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LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DE LA REALIDAD: EL CASO PRESTIGE


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  11.004 Palabras (45 Páginas)  •  549 Visitas

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María José Gómez-Monedero Rosario Guillén, Antonio Márquez Marta Ongil

Gustavo Zappia Amalia Sanjorge Ángel Guillén

Miguel Ferreira

Universidad de Murcia ferreira@um.es

I. Medios de comunicación y producción discursiva

En el presente trabajo exponemos lo que constituye un ejemplo paradigmático de los procesos de

«construcción social de la realidad» (Berger y Luckmann, 1979) en los que nos vemos involucrados, en ocasiones como agentes activos, en otras como receptáculos involuntarios, en nuestra conviven- cia colectiva. El 19 de Noviembre de 2002, el buque petrolero “Prestige” se hundía con una grieta en el casco a pocos kilómetros de la costa gallega, provocando, con su vertido de fuel bajo el agua y las sucesivas mareas negras que el mismo acarreó, uno de los mayores desastres ecológicos de la

historia reciente.1 Los diarios se hicieron eco de la noticia inmediatamente y continuaron dedicándole su atención a lo largo de los meses sucesivos. El presente trabajo es el resultado del seguimiento de la noticia según ésta fue tratada por los periódicos La Razón, ABC, El Mundo, La Voz de Galicia y El

País a lo largo de esos meses.

El tratamiento de la noticia muestra claramente la existencia de dos líneas interpretativas diferencia- das: mientras que La Razón, ABC y El Mundo apoyan, justifican y tienden a mostrar una actitud favo- rable hacia las tesis y actuaciones del gobierno, El País y La Voz de Galicia mantienen una postura crítica respecto a las mismas.

Nuestro análisis de ambas líneas argumentales tratará de poner de manifiesto cómo, a través de ellas, y refiriéndose a un mismo y único fenómeno, surgen dos realidades sociales diferentes en virtud de la producción de unos significados que, lejos de ser neutrales, se hallan inscritos en luchas de poder.

Los procesos de interacción social pueden ser entendidos como campos agónicos (Latour, Bourdieu) en los que los actores están permanentemente involucrados en luchas de poder. Entre tales agentes se encuentran los medios de comunicación. Ahora bien, desde esta perspectiva no cabe, sin embar- go, concebirlos como meros instrumentos de manipulación de la opinión en manos del poder (aunque de facto lo hagan) y que obran de manera unidireccional, sino que, más bien, formando parte de las estructuras sociales y de las luchas de poder que éstas conllevan, actúan (construyendo discursos) obedeciendo a algunos de los intereses en pugna y gozan de una relativa autonomía. Su actuación implica el ejercicio de una cierta violencia simbólica (Bourdieu y Passeron, 1977), pero ésta conlleva unos límites: por un lado, dado que su lucha lo es contra la producción de significados contendientes, para hacerles frente eficazmente su discurso ha de ajustarse a ciertos esquemas; por otro, han de tomar en consideración al público al que va dirigida la información, pues no se trata de un mero re- ceptor pasivo, sino de un público concreto con opiniones particulares, en una situación social especí- fica, inscrito igualmente en esas luchas de poder, de modo que cuando recibe información reacciona, muestra reactividad (Valles, 1997; Maturana y Varela, 1990) ante la misma, demanda que posea cier- to hilo argumental que la dote de coherencia ideológica (aunque ésta esté ausente de hecho), y cuyas actuaciones pueden ajustarse o no a las expectativas de la prensa que se la suministra. Además, los medios de comunicación no actúan ni «existen» únicamente en el ámbito de la producción discursiva, sino que su situación como agentes está igualmente determinada por las condiciones materiales que los caracterizan; es decir, el discurso que producen está condicionado por su posición social.

1 De entre la numerosa bibliografía a la que dio lugar el suceso, podemos citar: Arias (2003), Besanca (2002), Catalán

(2003), de Toro (2003), Fundación Alternativas (2003), Gómez y Ordaz (2003), Gortazar (2003).

Publicación Electrónica de la Universidad Complutense | ISSN 1578-6730

Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 14 (2006.2)

Ingrediente fundamental de las luchas de poder que constituyen la interacción social es el ideológico. Entenderemos por ideología una estructura generadora de prácticas significantes (Pizarro, 1979). Éste concepto de ideología está relacionado con el de competencia semiótica socialmente adquirida (Ibíd.): la ideología, a través de los aparatos por los que actúa, en éste caso los medios de comunica- ción de masas, en concreto la prensa escrita, produce competencia semiótica, esto es, competencia de significados y por los significados, entre los individuos sociales. Pero esa competencia no sólo está estructurada por la ideología, sino que también capacita para transformarla. La dialéctica circun- vala el problema de la primacía de los agentes sobre las estructuras o la primacía de las estructuras sobre los agentes.

Si aplicamos este concepto de ideología, hemos de asumir a su vez que la ideología constituye el conjunto de esquemas que relacionan la posición de clase de ciertos agentes sociales con su discur- so (Pizarro, 1979; Bourdieu, 1991b; Marx y Engels, 2004), y entonces considerar que los medios de comunicación se hallan involucrados en la lucha por la hegemonía ideológica en la que participan determinados grupos, actuando como medios de expresión de los mismos. Su función es «crear» (discursivamente) la realidad más acorde con la ideología de la que son portavoces; obviamente, no pueden hacerlo de cualquier modo: la producción de significados, es decir, de información, comporta una relación dialéctica entre los agentes, productores y receptores, involucrados y entre éstos y sus condiciones estructurales en el campo de lucha en el que se desenvuelven.

A partir de esta premisa sociológica, situaremos nuestro análisis en el terreno documental, pues la prensa escrita constituye un tipo concreto de documento, fuente de datos secundarios. El análisis de documentos nos permite introducir una dimensión histórica en la investigación, en éste caso la inves- tigación de la producción de significados distintos y opuestos sobre un mismo fenómeno, el hundi- miento del Prestige, que se da en la prensa escrita española durante un determinado período de tiem- po.

En primer lugar debemos discernir cuál es la intención del documento, cuál es la intencionalidad en la producción de la información en los diferentes medios analizados. Todos tratan de crear opinión, pero con objetivos diferentes. Para algunos, la intención es establecer un marco ideológico-discursivo

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