Isla Maciel, Sujetos Y Problemáticas

SINTESIS CONCEPTUAL

Las condiciones de degradación ambiental junto con las condiciones desigualdad y exclusión social evidencian la dimensión de la problemática que se presenta en Isla Maciel. Así se hace esencial considerar la realidad particular que atraviesa a los habitantes, puesto que es en este espacio donde producen y reproducen su vida cotidiana y su subjetividad.

Isla Maciel, forma parte de la Cuenca Matanza Riachuelo, una región en la que confluyen múltiples problemas socio-ambientales, que comprende diversos aspectos económicos, sociales, ambientales, culturales y políticos. Presenta un alto nivel de contaminación de los cursos de agua, degradación del ambiente en general y de la calidad de vida de sus habitantes. En primer lugar es necesario definir al ambiente como “un sistema complejo, emergente de interacción entre sociedad y naturaleza, donde permanentemente se conjugan interacciones e interdependencias entre las dimensiones naturales, sociales, económicas, culturales, políticas, tecnológicas y éticas” (Secretaria de ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. 2009: 161).

Es decir que se reconocen múltiples problemas, que tienen un contexto histórico determinado por el modo de interacción de la sociedad con la naturaleza. En este sentido los problemas ambientales son los impactos generados por los seres humanos en los procesos que se han sustentado a través de los modelos culturales, sociales, políticos y económicos, los cuales han sido consolidados históricamente sobre la base de la transformación de la naturaleza. En relación directa con los modos de producción, distribución y consumo que sostiene la sociedad, así como el sistema de valores que sustenta el modelo de desarrollo basado en un crecimiento económico ilimitado, el individualismo y la competencia. (Ídem.: 163).

Isla Maciel se encuentra en el partido de Avellaneda y está conformada por unas veinte manzanas que se ubican entre el Riachuelo, las vías del ferrocarril y la Avenida Pinzón. Presenta una arquitectura precaria, de conventillos y ranchos construidos en chapa y madera, y su antiguo escenario de fábricas pequeñas y astilleros ha dado lugar a un desolado panorama de portones cerrados y paredes derruidas.

Si bien geográficamente podría afirmarse que Isla Maciel no es una isla, la sociedad se ha encargado de que así sea. Por un lado, está el Riachuelo, cuyo puente que comunica la Ciudad de Buenos Aires con la Isla está recientemente habilitado, por el trabajo de vialidad nacional. Por otro lado, está la autopista que hace de frontera física entre la Isla y el resto de Avellaneda. Y, finalmente, está el arroyo Maciel, que está entubado, pero aún determina el límite del barrio.

En Isla Maciel todavía se mantienen en pie algunas estructuras de principios y mediados del siglo pasado los viejos y antiguos conventillos. Algunos han sido tomados a la fuerza, pero otros son alquilados por familias numerosas. Estos precarios hogares están hechos de chapa y maderas, lo más común en esos lugares donde a veces llegan a vivir varias familias, son los incendios.

El peso de “La Isla” se siente también al momento de buscar trabajo. Muchos consideran que es casi una condena escribir la dirección donde viven porque, de esta manera, no los tienen en cuenta para el puesto que solicitan.

La exclusión social no sólo se advierte en el estereotipo de sus identidades, al ser considerados desde las representaciones sociales como una amenaza, protagonistas de prácticas marginales, sino también en la propia dificultad para superar el estigma de la desvalorización social, y la convicción de que sus capacidades y derechos son limitados. La sola mención del barrio lleva asociada casi de inmediato, en la mayoría de las personas, la idea de los prostíbulos que existieron durante mucho tiempo.

A pocos metros de las vías del ferrocarril habita parte de la población de la isla, allí varias familias viven, sin exageraciones, a menos de medio metro de las vías, donde pasa el tren de carga que traslada los containers que llegan al “docke”. El ferrocarril pasa unas tres o cuatro veces durante la madrugada, y las precarias estructuras que construyeron a modo de hogar tiemblan como si un sismo se hubiera hecho presente.

Club Atlético San Telmo es uno de los orgullos de los habitantes y lo muestran en cada rincón, los colores azul y celeste se multiplican en las pintadas que decoran las paredes de las casas.

Los habitantes de Isla Maciel se encuentran en condiciones de vulnerabilidad social, desde el enfoque de vulnerabilidad se concibe al sujeto en una condición de indefensión, ya sea ante una situación objetiva o subjetiva. Se entiende por vulnerabilidad a “(…) un estado de ciertos grupos sociales que pueden comprobarse; es consecuencia de un proceso de acumulación de factores socio-económicos, ambientales, habitacionales, sanitarios, nutricionales e incluso psico-sociales”. (HERZER. 1995: 5).

La situación de vulnerabilidad social, como la exclusión y la marginalidad, se vio agravada con la implementación de la lógica neo-liberal, donde el ajuste económico tiene lugar a partir de la extendida influencia y circulación del capital financiero internacional, que reduce el apoyo del Estado en el bienestar y la inversión social en general. Desde esta nueva lógica se precariza y flexibiliza el trabajo, se produce un achicamiento del estado y se reduce del gasto público. Esto factores trajeron como consecuencia el aumento de la concentración del ingreso, de la desocupación e inestabilidad laboral, la marginación y la pobreza. Impactando todo esto especialmente en las clases populares que no pueden insertarse en el sistema productivo a partir de las dificultades para incorporarse en el mercado laboral formal, tal como sucede con los habitantes de Isla Maciel. (SVAMPA, 2000)

Así se hace necesario considerar la vulnerabilidad a partir de un análisis que, integre múltiples dimensiones relativas a las necesidades básicas pero también a las subjetivas. Esto se vincula con el concepto de calidad de vida “es una medida de logro respecto de un nivel establecido como óptimo teniendo en cuenta dimensiones socioeconómicas y ambientales dependientes de la escala de valores prevaleciente en la sociedad y que varían en función de las expectativas de progreso histórico.” (VELAZQUEZ, 2005: 1).

Es necesario reconocer que la localización en el espacio tiene mucha importancia para la satisfacción de las necesidades

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