La situación de la mujer en Мéxico
Enviado por Mishandoo • 2 de Julio de 2013 • Trabajo • 1.988 Palabras (8 Páginas) • 434 Visitas
INTRODUCCIÓN
Mucho se ha hablado de la baja estima que tiene la mujer en México, por diferentes razones la mujer mexicana ha sido “victima” de las circunstancias que apoyan al machismo pero, ¿Qué es lo que orilla a este tipo de mujeres a decidir jugar este rol? En muchas ocasiones la mujer se ha visto forzada a actuar de esta forma (la victima) y en algunas otras le es indispensable y conveniente para la vida diaria. Se habla mucho de factores que afectan la autoestima de la mujer como los compañeros y la pareja o las madres que tienen una posición determinante porque pueden influenciar en el concepto que una niña o joven tiene de ella y de cómo se siente con respecto a los demás, lo que la llevara a reflejar una autoestima según lo que aprendió, pero dentro de una sociedad como la nuestra que tipo de autoimagen creamos y ¿De dónde viene todo esto? ¿Cuál es la estructura social que nos rige y a la que obedecemos? Existen teorías y estudios que nos demuestran el porqué de esta situación, escritos que nos llevan al trasfondo del fenómeno y que nos serán de ayuda suficiente para un claro entendimiento y hasta para el posible cambio social.
“LA ESTIMA DE LA MUJER MEXICANA”
En México hay poco más de 114 millones de personas según el Inegi en su estadística sociodemográfica del año 2012, en la cual 59 millones son mujeres, la gran mayoría con un grave sentido de inferioridad, sentimiento arraigado por la falta de seguridad. Y aunque no es un problema exclusivo de la mujer, ya que el mexicano convive con ese estereotipo en la vida diaria, si es muy común que la mujer demuestre más su falta de estima.
La sociedad mexicana se encuentra aún en estas épocas sumergidas en un mar de prejuicios y doble moral que impide el avance tanto económico, cultural y social de nuestro país. Somos el país del “ya merito”, del “después”, del “ahí se va”, y la mujer ha sido participe en gran parte de esta situación, muchas veces es alentadora y hasta portadora de este tipo de prejuicios, prejuicio que le perjudicará a ella misma y a las personas de su género.
El escrito de Guadalupe Pineda Sánchez “ Los mexicanos creemos que merecemos sufrir” en una entrevista realizada al antropólogo Roger Bartra, nos habla claramente de ese sentimiento protagonista de nuestra historia que está presente día con día, cómo es que ya creamos una vocación culpígena en nuestra sociedad en la cual creemos que merecemos sufrir a manera de deuda . Claramente nos introduce a la historia de nuestra sociedad, iniciando por la conquista de nuestro pueblo que nos ha creado la sensación de merecer el sufrimiento, por otra parte toca también un punto esencial para la estructuración del fenómeno, que es la implantación de un sistema religioso lleno de culpa y miedo, que provoca una actitud desviada de la satisfacción. Dos protagonistas imprescindibles de esta situación son: la Malinche y la virgen de Guadalupe como sinónimo de la traición y de la pureza, tocando así lo laico, lo popular y lo cotidiano e impacta más allá de lo religioso es decir, tienen un alcance y función política de conveniencia, para servicio de aquellos que se ven beneficiados a través de estas creencias, nuestro gobierno.
Pero no todo es culpa de la misma estructura, si analizamos la situación como Wilhelm Wundt en su escrito “Elementos de psicología de los pueblos” nos daremos cuenta que todos los fenómenos de los que se ocupan las ciencias son de hecho producto de la colectividad, así pues somos tanto víctimas como partícipes de la problemática.
Como ya sabemos la psicología a través del tiempo fue ganando terreno en dominios particulares, principalmente en el área social, que resulta de la vida humana común y como nos dice Wundt no puede ser explicada desde las propiedades de la conciencia individual ya que hay una constante e inherente influencia reciproca de muchos.
Una lengua o una religión no pudo ser creada por uno, necesariamente la colectividad de manera indispensable y esencial participa en la creación de sus reglas y normas, de sus formas y estilos de vida, existe siempre una interacción práctico-material que involucra un fin. Así la evolución del pensamiento y las actitudes humanas son nuestras vivas creaciones, entonces, ¿somos víctimas? No, enteramente somos los escultores de nuestro propio presente y de nuestra forma de actuar.
La mujer arraigando cada vez esto anterior, ha tomado el rol de la víctima, suponiendo que es “lo correcto” y creando una representación social que heredará de manera continua.
Para ejemplificar lo ya escrito podemos hablar de algo tan sencillo como el sentido de la belleza o la inteligencia, la palabra "hermosa" o “inteligente” prácticamente queda fuera del vocabulario de nuestras compatriotas cuando se trata de hablar de su aspecto y su actitud, e incluso, les incomoda usar el término, prefieren sustituirlo por "natural" o "promedio" para describirse, y en menor medida emplean las palabras "atractiva", "femenina", "bonita" o "linda".
En una sociedad donde se le da más importancia al proveedor, la mujer en muchas circunstancias genera la actitud de servidumbre, y llega a tener la sensación de culpa si no lo hace como se requiere. Aunque esto ha ido cambiando, sabemos bien que un verdadero cambio social conlleva mucho tiempo. Las mujeres que poco a poco comienzan a modificar estos patrones se encuentran con trabas que muy difícilmente podrán superar, y de manera consciente ellas han sido participes de la situación. Una mujer que verdaderamente estudia llega a tener prioridades en la vida para beneficio de los demás dejándose ella misma en segundo término.
Por otra parte, las mujeres con falta de estudios se sienten menos capaces ante sus hijos y la sociedad. La relación de autoestima con la educación se manifiesta de forma común y particular en mujeres que sólo han concluido estudios básicos. Y en muchas ocasiones ellas piensan: “Me gustaría que mis hijas, estuvieran orgullosas de una mamá que a lo mejor
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