LA ESCUELA COMO FUERZA CONSERVADORA DESIGUALDADES ESCOLARES Y CULTURALES
Enviado por alan.26 • 5 de Agosto de 2019 • Apuntes • 10.774 Palabras (44 Páginas) • 497 Visitas
LA ESCUELA CONSERVADORA: LAS DESIGUALDADES FRENTE A LA ESCUELA Y LA CULTURA[1]
Pierre Bourdieu
Es probablemente por un efecto de inercia cultural que continuamos tomando al sistema escolar como un factor de movilidad social, según la ideología de la “escuela liberadora”, cuando, al contrario, todo lo contrario, ella tiende a mostrar que es uno de los factores más eficaces de conservación social, pues contribuye a la apariencia de legitimidad de las desigualdades sociales, y sanciona la herencia cultural y el don social es tratado como un don natural.
Justamente porque los mecanismos de eliminación actúan durante toda la carrera, es legítimo aprender los efectos de esos mecanismos en los grados más elevados de la carrera escolar. Pues, se ve en las oportunidades de acceso a la enseñanza superior el resultado de una selección directa o indirecta, que, a lo largo de la escolaridad, pesa con desigual rigor sobre sujetos de diferentes clases sociales. Un joven de la camada superior tiene ochenta veces más chances de entrar en la universidad que el hijo de un asalariado agrícola, y cuarenta veces más que el hijo de un obrero, y sus chances, son todavía, dos veces superior a las de un joven de clase media. Es digno de notar el hecho de que las instituciones de enseñanza tengan también el reclutamiento más aristocrático: así, los hijos de los cuadros superiores o de profesiones liberales constituyen 57% de los alumnos de la Escuela Politécnica, 54% de la Escuela Normal Superior, 47% de la Escuela Central y 44% del Instituto de Estudios Políticos.
Pero no es suficiente enunciar el hecho de la desigualdad delante de la escuela, es necesario describir los mecanismos objetivos que determinan la eliminación continua de los niños desfavorecidos. Parece, en efecto, que la explicación sociológica puede esclarecer completamente las diferencias de éxito que se atribuyen, más frecuentemente, a la diferencia de dones. La acción del privilegio cultural sólo es percibida, en la mayor parte de las veces, sobre sus formas más groseras, esto es, como recomendaciones o relaciones, ayuda en el trabajo escolar o enseñanza complementaria, informaciones sobre el sistema de enseñanza y las perspectivas profesionales. En realidad, cada familia transmite a sus hijos, más por vías indirectas que directas, un cierto capital cultural y un cierto ethos, sistema de valores implícito y profundamente interiorizados, que contribuyen para definir, entre otras cosas, las actitudes que hacen al capital cultural y a la institución escolar. La herencia cultural, que difiere, sobre los dos aspectos, según las clases sociales, es la responsable por la diferencia inicial de los niños delante de la experiencia escolar y, consecuentemente, por las tasas de éxito.
La transmisión del capital cultural
La influencia del capital cultural se deja aprehender sobre la forma de la relación, muchas veces constatada, entre el nivel cultural global de la familia y el éxito escolar del niño. La parcela de los “buenos alumnos” en una muestra del quinto grado crece en función de la renta de la familia. Paul Clerc mostró que, con un título igual, la renta no ejercía ninguna influencia propia sobre el éxito escolar y que, al contrario, con una renta igual, la proporción de buenos alumnos varía de manera significativa según el padre sea graduado o sea bachiller, lo que permite concluir que la acción del medio familiar sobre el éxito escolar es casi exclusivamente cultural. Más que los títulos obtenidos por el padre, además del tipo de escolaridad que siguió, es el nivel cultural global del grupo familiar que mantiene la relación más estrecha con el éxito escolar del niño. Aunque el éxito escolar aparezca ligado igualmente al éxito escolar del padre o de la madre, se perciben todavía variaciones significativas en el éxito del niño cuando los padres son de nivel desigual.
El análisis de los casos en que los niveles culturales de los padres son desiguales no debe hacernos olvidar que ellos se encuentran vinculados (en razón de la homogamia de clases[2]), y las ventajas que están asociadas a los padres son acumulativas, como se ve en el quinto grado, en que los hijos de padres con título de bachillerato obtienen una tasa de éxito de 77% contra 62% para hijos de un bachiller y de una persona sin título; esa diferencia se manifiesta más nítidamente en los grados más elevados de los cursos. Una evaluación precisa de las ventajas y de las desventajas transmitidas por el medio familiar debería llevar en cuenta no solamente el nivel cultural del padre o de la madre, también el de los ascendientes de una u otra rama de la familia (y también, sin duda, el del conjunto de la familia extensa). Así, el conocimiento que los estudiantes de letras tienen del teatro (medido por el número de obras vistas) se jerarquiza perfectamente según la categoría profesional del padre o del abuelo sea más elevada, o a medida que la categoría socioprofesional del padre o del abuelo se elevan conjuntamente; pero, por otro lado, para un valor fijo de cada una de esas variables, la otra tiende, por sí sola, a jerarquizar a los escolares. Así, en virtud de la lentitud de los procesos de aculturación, diferencias sutiles vinculadas a las antigüedades del acceso a la cultura continúan con la separación de individuos aparentemente iguales en cuanto al éxito social y asimismo al éxito escolar. La nobleza cultural también tiene sus grados de descendencia.
Más allá de eso, sabiendo que la residencia parisina o provinciana (propiamente ligada a la categoría socioprofesional del padre) está también asociada a las ventajas y desventajas culturales cuyo efecto se nota en todos los sectores, se trate de resultados escolares anteriores, de prácticas y de conocimientos culturales (en materia de teatro, música, jazz, o cine), o incluso de la facilidad lingüística, se ve la consideración de un conjunto restricto de variables – a saber, el nivel cultural de los antepasados de la primera y de la segunda generación, y la residencia – permite explicar las variaciones más importante del éxito escolar, incluso en un nivel elevado de la carrera.
Es hasta posible que la combinación de esos criterios permita comprender las variaciones observadas en el interior de los grupos de estudiantes homogéneos en relación a la categoría socioprofesional de origen: es así que los jóvenes de las camadas superiores tienden a obtener regularmente resultados que se distribuyen de manera bimodal, eso tanto en sus prácticas y en sus conocimientos culturales cuanto en sus capacidades para la comprensión y el manejo de la lengua (un tercio de ellos se distingue por los desempeños nítidamente superiores al resto de la categoría). Un análisis multivariado, teniendo en cuenta solamente el nivel cultural del padre y de la madre, el de los abuelos paternos y maternos y la residencia en el momento de los estudios superiores y durante la adolescencia, y también un conjunto de características del pasado escolar, como, por ejemplo, la rama de los cursos secundarios (clásico, moderno u otro) y el tipo de establecimiento (colegio o liceo, institución pública o privada), permite explicar casi enteramente los diferentes grados de éxito obtenido por los diferentes subgrupos definidos por la combinación de esos criterios; y eso sin apelar, absolutamente, a las desigualdades innatas. Consecuentemente, un modelo que tenga en cuenta esas diferentes variables – y también las características demográficas del grupo familiar, como el tamaño de la familia – permitiría hacer un cálculo muy preciso de las esperanzas de vida escolar.
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