La informalidad en el Perú: la miopía colectiva derivada en una pandemia
Enviado por okaysherlyn • 2 de Junio de 2022 • Ensayo • 4.939 Palabras (20 Páginas) • 89 Visitas
UNIVERSIDAD DE LIMA
Facultad de Derecho
Problemática Nacional[pic 1]
EVALUACIÓN PARCIAL 2
Sherlyn Gonzales Genebroso
20200919
Mariapaz Rodriguez Díaz
20201808
Adrián Freyre Marquina
20200827
Andre Castillo Casaretto
20202723
Profesor
Josef Zielinski Flores
Lima – Perú
Junio, 2021
La informalidad en el Perú:
la miopía colectiva derivada en una pandemia
En las últimas décadas, junto al crecimiento de las ciudades ha crecido también un fenómeno que resulta frenando el desarrollo de estas: la informalidad. El sector informal hace referencia al conjunto de unidades productivas no constituidas en sociedad que no se encuentran registradas en la administración tributaria (SUNAT). A pesar de que se puede incurrir en la idea de que no estar regulado por las normas, como no contribuir con el pago de los impuestos, supone un beneficio; en realidad, esto también implica no contar con la protección y los servicios que el Estado puede ofrecer (De Soto, 1989). En diversos aspectos, en el Perú la informalidad resulta siendo casi un estilo de vida, pues a pesar de que esta ha disminuido, los porcentajes de esta problemática continúan siendo altos y su erradicación es una tarea difícil que realmente debería ser motivo de preocupación. En el presente ensayo nos proponemos estudiar el fenómeno de la informalidad en el caso peruano, analizando sus causas y consecuencias. Definiremos el concepto de informalidad, demostrando que no posee una causa única, sino que es resultado de una débil capacidad de gestión, supervisión y ejecución del Estado, combinado con los precarios servicios públicos. Para ello emplearemos el informe de la OCDE que ofrece un análisis acerca de la informalidad y sus efectos en la calidad de vida peruana (en materia económica y de bienestar social); el artículo del IPE “Fórmula para salir de la informalidad”, el cual presenta las ventajas que aporta el pertenecer al sector formal de la economía; "Para salir de la Informalidad" de Carlos Melendez y "El Perú Está Calato" de Stiglich y Ganoza.
La informalidad es un fenómeno multidimensional de carácter estructural. Debido a su complejidad, no existe una definición única que la describa. En este caso, definiremos a la informalidad como el conjunto de empresas, trabajadores y actividades que terminan operando fuera de los márgenes legales y normativos que regulan la actividad económica (cargas tributarias). Puede ser entendida como la respuesta alternativa o deformada de los individuos debido a la excesiva regulación económica que resulta en una barrera que impide potenciar su crecimiento. Este fenómeno conduce a la pérdida parcial de los beneficios que gozan aquellos que han abrazado una economía formal. Beneficios tales como la facultad de participar y expandirse en el mercado mundial, el acceso a créditos bancarios o hasta el goce de la protección legal que ofrecen los organismos judiciales y la policía. Gran parte de las empresas informales, las cuales no logran alcanzar un tamaño propicio, emplean mecanismos de carácter arbitrario con el fin de evitar las regulaciones estatales. En ocasiones, los costos de ser informal resultan siendo mayores que sus ganancias percibidas. Por ejemplo, al tener que sobornar continuamente a autoridades para que les permitan seguir funcionando significa no emplear adecuadamente sus utilidades. En lugar de que estas sean invertidas en la mejora de infraestructura o insumos de calidad, las pierden en coimas.
Es verdad que, la informalidad, en cierta medida, ha sido responsable del desarrollo económico del país. Sin embargo, a comparación de una economía formal, su aporte es mínimo, al igual que sus ingresos. Entre los años 2003 y 2013, los ingresos de los trabajadores formales percibieron un aumento del 46%; sin embargo, en un notable contraste, los ingresos de los informales tan solo un 6%. Esto resulta preocupante si tomamos en cuenta que en el Perú, según la investigación realizada por INEI en el 2014, el 79% de la PEA se desenvuelve en un empleo informal y sus producciones formaban parte del 19% del PBI (Producción y empleo informal en el Perú, INEI, 2014).
