LOS TEMPLARIOS

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LOS TEMPLARIOS[pic 5]

Los templarios o la Orden del Temple como también se lo conoce, surge con la primera cruzada en los años de 1096 – 1099, con el caballero francés Hugo de Payns y el caballero flamenco Godofredo de Saint-Adhemar, con la idea de crear una orden monástica, cuya misión era proteger o custodiar a los peregrinos de los peligrosos caminos que llevaban a Tierra Santa.

El nombre original fue el de (Orden de los Pobres Soldados de Cristo) formada por 9 caballeros cuyos nombres fueron:

• Hugo de Payns
• Godofredo de Saint-Omer
• Godofredo Bisol
• Payén de Mont-Didier
• Archembaud de Saint Aignant
• Gondemar
• Andrés de Montbard
• Hugo de Champagne
• Jacques de Rossal

Aunque su nombre anterior duro muy poco, se les fue conociendo ya como (Orden del Temple) y consigo a sus miembros como caballeros templarios; se les fue asignado este nombre ya que sus cuarteles se situaban sobre el solar del antiguo templo de Salomón o también conocida como la mezquita blanca de al-Aqsa; es establecieron aquí, ya que esta fue una donación hecha por el Rey Balduino II de Jerusalén; uno de los misterios que rodean a la Orden es la de que durante los 9 primeros años no fue nadie más admitido que los caballeros ya señalados anteriormente, una de las especulaciones que se genera es la de que cuando establecieron en el Templo de Salomón en las excavaciones secretas que realizaron pudieron haber buscado el Arca de la Alianza.

Un año después de que los templarios lograron una gran popularidad y admiración, el Papa Inocencio II decidió que la Orden quedara exenta de varias leyes locales. Por ejemplo, ellos tenían la libertad de movilizarse por todo el territorio, pasar libremente por las fronteras, no pagaban impuestos, y quizá la más importante que fue la que estaban exentos de la autoridad civil pero no de la religiosa.

Debido a los puntos mostrados anteriormente, los templarios crecieron rápidamente y consigo fueron requeridos para el apoyo del avance en las batallas clave de las Cruzadas, gracias a esto una de las victorias más famosas es la del año de 1177 en Montgisard, en la que 500 caballeros templarios ayudaron a la caída del ejército de Saladino.

Un siglo más tarde, el historiador Jacques de Vitry, hace un extraordinario señalamiento a lo que fue la Orden: "Ciertos caballeros, amados por Dios y consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo. Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que les daban los fieles."

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