La Biblioteca.

LA BIBLIOTECA

Autor:  Juan Carlos Cardoso Peralta

Desde muy niño mis ansias de saber y de imaginar, hacían que frecuentara bastante una antigua biblioteca, la cual quedaba lejos de mi casa.  Por lo menos dos veces a la semana tomaba mi biciclo y sin haber siquiera pedido permiso a mis padres, partía, aun con mi brazo lastimado, lo más rápido que podía.

El camino no era nada de fácil, debía atravesar casi media ciudad para logarlo, entre senderos llenos de tierra y polvo que dificultaban mi visibilidad, y charcos de agua y barro que no solo dejaban ver uno que otro anfibio, sino que algún microbio, o algo parecido, listo a contagiarte de una enfermedad no deseada.  Lamentablemente esto ocurría muy a menudo, producto de intensas lluvias que, sin previo aviso, se dejaban caer.

Siguiendo con mi largo camino, el paso por una playa cercana hace difícil de distinguir, a lo lejos en el mar, si es algún pez u otro animal marino o definitivamente es mi vecino que trabaja de buzo para una empresa portuaria.  Él, en sus ratos libres se las da de benefactor al llevarles, todos los días, uno que otro pescado que logra atrapar en su trabajo, a una familia muy pobre que habita el vecindario, con un padre vagabundo y nauseabundo, además bastante bravío, que no es capaz de obtener un poco de alimento para dar de comer a sus hijos y que dedica la mayor parte del día a recibir limosnas para luego irse a beber.

  Atribuir esto a la morbilidad de algunas personas, hace anhelar más el tener una familia como la mía, en donde no hay abundancia en lo material pero si mucho respeto, cariño y amabilidad para con los demás.  Por eso es bienaventurado quien conozca a mi familia, partiendo por mi padre, un hombre amable y muy bueno, que es capaz de absolver cualquiera de mis castigos solo con percibir algo de tristeza o arrepentimiento en mí.  Obvio que a veces me aprovecho de tal situación, la cual no ve con mucho beneplácito, pero en fin…soy su hijo.

Mi madre, una mujer de mucha abnegación,  que es capaz de hacerme sucumbir con el solo hecho de preparar uno de mis platos favoritos…biscocho y brocheta… ¿a alguien le puede caber en su cabeza el que haya un plato más exquisito que ese? , yo no creo.  A veces me quedo, por horas, escuchándola recitar poemas y relatar vivencias de personajes creados en cuentos un poco desconocidos, pero muy entretenidos.  No niego que a veces es un poco aburrido, pero solo por estar al lado de ella me llena de alegría, y es una forma de retribuir, de cierta manera, el cariño que me da.

Mi bisabuelo, un hombre muy mayor, que le cuesta mucho movilizarse de un lugar a otro, que tantos años tiene como experiencias acumuladas por sus viajes a lugares inimaginables.  Desde muy pequeño, sus padres lo han llevado de ciudad en ciudad, y de país en país, producto del trabajo que realizaban, conociendo de esa manera, casi medio mundo.  Obtuso y aun con su capacidad biaural de escuchar, mantiene su habilidad de buscar historias y relatos de lugares muy lejanos y juntarlos con sus propias vivencias para escribir, lo que hasta ahora muchos creen, su biografía, que promete ser un libro muy interesante y, a la vez, contribuir un poco a la imaginación de cada uno por estar en esos lugares.  Esperamos que este libro pronto vea la luz o tendremos que contratar a un biógrafo que lo ayude, pues a su edad sería lo ideal. Y obviamente, siendo su bisnieto, debo ser el primero en leer ese libro.

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