La Posmodernidad Macionis & Plummer
Enviado por Chellier • 25 de Febrero de 2016 • Reseña • 3.847 Palabras (16 Páginas) • 507 Visitas
I
La Posmodernidad
Macionis & Plummer
Sociología
Si la modernidad fue el producto de la revolución industrial, ¿ha sido la revolución de la información la que nos ha empujado a la era posmoderna? Un buen número de estudios contesta afirmativamente, y usan el termino posmodernidad para referirse a las relaciones sociales características de las sociedades posindustriales.
Sin embargo, una mayor atención al debate revela la existencia de desacuerdos respecto a qué constituye exactamente la posmodernidad. El término –usado desde hace tiempo en el ámbito de la literatura, la filosofía y la arquitectura– se ha incorporado a la sociología tras una ola de crítica social que se desarrolló con el auge de la política izquierdista en los años sesenta. Aunque hay muchas variaciones en el pensamiento posmoderno, todas las corrientes comparten cinco afirmaciones (Bernstein, 1992; Borgmann, 1992; Crook, 1992; Hall y Neitz, 1993):
- En muchos aspectos importantes, la modernidad ha fracasado. La promesa de la modernidad era el disfrute de una vida libre de las necesidades. A ojos de muchos críticos posmodernos, el siglo XX no ha conseguido erradicar problemas sociales como la pobreza o, tan siquiera, garantizar la seguridad económica de muchas personas.
- La antorcha que guía el «progreso» se está apagando. Los habitantes de las sociedades modernas miran al futuro con la esperanza de que sus vidas mejoren de forma considerable; sin embargo, las personas de las sociedades posmodernas (e, incluso, sus líderes) tienen menos confianza en lo que pueda deparar el futuro. Es más, el tremendo optimismo que invadió a la sociedad a con el comienzo de la era moderna hace más de un siglo ha sido sustituido por el pesimismo de una mayoría de adultos que creen que su vida está empeorando.
- La ciencia ya no tiene las respuestas. EI rasgo principal de la era moderna era la perspectiva científica y la creencia firme en que la tecnología haría la vida mejor. La crítica posmoderna afirma que la ciencia ha creado más problemas (como la degradación ambiental) de los que ha resuelto; en general, los pensadores posmodernos desprecian la fundamentación misma de la ciencia –la creencia en que la realidad objetiva y la verdad existen realmente. La realidad es algo que se construye socialmente y no algo que existe naturalmente; además, la «deconstrucción» de la ciencia muestra que este sistema de ideas ha sido muy utilizado con fines políticos, especialmente por los sectores poderosos de la sociedad.
- Los debates culturales se están intensificando. Como ya se ha explicado, la modernidad surgió envuelta en una promesa de promover la individualidad y de extender la tolerancia. Sin embargo, los críticos afirman que la actual sociedad posmoderna no ha alcanzado esta meta; por ejemplo, los estudios sobre la identidad homosexual consideran que el «heterosexismo» continúa dominando la sociedad. El multiculturalismo defiende el que las minorías que han sido tradicionalmente marginadas e ignoradas, consigan mayor poder.
- Las instituciones sociales están cambiando. La industrialización trajo consigo la transformación radical de las instituciones sociales; y el auge de la sociedad posindustrial está reconfigurando la sociedad una vez más. Por ejemplo, del mismo modo que la revolución industrial situaba lo material en el centro de la vida productiva, ahora la revolución de la información ha potenciado las ideas. Así mismo, la familia posmoderna ya no se ajusta a una sola formula; en su lugar, los individuos están encontrando distintos modos de relacionarse unos con otros.
Evaluación critica
La crítica posmoderna afirma que el mundo occidental ha fracasado en la realización de la promesa de cubrir las necesidades humanas. Aun así, pocos estarían de acuerdo con que la modernidad ha fracasado completamente; al fin y al cabo, hemos asistido a un importante aumento de la duración y la calidad de la vida a lo largo de este siglo. Es más, aunque aceptáramos las críticas posmodernas a la ciencia y a las nociones tradicionales de progreso, ¿cuáles son las alterativas? En este sentido, también hay una gran variedad de interpretaciones muy diferentes sobre las tendencias sociales más recientes.
Existen múltiples ejemplos de conducta que se consideran fenómenos culturales posmodernos, como el uso cada día más frecuente de telefonía móvil con las múltiples aplicaciones que convergen en un solo aparato; la creciente incidencia de divorcios que amenazan la funcionalidad de la institucionalidad de la familia; el ‘nuevo ateísmo’ y su paradójica militancia; la urgencia con que se presenta el debate ecológico; el narcisismo que se despliega en diversas modas de fisiculturismo consumista; la gradual aceptación de la homosexualidad; la informalidad en el vestir y hablar y muchas otras conductas que parecieran confirmar la existencia de una nueva etapa de la cultura moderna que se ha dado por llamar posmodernidad. La siguiente lectura ilustra una más de estas conductas. Prof. G.C.
II
La adolescentización de nuestra sociedad
J. Silvio Botero Giraldo, CSsR.
VIDA PASTORAL /103
Julio-Septiembre / 2001
Puede sonar ofensivo un título en estos términos a los oídos de una sociedad autosuficiente y orgullosa de sus logros como la nuestra. No es una intuición personal. Son muchos los autores a nivel nacional e internacional, libros, revistas y diarios, que frecuentemente aluden a este tema.
Responsable de este fenómeno de la ‘adolescentización’ es la época de la posmodernidad en que vivimos, y para mal de todos, la vivimos casi sin darnos cuenta. Los jóvenes de hoy son los mejores representantes de esta modalidad posmoderna y son los más efectivos difusores de la misma.
La posmodernidad está engendrando un tipo de cultura especial: los autores la llaman ‘cultura débil’, otros hablan de ‘cultura light’ (superficial) lo que augura que en un futuro próximo nuestra sociedad será una sociedad débil, y por tanto, tendremos una familia débil, una escuela débil, una ética débil, un hombre débil. No es necesario ser profetas para decir cuál será el futuro de nuestro mundo si observamos el tipo de adolescente y el modelo de joven que se está formando en medio de los hogares y que asiste a la escuela de hoy.
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