SITUACIÓN Y LUCHA DE LA MUJER

INTRODUCCIÓN

¿Qué significa ser mujer? ¿Es una condición sólo femenina? ¿Es un aspecto sexual con el que involuntariamente nacimos? ¿O es sólo una figura en que las nos han adaptado las necesidades de la sociedad?  ¿Qué se supone en la vida el ser mujer? ¿Sería nuestra vida distinta, si de lo contrario, hubiéramos nacido varones?

Estas preguntas sitúan como base la reflexión que el tiempo y los acontecimientos sociales nos han tenido como partícipes.

La mujer, al igual que el hombre, es uno de los pilares fundamentales de la sociedad, sin embargo, esa sociedad ha proclamado ideas negativas y erróneas acerca de la mujer, constituida en principios desiguales, omitiendo la libertad y calidad humana para desarrollarnos en distintos ámbitos de la vida.

El ser mujer a través de los tiempos, ha sido eje en la sociedad y su presencia ha sido constante en todos y cada uno de los acontecimientos que se han suscitado en la historia de los países y el mundo, y que tienen como bandera líder la figura masculina, el hombre. A la mujer se le han reconocido un conjunto de funciones desempeñadas en el seno de familia y algunas de ellas en la sociedad; proveer valores positivos, ser hija, ser esposa, llevar a cabo la maternidad, criar a los hijos, cuidar del hogar y desarrollar los aspectos emocionales de cada individuo dentro de la familia, sólo por mencionar algunas de ellas; eso, sin olvidar el reconocimiento tabú que se le ha dado a la mujer por ser objeto sexual del hombre. Analizando el contexto, estas funciones no son únicamente las prácticas que conllevan el rol femenino, ni mucho menos deslinda los derechos y obligaciones que también al hombre le corresponden por el hecho de pertenecer a una sociedad.

Son por éstas razones y por las condiciones sociales de cada época y el rol que se le ha asignado a la mujer, que hoy provocan la exigencia de la inclusión y participación de la mujer en cada sector de la sociedad, mismas que no son solamente una cuestión antojadiza, son la base y el anhelo de desarrollar equitativamente, aquello de lo que también queremos ser parte.

ANTECEDENTES

El origen de la ideología de género nace desde el inicio de la vida humana, la época primitiva. El hombre por su condición y fuerza asumió el papel de dedicarse a la cacería y pesca; la mujer, por su parte, se encargó de las tareas que requerían un menor esfuerzo físico, la recolección de semillas y frutos. Estos trabajos divididos en tareas, desempeñados tanto como por el hombre que por la mujer, se complementaron para así lograr la supervivencia humana.

En el antiguo Egipto la mujer  gozaba de libertades, tenía la capacidad de comprar y vender así como recibir herencias. Uno de los derechos importantes pero poco utilizado en ese tiempo por la mujer era el acceso a la educación, únicamente las mujeres que pertenecían al estatus noble podían acceder a ella, por su parte, las plebeyas llevaban a cabo ciertos oficios y en el caso de las mujeres campesinas se cargó el trabajo duro.

En Mesopotamia la mujer no estaba sometida al hombre y gozaba de un cierto estatus de igualdad.

• En el Código de Hammurabi las mujeres gozaban de ciertos derechos, como poder comprar y vender, tener representación jurídica o testificar libremente.

Las mujeres podían participar en la vida pública y/o ejercer el oficio de escribas en el palacio de los reyes.

Con el nacimiento del patriarcado en la cultura greco – romana, el rol de hombres y mujeres. El hombre se adjudicó el compromiso de defender a la sociedad y se responsabilizó también arriesgar su vida por la misma y por su mujer. A la mujer se le consideró, hasta nuestros días, propiedad del hombre; desde su nacimiento como propiedad del padre, hasta que el mismo la esposara en matrimonio con un varón para pasar a ser propiedad del marido, haciendo de éste modo, que la mujer dependiese toda la vida de un hombre para sobrevivir.

Con ésta división de roles comienza un modelo de subordinación de la mujer por el hombre, se vuelve vulnerable la imagen de la mujer y se obliga a la sociedad, durante siglos y etapas históricas, a aceptar esa ideología.

• Aristóteles consideraba a la mujer como un hombre defectuoso.
• La tradición hebrea veía en la mujer la causa del pecado, pues fue Eva quien no consiguió resistir la tentación e indujo al pecado a Adán.

El pensamiento cristiano que se había extendido por el mundo y que tuvo su auge en la Edad Media, proclamaba la igualdad, sosteniendo que tanto hombres como mujeres eran iguales antes los ojos de Dios. Es cristianismo estableció la indisolubilidad del matrimonio, que durante muchos años, en ciertas civilizaciones, protegió a la mujer del repudio.

El problema inició más a fondo con la Ilustración y el Renacimiento se adoptaron, en el Derecho Romano, algunos principios de la cultura greco – romana que favorecían la desigualdad y discriminación de la mujer ante el hombre. Un ejemplo de ello es la división del ámbito público del privado, insertando a la mujer en éste último. Se le negó la educación femenina y por lo tanto el ser acreedora de una profesión y se le prohibió la participación en actividades de la vida pública, como la política organizacional del lugar en el que la mujer se encontrara.

Antes de la Primera Guerra Mundial la mujer vivía en las mismas condiciones, con obligaciones impuestas en el hogar por el marido correspondiente, sin voz ni voto, sin voluntad, esclavizada a los prejuicios que para sobrevivir, nos tenían situado un lugar en la sociedad; pero algunas de esas cosas cambiarían en la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres hicieron notar la ausencia de sus maridos y la presencia de títulos universitarios, profesiones y trabajos remunerados, liderando hogares siendo cabezas de familia, situaciones que a pesar de no ser bien vistas en la sociedad, construían un empoderamiento que hacía eco a una gran lucha que se avistaba en la sociedad mundial de esa época.

SIGLOS DE LUCHA FEMINISTA

A medida que el verdadero sector feminista se desenvuelve y se vuelve cada vez más vocal, el sector de la sociedad que aún no es consciente de la naturaleza de ésta ideología reacciona sobre la figura de la mujer, esa figura que históricamente ha sido rebajada y sometida a los prejuicios del mundo.

Se considera que el movimiento feminista tiene lugar en la historia a finales del Siglo XVIII desde la Revolución Francesa con la Declaración de los Derechos Universales de Igualdad y de Libertad, momento de la humanidad en el que las mujeres tomaron conciencia de su situación ante la sociedad y buscaron la reivindicación de la igualdad de género en todos los ámbitos, derechos, obligaciones y oportunidades.

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