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La construcción de la realidad social. El caso de TV3.


Enviado por   •  16 de Enero de 2017  •  Ensayo  •  2.394 Palabras (10 Páginas)  •  244 Visitas

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Introducción

En este ensayo me propongo establecer una relación entre la teoría de la construcción de la realidad social y el tratamiento de la situación política de Catalunya entre 2012 y la actualidad por parte de TV3. Mi hipótesis sería la siguiente: TV3 contribuye a la creación de opiniones favorables a la independencia de Cataluña.

En primer lugar, hablaré del conocimiento a través del lenguaje. A continuación, destacaré la importancia de los medios de comunicación en la creación de nuevas realidades en nuestra sociedad y, finalmente, analizaré si TV3 crea o no realidades en la sociedad catalana y de qué manera.

El conocimiento y los medios

Cómo conocemos? Cómo construimos nuestra realidad? Nuestra realidad, es decir, el modo con el que interpretamos la realidad, se construye principalmente a partir de lo que percibimos, es decir, aquello que nuestros sentidos perciben, y lo que nos cuentan.

En el primer caso, el conocimiento adquirido se reduce exclusivamente a nuestro entorno, pues no podemos sentir nada que no se encuentre en él. Si nuestro conocimiento, nuestra concepción de la realidad, se basara únicamente en aquello que sentimos, sin recibir ningún tipo de comunicación por parte de otras realidades, sería un conocimiento totalmente alejado de la realidad.                      Por ejemplo, hasta 1492 en Europa se creía que el mundo acababa en el Cabo de Finisterre, en Galicia, y que la Tierra era plana y terminaba en un abismo. Sin embargo, la Tierra era esférica y por lo tanto no tenía fin. Ese año, una expedición de tres navíos comandados por Cristóbal Colón quiso ir a la India por una ruta alternativa desconocida, más allá de Finisterre, aunque lo que encontraron en dicha ruta fue el continente americano. Hasta ese momento, América no existía para el resto del mundo porque nadie había estado allí y, por lo tanto, nadie había hablado sobre la existencia de lugar. Significa eso que el continente no existiera? No, significa que nadie en Europa sabía de su existencia.         
Con este simple ejemplo quiero demostrar la importancia de la comunicación en a la hora de conocer. A través de la comunicación, es decir, del lenguaje, creamos nuevas realidades.        
Por ejemplo, alguien puede explicarme con todo tipo de detalles cómo es la Catedral de Santiago de Compostela y, aunque yo no la haya visto con mis propios ojos, esta persona habrá creado en mí una nueva realidad.
Ha conseguido que adopte un conocimiento no sensorial como si lo fuera.

La capacidad de conocer aquello que no hemos percibido a través de nuestros sentidos, es decir, de crear realidades, es exclusiva del ser humano y nos diferencia del resto de animales.         
Tenemos la capacidad de crear un futuro mediante el lenguaje y también de crear un relato del pasado.

Uno puede preguntarse qué conocimiento es de “mayor calidad”, aquel que se adquiere mediante los sentidos o aquel producido por el lenguaje.         
En realidad no existe una prevalencia de uno u otro, sino que son complementarios. Es imposible no sentir, no relacionarnos con nuestro entorno. Por otra parte, un conocimiento basado únicamente en lo percibido por nuestros sentidos es muy limitado.

Las formas de conocimiento o de construcción de la realidad de un individuo son aplicables al conjunto de una sociedad. Hablamos pues de construcción de la realidad social.         
Desde la prehistoria, las sociedades han creado realidades propias a través del lenguaje. Una sociedad, al igual que un individuo, conoce su entorno y también aspectos que no forman parte de este y, lo tanto, está expuesta a los “
imputs de conocimiento”. En casi todos los imperios y eras históricas una comunidad dominante de intelectuales explicó ideológicamente a las masas incultas los objetivos existenciales y el futuro a donde debían encaminarse, imponiéndoles un programa que éstas eran incapaces de organizar por sí mismas.

En la sociedad moderna existe un fenómeno que ha adquirido un enorme peso en la construcción de la realidad social: los medios de comunicación de masas: primero con la generalización de la prensa escrita a finales del sXIX, luego con la de la radio a principios del siglo XX, de la televisión a mediados de este y, finalmente, con la revolución de Internet del siglo XXI.

Si un individuo puede crear nuevas realidades a partir de “algo que le cuentan”, eso es, del lenguaje, en el caso de la sociedad ocurre exactamente lo mismo. En este proceso, los medios de comunicación intervienen como “creadores de realidades”. Por ejemplo, si no fuese por los medios de comunicación, no sabríamos que el pasado viernes, 13 de noviembre, hubo diversos atentados en París. Solo los habitantes de dicha ciudad y de su entorno lo sabrían.

Cuando leo una noticia en un periódico, su autor me está transmitiendo un conocimiento nuevo, una realidad desconocida hasta entonces para mí. Ahora bien, esta noticia no me llegará solamente a mí, sino que será leída por miles de personas creando realidades en cada una de ellas (distintas todas ellas).         

No obstante, debemos cuestionarnos si aquello que nos transmite la noticia se ajusta a la realidad. Su contenido proviene de la interpretación que el autor realiza sobre uno hechos que ha presenciado o que le han contado (suele ser lo más habitual), por lo que estaríamos delante de una interpretación de una interpretación, a la que hay que sumarle nuestro propio juicio.         
Lo que vengo a decir es que aquello que nos dicen los medios no es la verdad absoluta, ya que no nos cuentan todos los detalles de un hecho (es imposible).

La gran capacidad de los medios de comunicación de masas de crear nuevas realidades sociales me lleva a pensar que si una persona recibe más estímulos por parte de estos que de su entorno, es decir, a través de los sentidos, su concepción de la realidad acabará siendo muy parecida a la de los medios que consume. Esto es aplicable también a las sociedades.

Es imposible concebir la sociedad contemporánea sin los mass media, capaces de derrocar gobiernos, de cambiar la opinión pública de un país, de alimentar una guerra, y de tantas otras cosas más que, en un principio, nada tienen que ver con la información, la mera explicación de hechos.         
Mucha gente adormece su nativo espíritu crítico, su autonomía intelectual, por diversiones vacuas, programas insustanciales de televisión, espectáculos informativos que, cuando no están despojados de valores, sumen en la perplejidad o en la ignorancia por la superficialidad de los análisis.

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