a estos descubrimientos, se entiende que todos estos niveles de DI pueden verse afectados positivamente, con educación, a través del Juego y la interacción activa del medio.

Durante este mismo periodo, se proyecta una campaña por la educación de personas con ceguera, en escuelas regulares o en sus hogares, dependiendo de sus necesidades. También durante este periodo, se conformaron los principales avances neurobiológicos que sustentan los distintos tipos de discapacidades.

Para el siglo XX, se propagó la conciencia respecto a diversos tipos de discapacidades, creando una fuerte hola de colegios especiales y aumentando los estudios referentes a la discapacidad intelectual. (

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