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Ideario Bolivariano


Enviado por   •  14 de Junio de 2013  •  2.150 Palabras (9 Páginas)  •  440 Visitas

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Ideario Bolivariano

El ideario bolivariano fue plasmado en cada uno de los discursos y proclamas del Libertador, documentos de consulta obligada a la hora de hablar del proyecto integracionista de América Latina. Son estos algunos documentos: Manifiesto de Cartagena (1812), Carta de Jamaica (1815), Independencia de Venezuela con la batalla de Carabobo y otros.

El ideal integrador de Bolívar se convierte en herramienta fundamental para lograr avanzar hacia el camino de la Estructuración de una gran nación, bajo el esquema de un solo espacio geopolítico, multiétnico y sociocultural.

Es el punto de referencia de la Integración de América Latina. La idea de unir a nuestros países en un solo bloque económico, político y social, buscaba entre otras cosas defender la soberanía y las riquezas de la América mestiza frente a las intenciones de los países poderosos. Asimismo buscaba convocar a todos los pueblos bajo un mismo proyecto libertario basado en una democracia verdadera de libertad, igualdad y justicia.

Pensamiento Bolivariano

La moral pública, que debe amparar la existencia del Estado, y con lo que Bolívar fue tajante, ya que estaba consciente de que para que un Estado pueda brindar una verdadera justicia social, debe primero ser un Estado fundamentado bajo los sólidos pilares de la moral, ya que un Estado sin moral equivale a un Estado soberbio, hipócrita, incapaz de exigir el desarrollo armónico de sus componentes.

Así, Bolívar postuló como una característica esencial para el progreso y desarrollo de una nación: La

Moral, que deviene en un primer momento desde el fuero interno de cada uno de sus ciudadanos, para luego ser traspolada a cada uno de los órganos y componentes del Estado, para consolidar la formación de una auténtica moral republicana capaz de guiar la actuaciones de todos aquellos hombres que se encontraren insertos en la estructura del Estado, con la finalidad de que el mismo marchare hacia la consecución de sus objetivos, es decir, el bienestar y la felicidad social. Es por ese motivo que nuestro Libertador constantemente se pronunció expresando que "sin moral republicana no puede haber gobierno libre" ; indicando a su vez que "la destrucción de la moral pública causa bien pronto la disolución del Estado".

En efecto, para Bolívar la única forma de lograr la existencia de un Estado que en realidad estuviera en condiciones y en la capacidad de generar bienestar social, partía de que el mismo estuviera cimentado sobre fuertes parámetros morales, puesto que quien no posee moral resulta esclavo de sus debilidades y de aquellos que juegan al dominio de las mismas.

Es claro que para Bolívar era necesaria la articulación de una organización o cuerpo institucional que tuviera la responsabilidad principal sobre la consolidación y fortalecimiento de la moral republicana en todo el entramado orgánico que conforma al Estado, así como también en cada uno de los ciudadanos que lo integran, y es precisamente de ello que surge en el pensamiento bolivariano la necesidad de dar vida a otro poder de Estado encargado de tales objetivos, siendo por ello que propuso en su Discurso de Angostura incorporar a la trilogía clásica del Poder Público.

Ideario Político y Social de Simón Bolívar

En su vertiente social y política, el estallido de la crisis de la sociedad colonial venezolana permitió en su momento la maduración de un conjunto de situaciones que merecen destacarse. En primer término, la guerra facilitó la decantación de las llamadas "ideas francesas" hasta convertirlas en ideas bolivarianas, es decir, en ideas nacionales. Dicho de otro modo, las consignas de libertad, igualdad, fraternidad y propiedad que alimentaban el ideario claramente burgués de la Revolución Francesa fueron reelaboradas por la elite política que acompañaba a Simón Bolívar, quien, al analizar las consecuencias sociales que produjera la difusión de dichos postulados entre los esclavos, los pardos y los indígenas, encontró en el cuerpo de los militares republicanos al sector social que le permitió cumplir con el doble propósito de crear una república independiente y, al mismo tiempo, satisfacer las aspiraciones de los individuos integrantes de la sociedad de ese momento, con respecto a la libertad, la igualdad y la propiedad.

La reflexión de Bolívar partía del análisis de distintos hechos traumáticos, tales como el hundimiento de la República en el año 1812, en Venezuela, el fracaso del restablecimiento republicano al año siguiente, en 1813, y la caída del gobierno republicano en la Nueva Granada, ocurrido en 1815. Desde el Manifiesto de Cartagena, escrito en 1812, Simón Bolívar había estado insistiendo en las carencias políticas de la elite ilustrada que propugnaba la Independencia. La guerra civil, la ausencia de unidad, la excesiva valoración del régimen federal, el apego a las ideas religiosas y la simple intriga política, son los puntos que sobresalen en el inventario que sirve de base a un balance contundente hecho por el prócer: "nuestra división -dice- y no las armas españolas, nos tornó a la esclavitud".

Sin embargo, no fue hasta el Manifiesto de Carúpano (1814), y posteriormente en la Carta de Jamaica (1815), cuando Simón Bolívar expuso en forma detallada sus criterios políticos respecto a la situación social que impedía el desarrollo de los gobiernos republicanos en Venezuela. El testimonio es importante porque representa la primera lectura social del problema que venían enfrentando las sociedades americanas desde el estallido de la crisis política en España y la Revolución en Haití: "el establecimiento en fin de la libertad en un país de esclavos -comenta con lúcida prosa el Libertador en el Manifiesto de Carúpano (1814)- es una obra tan imposible de ejecutar súbitamente, que está fuera del alcance de todo poder humano; por manera que nuestra excusa de no haber obtenido lo que hemos deseado es inherente a la causa que seguimos; porque así como la justicia justifica la audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de la adquisición califica la insuficiencia de los medios".

Los esclavos a los que se refiere Bolívar en el Manifiesto de Carúpano no son ya la entidad genérica que identificara en su anterior Manifiesto de Cartagena. Son hombres de carne y hueso; es más, son hombres de carne, hueso y armas. Son nada menos que la expresión concreta de la angustia que surgiera en la sociedad caraqueña desde finales del siglo XVIII y que representaba una amenaza tangible para la aspiración de los criollos americanos con respecto a una transferencia pacífica del ejercicio del poder. Son, para ser precisos, los pardos y los esclavos que acompañaban normalmente a los generales realistas como Domingo de Monteverde, José Tomás

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