Importancia personal -Carlos Castañeda

La enseñanza de los brujos es así, tómala o déjala. No puedes razonarla. No es posible "verificarla" intelectualmente. Lo único que cabe hacer con ella es ponerla en práctica, explorando las extraordinarias posibilidades de nuestro ser.

-Carlos Castañeda

En mi vida diaria he pasado ratos amargos, ciertas personas que conozco o no, me hacen enojar, me ofenden de alguna forma y al final solo me amargo el día. Cuando he asistido a alguna reunión o salgo a algún lugar y quiero a hablarle a cierta persona, ya sea porque me gustó o es alguien famoso o tal vez solo quiero decirle algo y no puedo, me he considerado “tímido” dado a que mi mente me muestra un mundo de posibilidades donde me ha mostrado imágenes de rechazo o que simplemente no saldrían las cosas como yo quiero lo que ha generado ese miedo que me ha hecho separarme y no ver que todos somos seres de luz, es decir, lo mismo y no debería tener miedo a realizar la acción.

Cuando escucho el término “importancia personal” lo relaciono con ese ego que llevo para todos lados al solo pensar en mi como ser individual en donde he sentido una de dos cosas: soy más importante que los demás y el mundo gira a mi alrededor (egocentrismo) ó que los demás son superiores a mi (minusvalía).

Dentro del grupo se hizo una actividad de la cual no se nos dio detalles, lo único que se nos dijo fue que iríamos a un lugar donde hubiera mucha gente y teníamos que traer nuestro espíritu. Deduje que haríamos algo que atacara nuestra importancia personal y pensé ¿qué podríamos hacer? Hasta ese momento pensaba que nada podría hacer que algo me diera pena o que me sintiera incapaz de hacerlo ya que durante mi vida he hecho muchas cosas frente a mucha gente y he tomado valor para hacer otras de las cuales pensaba que no podía hacer.

Llegó el día y solo podía pensar en las diferentes opciones hasta que al darme cuenta de que nos vestiríamos de mujer, mi importancia personal entró en mi mente donde comenzaba me comenzaba a decir cosas como “no puedes hacerlo, eres muy macho”, “que tal si alguien que conoces te ve”, que pensará la gente de ti” etc. Fue una experiencia fuerte para mi, era demasiado lo que el pensar en prejuicios, en los demás, en mi persona.

Dado a lo que he aprendido callé la mente, paré el mundo, detuve ese dialogo interno y solo viví el momento quitando todo lo que alimenta o ataca a mi ego. La sensación fue indescriptible, llegó un momento que observé cómo la gente de alguna forma le daba pena, miedo o risa al verme, sin embargo, cuando tu ego no existe no desperdicias energía en preocuparte por el juicio de toda la gente e incluso llegó un momento donde me sentía con poder al sin ningún problema hablarle, mirar o realizar cualquier interacción con las personas, cuando ellas eran hundidas por todos sus prejuicios o pensamientos.

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