LAPAROSCOPIA UN FUTURO MAS CONFIABLE
Enviado por Beli Requejo • 27 de Octubre de 2015 • Monografía • 1.809 Palabras (8 Páginas) • 292 Visitas
SÍNTOMA CASTRACIÓN – Frente a la carencia paterna ¿Hay una posible suplencia?
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Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo dar cuenta de que la fobia viene a suplir la carencia paterna; Analizar y explicar cómo la misma es una posibilidad para que el sujeto, que no le teme al padre, pueda atravesar el Edipo y tener los títulos en el bolsillo, tal como lo postula Lacan en su seminario 5.
Para poder responder dicho interrogante se comenzará analizando y desarrollando el modo en que Lacan expone los tres tiempos del Edipo y cómo se presenta la metáfora en el mismo, realizando una articulación teórica-clínica con el caso del pequeño Hans expuesto por Freud. En segundo lugar, se expondrá cómo Juanito suple la carencia paterna dando cuenta de la lectura que realiza Lacan del mismo, con el fin de visualizar la función que posee síntoma de la fobia, si viene o no a dar auxilio a la carencia paterna. Por último, se arribara a una conclusión.
Desarrollo
Lacan realiza una lectura del complejo de Edipo freudiano, o al menos de un aspecto del mismo, en su seminario 5. En este expone e introduce el concepto de metáfora paterna como intento de formalizar el complejo de Edipo. Lacan llega a afirmar de un modo extremo que “…toda la cuestión de los callejones sin salida del Edipo puede resolverse planteando la intervención del padre como la sustitución de un significante por otro significante” (LACAN 1957-1958, 180). O también que “…el padre es un significante que sustituye a otro significante “(LACAN 1957 – 57, 179). Es en ese mismo seminario que Lacan se pregunta y se responde ¿qué es la carencia paterna? En sus palabras, “Existen los padres débiles, los padres sumisos y los padres sometidos” pero se ver que le padre existe incluso sin estar. Con esto explica que, que no esté presente en la familia, no es hablar de su carencia en el Edipo, lo fundamental es la función que cumple éste y no su presencia o ausencia. Lo fundamental no es la mejor o peor actitud, la mayor o menor presencia, sino los efectos que produce la función simbólica del nombre del padre como soporte de la ley, de la sustitución del deseo materno. Al mismo tiempo “es las operación del Nombre del padre solidaria de las castración que produce un acotamiento de goce, un punto de basta” (Pino, 2012).
En el mismo seminario Lacan postula un primer tiempo lógico en el que sitúa la simbolización de las “ideas y vueltas” de la madre. En este tiempo se presenta el deseo de la madre como sin razón, insensato y absoluto. Lacan (1957-58) expresa que el niño visualiza que hay en ella algo más que él, y por eso se ausenta. Interpretado que lo que está más allá de él es el falo, intuyendo que ese es su deseo, lo cual lleva a identifique con el mismo ubicándose como falo imaginario de la madre, quedando sometido a su capricho. Este tiempo se visualiza en el caso del pequeño Hans expuesto por Freud (1909), Lacan realiza una lectura del mismo El Seminario 4 explicando que se encuentra en este primer tiempo del Edipo antes de que desencadene la fobia, ya que el niño se identifica como el falo imaginario; llama a esto una relación imaginaria tramposa, porque le asegura a la madre que puede colmarla incluyéndose como de deseo de la madre, situándose en satisfacer lo que en verdad no puede ser satisfecho. Se puede ver el historial clínico presentado por Freud como el falo es el eje fundamental, el niño clasifica los objetos del universo de acuerdo a la presencia del mismo, es decir, los que tienen y los que no.
Ahora, ¿Por qué Juanito se angustia si estaba tan contento por ser el falo de la madre? ¿Qué cambia en su vida que hace que se rompa esa “felicidad” y aparezca angustia? Lacan expresa en el seminario 4 que se debe a la irrupción del pene real y la carencia del padre real. “El hecho de que empiece a tener erecciones complejiza ya ese plano imaginario entre la madre, el niño y el falo como objeto de deseo de la madre” (Damasia, 2012, 129) Lacan expresa que a lo anterior expuesto se le suma el nacimiento de la hermanita ya que contribuye a sacar a Juanito de este círculo. Es así que la angustia surge frente a diversos elementos reales que vienen a complicar la situación, en palabras de Damasia (2012) “frente a estos tres acontecimientos, erección del pene, nacimiento de la hermana y desprecio del falo del niño es que se produce la aparición de la angustia” El niño para Lacan (1956) cae en su propia trampa, se ve confrontado entre cumplir con una imagen y tener algo real que ofrecer, pues no puede ser el falo de la madre y a la vez tenerlo. Entonces está sujetado por ese deseo, no sabe qué es y no puede encontrar por si sólo la solución, por lo cual es necesario que el padre venga a separarlo de ese lugar, a barrar el deseo insensato de la madre que le causa angustia. De esta manera, para poder entrar en el segundo tiempo lógico del Edipo y salir de esa posición de objeto es necesario según que el padre prive a la madre de lo que a fin y al cabo no tiene (Lacan 1958). Que el padre entre en función como privador de la madre, “(…) como el que castra (…)” (Lacan, 1957-58, 191) Esto permite puede afirmarse que el nombre del padre “castra” el deseo de la madre, le pone límites a sus capricho. En relación a esta función del Edipo se encuentras las siguientes palabras de Delgado (2011), “el complejo de Edipo es un operadora de interdicción, sustitución y reforzamiento” ya que viene a ser un corte de ese lugar de falo, dicho corte es dado por la función de la ley paterna. “El padre agente de esa ley debe él también estar sometido a la ley, al mismo tiempo que prohíbe y dona las sustituciones debe prohibirse él ciertas satisfacciones” (Delgado, 2011) Todo esto posibilita el movimiento de deja de ser el falo para tenerlo y atravesar así el Edipo.
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