Teniendo en cuenta estas precisiones, veamos cuáles son las formas en las que se manifiesta la informalidad en nuestro país.
Lamentablemente la informalidad es un cáncer generalizado para el Perú, ha afectado todos sus órganos y lo enferma cada vez más debido a que es un problema estructural. La informalidad no solo afecta al ámbito económico y legal como es comúnmente entendido. Esta se manifiesta en todas las actividades que operan fuera del marco legal y regulatorio. Según la literatura económica vigente las condiciones que llevan a que se origine la informalidad se reducen a tres: una regulación laboral onerosa, deficiente implementación de los servicios públicos y una carente capacidad de supervisión por parte del estado (Gestión, 2015). Deplorablemente, estas condiciones son las que prevalecen en nuestra economía a las cuales se les suma deficiencias como la precaria educación, baja productividad, la precariedad de la fiscalización del Estado, la complejidad de la legislación tributaria, laboral y administrativa. Para Tokman (1982) la informalidad es sinónimo de pobreza y se caracteriza por ser improductiva. La investigación del INEI en 2014 expresó con toda claridad que la causa principal de la informalidad, la razón de ser, y la característica principal del sector informal es la Baja Productividad (BP).
La informalidad es frecuente en la población joven de bajos recursos. Son estas personas las que caen esta patología debido a su bajo nivel educativo y la necesidad los lleva a trabajar bajo toda clase de condiciones. Su situación económica no les permite elegir la opción de formalizarse por los altos costos de esta.
Los efectos directos de esta es la situación actual de nuestro país, donde la informalidad ha invadido todos los sectores. Por ejemplo, en el ámbito del transporte podemos observar que se realizan servicios exentos de supervisión o control. En otros países, como en Chile, los taxis deben de adquirir una patente para poder circular, utilizan taxímetro para cobrar sus tarifas, son pintados con techo amarillo, el conductor cuenta con un permiso específico para conducir el vehículo, están obligados a tener seguro vehicular y tienen que pasar revisión técnica cada seis meses. En el caso del Perú no se presenta este tipo de control para estas acciones negligentes. Los espacios públicos se utilizan como estacionamiento, no se respetan las normas de tránsito lo que genera infracciones y accidentes, lo que refleja la poca educación vial que tienen los peruanos y la mala fiscalización que realizan las autoridades. La informalidad laboral es otra de las grandes patologías que presenta nuestro sistema. Al recorrer las calles de lima es usual ver vendedores ambulantes apropiarse de las vías públicas. Todos conocemos algún lugar donde la “tía veneno” sirve nuestro platillo favorito. Estos negocios, los carritos de comida, son la mera expresión de la informalidad, ya que, la mayoría de ellos (para no decir todos) no cuentan con los permisos necesarios y muchas veces se sitúan en lugares donde contribuyen al caos vehicular. Clarifiquemos el concepto: la informalidad laboral se presenta a los trabajadores respecto de los cuales no se cumplen las normas laborales. Y también, se ejerce por parte del empleador/empresa quienes evaden los impuestos, incumplen las normas municipales, sanitarias y de defensa civil. Las microempresas son más propensas a caer en el fenómeno de la informalidad como también, existen empresas que presentan una semi formalidad verbigracia, una empresa puede tener a sus trabajadores amparados por la ley pero, evadir impuestos. La construcción informal podría considerarse una consecuencia del empleo informal debido a que, son estas personas quienes realizan el trabajo de construcción de los hogares. La falta de una buena infraestructura y planificación generan un crecimiento desordenado de la ciudad y son una amenaza para las personas que habitan estas edificaciones, ya que son construidas en terrenos vulnerables, con materiales incorrectos y por personas no calificadas para el trabajo.
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