LA CRISIS CONTEMPORÁNEA DEL CAPITALISMO

La crisis contemporánea del capitalismo

A lo largo del siglo XX, cambios en el orden mundial y las naciones han representado tanto progreso como regresión para la humanidad, y mientras se busca una simplificación de la vida humana, la solución a problemas básicos (como la desnutrición y la pobreza) parece quedar lejos de los planteamientos y programas pensados por los gobiernos y las organizaciones internacionales.

La economía internacional contemporánea se ha visto constantemente aunada a las crisis, puesto que, entendiéndolas desde la teoría marxista, son parte esencial del sistema capitalista.

Siguiendo el supuesto de que las crisis se constituyen en periodos dialécticos, lo que implicaría que la economía nacional tenga una tendencia de crisis financiera de larga duración, que inició a finales de los años sesenta y que se mantiene hasta la actualidad. Además de ello, es conveniente valorar el estudio de las regularidades o patrones en los procesos económicos históricos, ya que esto "debiera facilitar o contribuir a la lectura de las posibles tendencias futuras y a reconocer con mayor certeza las posibles consecuencias en el futuro inmediato de los hechos y acciones de hoy." (Correa, 1998)

Diversos elementos han estado presentes en la crisis, y han hecho que se mermen algunas de las vías de salida que proporciona el mismo proceso crítico, como lo es la desregulación financiera.

Si bien se consideran en principios teóricos los mecanismos de mercado autónomos, es necesario implementar marcos regulatorios que supervisen y controlen su correcto desarrollo.

Y ante esto penosamente nos encontramos con incorrectas políticas que con el afán de solventar dificultades financieras específicas para un determinado y corto tiempo (sexenio, generalmente) interfieren con la operacionalización del mercado, consiguiendo alentar este proceso de desahogo llamado crisis.

El área de finanzas internacionales siempre ha sido una de las áreas más elusivas de la economía, en parte por la forma en que los capitales se mueven con una complejidad increíble, dando pie a una conjugación de las naciones y una constante búsqueda de la estabilidad.

Se considera que el ciclo económico que viene sucediendo desde los años veintes ha pasado por 2 etapas: inflación y deflación, que supone crecimiento y descenso. Pero englobando el proceso, nos encontramos con constantes medidas y elementos emergentes que modifican las condiciones "naturales" en que se desarrollaría, como son el rápido crecimiento del mercado de bonos y acciones, la internacionalización bancaria y su proliferación de las operaciones fuera de balance, así como el desarrollo de los inversionistas institucionales y el crecimiento del intercambio extrabursátil de productos financieros.

De esta forma, tras el paso abrumador de la Segunda Guerra Mundial sobre Europa, fue Estados Unidos quien tomó las riendas de la economía mundial, haciendo el papel de regulador y convirtiéndose su

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