La distribución del suelo agropecuario en Colombia.

Colombia es uno de los países con más biodiversidad y ricos en recursos naturales, cuenta con todos las capacidades para ser un país altamente desarrollado en cuanto a la producción agrícola, pero si eso es cierto ¿por qué se tienen problemas económicos?, ¿por qué se necesita del mercado extranjero?, la respuesta es simple, a pesar de ser un país rico en recursos, suelos, biodiversidad, presenta problemas serios de producción, organización y distribución de sus recursos, afectando grandemente al sistema agroindustrial del país, puesto que el factor productivo más importante para la agroindustria es la tierra, la cual está presentando problemas en su asignación y uso.

La agroindustria es una actividad económica, que requiere para su desarrollo la interrelación de una serie de elementos básicos. Estos factores básicos, están presente desde hace mucho tiempo, pero no solo son ellos los que moldean la agroindustria, dado que también estas presentes las relaciones de mercado, de conocimiento y tecnología.

Dentro de los factores de producción están capital, trabajo y tierra; siendo estos dos últimos los elementos claves de la producción según la economía clásica, de ahí que la tenencia de suelos siempre ha sido el punto de más relevancia a la hora de emprender una producción ya sea agrícola o pecuaria.

Sin embargo, tener la tierra no es sólo lo más importante, sino conocer su calidad y su vocación, dado que, según sus características y propiedades un suelo responde de mejor manera refiriéndose a términos de mayor producción y mejor calidad del producto cosechado. Es esto lo que en Colombia no se ha tenido en cuenta a la hora de hacer uso de las tierras, prueba de esto son las cifras publicadas por el  Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) según el cual al menos el 29% de los suelos colombianos productivos están siendo mal utilizados, esta mala distribución y utilización de los suelos ha traído como consecuencia el lento desarrollo de la economía agrícola del país, desaprovechando las bondades de los suelos nacionales sabiendo bien que, Colombia es un país con aptitud para ser una potencia agroalimentaria. Ahora bien, esta situación ha sido causada por diferentes motivos, siendo la perspectiva cultural una de ellas, ya que como es del conocimiento de todos, la producción agrícola de la nación se piensa y efectúa  con base en la necesidad y pensamiento del campesino y del productor sin tener si quiera el mismo productor conocimiento de la composición de su suelo o la asistencia técnica de profesionales, puesto que la cultura de los campesinos del país está muy desligada de la idea de la tecnificación del campo.

Ahora bien, el Estado ha sido en gran parte precursor de este lento desarrollo ya que la actividad agropecuaria en Colombia no cuenta con una guía ambiental, lo cual debe ser una labor incluida en el ordenamiento territorial, la ausencia de estas ha traído graves consecuencias, y  evidencia de la alta necesidad de la publicación y aplicación de este tipo de guías es el manejo que se les da a los suelos. Según cifras oficiales Colombia tiene 114 millones de hectáreas en suelos potencialmente productivos para labores agrícolas, ganaderas y forestales, cerca de 35 millones de estas hectáreas podrían estar generando ya sea, una mayor producción, o bien, estos suelos podrían estar menos afectados, todo esto hubiese sido evitado si se contara con un esquema de planeación de uso de las tierras en todo el país y una ley que organice el uso del suelo y los impuestos según la vocación de los mismos.

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