LA EDUCACIÓN COMO FENÓMENO SOCIAL

LA EDUCACIÓN COMO FENÓMENO SOCIAL

 la educación es una cosa eminentemente social. Es social por su fin. Lejos está de que tenga por objeto realizar la naturaleza individual del hombre en general; ella varía de una sociedad a otra. Primero, en el momento en que las sociedades han conseguido un cierto grado de diferenciación, se la ve diferenciarse en sí misma siguiendo las clases, las profesiones. Ahora bien, esta especialización es dictada por necesidades sociales; pues la educación responde a la forma en la cual el trabajo social está dividido y organizado en cada momento de la historia. 

las ciudades norteamericanas más densamente pobladas en los noventa atraían a una gran proporción de trabajadores jóvenes universitarios debido a las economías de aprendizaje que generaban. De acuerdo con su propuesta, los trabajadores aprenden entre sí cuando son jóvenes, incrementando sus habilidades y productividad y cuando se hacen mayores y sus habilidades decrecen, algunos de ellos deciden retirarse de los centros urbanos. El autor resalta que, gracias al crecimiento de la computarización y la flexibilidad en el mercado de trabajo en los 80 y 90, las habilidades se hicieron más transferibles convirtiendo a las ciudades en campos de aprendizaje para los trabajadores jóvenes educados.[pic 1]

Se considera que los graduados universitarios deciden quedarse en las grandes ciudades, incluso con mejoras en las pequeñas ciudades. Desde el punto de vista metodológico, el trabajo de Moretti (2004) es buen referente. En este artículo, el autor estudia los retornos sociales de la educación a partir de un modelo que considera la proporción de graduados universitarios en las ciudades y sus efectos sobre la productividad en términos salariales. En particular, identifica los retornos sociales de la educación comparando los salarios de los individuos con características similares que viven en áreas metropolitanas diferentes y que tienen distintas proporciones de trabajadores con educación superior.

El enfoque de Moretti plantea una primera aproximación econométrica para el estudio de los retornos, por medio de una ecuación minceriana, en la que se incluye el efecto del capital humano agregado sobre los salarios de los individuos. Sin embargo, existen al menos 2 inconvenientes con esta estimación: en primer lugar, la estimación puede estar sesgada debido al problema de selección muestral, de observar ingresos solamente para personas ocupadas; en segundo lugar, el nivel agregado de capital humano en las ciudades es una variable endógena. En el primer caso, la estimación se corrige estimando un modelo de selección de Heckman. En el segundo caso y dado que la estimación del retorno solo indicaría la correlación positiva entre las dos variables y no el efecto causal de una mayor proporción de graduados universitarios sobre la productividad individual, es necesario utilizar variables instrumentales.

Partiendo de la propuesta de Moretti (2004), se presenta y discute la evidencia sobre el tamaño y la evolución de los retornos sociales en varios países. Bajo este marco conceptual, la educación tiene un efecto agregado sobre la productividad y los salarios de diferentes grupos de trabajadores vía externalidades generadas por la interacción de trabajadores con diferentes niveles educativos. La variable nivel agregado de capital humano, será el promedio de años de escolaridad en cada ciudad,

Entre el conjunto de beneficios sociales derivados del incremento del nivel educativo de las personas se resalta el efecto de la educación sobre problemáticas como la violencia, el hurto y el crimen. En términos generales, la literatura es concluyente con relación al efecto disuasivo de la escolaridad sobre el comportamiento y las elecciones criminales. A nivel internacional y en el plano local, los estudios que han abordado el vínculo educación- crimen sugieren que un mayor nivel educativo tiende a reducir las tasas de violencia y crimen.

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