Inclusion Educativa
Enviado por geovanadenisse • 17 de Enero de 2014 • 2.701 Palabras (11 Páginas) • 665 Visitas
INTRODUCCIÓN
Por medio de este documento buscaremos citar y resolver algunos de los principales problemas que ocasionan la falta de la inclusión y atención que reciben los alumnos por parte del Sistema Educativo de Educación Básica. Es necesario que hagamos énfasis en el papel que desarrolla la educación en la sociedad, no sólo como agente productor de conocimientos sino también como un normalizador de personas, un visualizador evolutivo a nivel social conllevando a un crecimiento económico de un país en desarrollo.
Desde tiempos remotos se ha pensado que la educación desempeña un papel fundamental que determina cómo se vivirá en la edad adulta, que tener un mayor nivel de educación significa ingresos más altos, una mejor salud y una vida más larga. La gente sin las aptitudes para participar social y económicamente genera costos más altos para la salud, el apoyo al ingreso, el bienestar de la infancia y los sistemas de seguridad social. Así que se considera no sólo necesario sino fundamental un sistema educativo justo e incluyente que permita que todos dispongan de las ventajas de la educación logrando así que la sociedad sea más equitativa.
INCLUSIÓN Y ATENCIÓN EDUCATIVA EN LA EDUCACIÓN BÁSICA.
La educación se ha ampliado considerablemente en los últimos cincuenta años, pero las esperanzas de que eso originara automáticamente una sociedad más justa se han hecho realidad sólo en forma parcial. Las mujeres han logrado avances espectaculares, pero la movilidad social en general no ha aumentado y en algunos sitios las desigualdades en ingresos y riqueza han aumentado. En la actualidad, más estudiantes van a la universidad o tienen una educación profesional, pero aun así muchos siguen quedándose rezagados.
En todos los países incluyentes en la OCDE, esta nos dice que: “casi uno de cada tres adultos sólo tiene educación primaria o secundaria, (y algunos cursaron todos los niveles pero suprimieron el nivel preescolar), siendo esto una verdadera desventaja en cuanto a empleo y oportunidades en la vida”1. Al mismo tiempo, la mayor migración plantea nuevos desafíos para la evolución social en algunos países, mientras otras naciones enfrentan problemas que ya tienen mucho tiempo para integrar a las minorías. La educación justa e incluyente para los migrantes y las minorías es una solución a esos desafíos. Ya que la equidad en la educación aumenta la evolución social y la confianza.
Pero, ¿Qué desafíos enfrenta la equidad en la educación?
La equidad en la educación tiene dos dimensiones. La primera es la imparcialidad, básicamente significa asegurar que las circunstancias sociales y personales, como el sexo, la condición socioeconómica o el origen étnico, no sean un obstáculo para realizar el potencial educativo. La segunda es la inclusión, es decir, garantizar un estándar mínimo básico de educación para todos; por ejemplo, que cada persona sepa leer, escribir y hacer operaciones simples de aritmética. Las dos dimensiones están estrechamente entrelazadas: atacar el fracaso escolar ayuda a superar los efectos de las privaciones sociales que usualmente provocan dicho fracaso.
La exclusión educativa y social son fenómenos crecientes tanto en los países desarrollados como en desarrollo. El aumento de las desigualdades y la fragmentación cultural de la población, se ven reflejados no sólo en la parte social sino también en la economía misma. La exclusión social va más allá de la pobreza ya que tiene que ver con la ausencia de participación en la sociedad y con la falta de acceso a bienes básicos y redes de bienestar social, lo cual conduce a un número cada vez mayor de personas a “quedar fuera de la sociedad” y vivir por debajo de los niveles de dignidad e igualdad a los que todos tenemos derecho.
Hoy en día existen una serie de fenómenos que denotan una crisis aguda del vínculo social; las grandes desigualdades entre y al interior de los países, el desarraigo producido por las migraciones o el éxodo rural, la dispersión de las familias, la urbanización desordenada o la ruptura de las solidaridades tradicionales que aíslan a muchos individuos y grupos. Estos riegos otorgan una nueva importancia a instituciones de constitución social, como la escuela.
Los niveles de crecimiento en la actual sociedad del conocimiento dependen cada vez más del valor agregado a la producción y a los sistemas de intercambio global. El acceso a empleos más productivos requiere cada vez de más años de estudios que se concentran en los estratos socio-económicos más altos, excluyendo a muchas personas de los beneficios del desarrollo. Por ello se necesita incrementar significativamente el nivel de formación de las nuevas generaciones y el nivel de aprendizaje efectivo y actualizado de toda la población para romper el circuito de reproducción intergeneracional de la desigualdad.
La inclusión social pasa necesariamente, aunque no sólo, por una mayor inclusión en la educación, es decir por el desarrollo de escuelas o contextos educativos que impliquen a todas las personas de la comunidad, independientemente de su procedencia social, cultural o características individuales, y den respuesta a la diversidad de necesidades de aprendizaje.
Una escuela inclusiva es aquella que no tiene mecanismos de selección ni discriminación de ningún tipo, y que transforma su funcionamiento y propuesta pedagógica para integrar la diversidad del alumnado favoreciendo así la evolución social que es una de las finalidades de la educación. Sin embargo cabe preguntarse si la educación está contribuyendo al desarrollo de sociedades más inclusivas, o, por el contrario, está reproduciendo la exclusión social y generando diferentes formas de discriminación al interior de los sistemas educativos.
Pese a los esfuerzos que vienen realizando los países, es posible constatar que la educación tiende a reproducir, si no a incrementar, la segmentación social y cultural, ofreciendo a los sectores de menores ingresos una educación de peor calidad que la ofrecida a los estratos medios y altos.
Existe una relación dialéctica entre educación inclusiva y social, porque si bien la educación puede contribuir a la igualdad de oportunidades para insertarse en la sociedad, también es necesaria una mínima equidad social para lograr una democracia en el acceso al conocimiento de forma que todas las personas desarrollen las competencias necesarias para participar en las diferentes áreas de la vida social.
La mayoría de
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