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Integracion


Enviado por   •  13 de Abril de 2013  •  3.884 Palabras (16 Páginas)  •  315 Visitas

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La integración

Es un camino para posibilitar que mejoren las condiciones de la inserción internacional, para ampliar y consolidar el desarrollo otorgándole sustentabilidad y a la vez mejorar el bienestar de la población– y para afianzar la estabilidad y la paz. Esto significa que la integración debe constituirse en un proyecto político estratégico, y la base esencial para ello es pensar y sentir de manera compartida, para construir una voz común en áreas sustantivas que permitan alcanzar las metas antes señaladas. Este proyecto político estratégico1 promovido por los procesos de integración resulta necesario en tiempos de globalización.

La integración social.

Es un proceso dinámico y multifactorial que supone que gente que se encuentra en diferentes grupos sociales (ya sea por cuestiones económicas, culturales, religiosas o nacionales), se reúna bajo un mismo objetivo o precepto.

Integración Económica.

Es el término usado para describir los distintos aspectos mediante los cuales las economías son integradas, también se conoce como el modelo por medio del cual los países pretenden beneficiarse mutuamente a través de la eliminación progresiva de barreras al comercio. La integración consiste en eliminar, de manera progresiva, las fronteras económicas entre países.

El grado de integración económica puede categorizarse en seis estadios:

• Zona preferencial de comercio.

• Zona de libre comercio.

• Unión aduanera.

• Mercado común.

• Unión económica y monetaria.

• Integración económica completa.

Integración regional

La integración regional constituye un esfuerzo o movimiento convergente realizado por parte de los Estados, tendente a la obtención de objetivos comunes, mediante la armonización o unificación no sólo de políticas económicas y financieras, de regímenes monetarios, sino también de políticas socio-culturales y legislativas.

Lo que no se puede ignorar es que las diversas políticas de integración suelen poner el acento en:

a) Las interacciones y la interdependencia entre las comunidades políticas independientes, es decir, los Estados.

b) Entre las estructuras económicas y los grupos sociales y políticos pertenecientes a jurisdicciones estatales diferentes.

Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (alba), reivindican, en el primer caso, los esfuerzos puramente suramericanos, y en ambos, la identidad regional. En los países centroamericanos y México, donde los vínculos con Estados Unidos son más estrechos y continúan dándose en condiciones de poder desiguales, los proyectos de integración regional no han adquirido ese fuerte componente político, por lo que sigue siendo el componente principal el comercial. Los esfuerzos en este ámbito desarrollados desde el Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla no son comparables a los desarrollados desde la Unasur y el alba.

La importancia de privilegiar la dimensión política y de cooperación de los procesos de integración debe ser enfatizada. La integración como objetivo histórico no puede y no debe ser equiparada con los procesos de apertura comercial. De hecho, esta apertura tiene sentido y adquiere gravitación si viene acompañada de procesos de armonización y articulación regional crecientes, basados en un efectivo diálogo político, sustentados en una adecuada normativa y acompañados por una mínima estructura institucional, para afianzar el proceso.

El tránsito desde la soberanía tradicional a una de carácter agregado, producto de la asociación, es aún lento.

Los tiempos de construcción de acuerdos vinculantes y de marcos institucionales de complementación y asociación efectivos son prolongados. En la actualidad, los procesos integradores sufren de un déficit de certidumbre respecto a la aplicación de los acuerdos adoptados. Estos, incluso siendo vinculantes, no se cumplen.

El surgimiento de esta nueva forma de regionalismo, si bien tiene un claro énfasis regional, al mismo tiempo pareciera apuntar a la promoción a escala global del desarrollo de un multilateralismo cooperativo. Bajo esta nueva lógica se desarrollan los esfuerzos en torno de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como forma de potenciar el propio regionalismo latinoamericano que logre concertación y cooperación intrarregional, pero que además posicione a América Latina y el Caribe como actor político global.

Barbé nos refiere que puede identificarse al menos tres visiones distintas de la integración regional. Así en primer lugar, advierte una mirada jurídico – institucional que se concentra en el estudio de las organizaciones internacionales de integración. En este sentido, Díez de Velasco, las define como aquellos espacios en los que “se opera una cesión de competencias de los Estados miembros a los órganos comunes, que se caracteriza por suponer la atribución de poderes del mismo tipo de los que resultan de las funciones superiores de un Estado a unos órganos independientes de los Estados, y por la posibilidad que tienen dichos órganos de pronunciarse por mayoría en caso de estar formados por representantes gubernamentales (y no por unanimidad como en las organizaciones tradicionales), al tiempo que las decisiones que adopten podrán tener, en determinadas ocasiones, autoridad directa e inmediata en los órdenes jurídicos nacionales”.

Para Ramón la integración económica consiste en “un proceso mediante el cual dos o más mercados nacionales previamente separados y de dimensiones unitarias poco adecuadas se unen para formar uno solo -mercado común- de una dimensión más idónea”. Asimismo considera que en la cooperación económica se trata de reducir barreras, pero que la integración económica se persigue la supresión absoluta de las barreras, para crear un mercado único sin trabas fronterizas.

La integración está orientada a la regulación de distintos aspectos de la vida de la región. Los procesos de integración no tienen como fin último u objetivo primordial, el aspecto puramente económico. Aún aquellos que se constituyen como meras alianzas o estrategias económicas tienen un fin y objetivo más elevado.

Parte de la doctrina sostiene que los procesos regionales latinoamericanos, como por ejemplo el MERCOSUR, y sus antecesores, son procesos de contenido fundamentalmente comercial y que este área temática es un fin en sí mismo y no un instrumento para una integración de contenidos por ejemplo políticos.

Sin

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