La Ética Laboral
Enviado por YeuTo • 28 de Agosto de 2013 • 8.727 Palabras (35 Páginas) • 546 Visitas
Podemos comprar el tiempo de las personas; podemos comprar su presencia física en determinado lugar; podemos incluso comprar algunos de sus movimientos musculares por hora. Sin embargo, no podemos comprar el entusiasmo..., no podemos comprar la lealtad..., no podemos comprar la devoción de sus corazones. Debemos ganar esto.
Clarence Francis [1].
Introducción
Hacer una valoración del trabajo es algo complejo dado las distintas acepciones que la idea de trabajo puede tener.
Para muchas personas la única idea de trabajo es algo fastidioso y que se debe hacer sólo por dinero, obviando el hecho de que el trabajo nos forma como personas. El trabajo para muchos es un lugar mustio q ocupa un periodo de nuestra vida y que más vale olvidar. La vida sólo empieza para muchos a la salida. Se olvidan de todo lo que puede estar relacionado con su papelería, con su mesa y su ordenador gris; con su, en suma, monótona rutina. Algo que se hace sin pensar y de manera regular y casi instintiva. Aceptando como cierto ese concepto (que no comparto) se debe tener en cuenta que el trabajo es un momento del que se deben sacar jugo y del que se deben sacar unas posteriores conclusiones para aplicar a “la vida exterior”. Se debe tener el cuenta que el trabajo (en su justa proporción) ennoblece y nos hace más capaces para muchas cosas de forma indirecta.
El trabajo entendido como algo innecesario y casi estúpido es una pérdida de tiempo que hace miserable al individuo. Éste debe pugnar por levantar su existencia al salir del edificio. ¿Por qué no comenzar levantando la existencia - que nadie dijo q debía de estar arrastrada - desde el momento que nos levantamos hasta que termina la noche
Para comenzar esta redacción conviene definir el concepto de trabajo. Desde mi punto de vista el trabajo no es algo que deba ser remunerado ni obligatorio si no absolutamente voluntario.
El trabajo es algo que nos forma como personas, es una Una parte esencial del disfrute y bienestar en la vida la juega la conciencia y aquí a formar parte, a su vez, la ética y la honestidad.
Llevar a cabo una vida completamente honesta y que esto repercuta positivamente en la forma de vida necesita una gran dosis de suerte y de trabajo. Esto significa que una persona honesta tiene menos herramientas para conseguir los objetivos fijados para la vida profesional. Esto es: una persona honesta tiene que pasar mayores complicaciones para llevar a cabo sus ambiciones.
Disfrutar de la vida, terminarla de modo que tengas la sensación que has hecho todo lo necesario, todo lo que debías hacer, es harto difícil. Para ello se debe alcanzar un nivel de bienestar casi perpetuo en el que la honestidad (para con uno mismo, no me canso de repetirlo, lo que piense el mundo no importa excepto en el aso de meterse dentro de la libertad de los demás), en el que la honestidad y una conciencia plácida son, aunque entre bastidores, directores principales. El sentimiento de fidelidad hacia la propia persona, el cumplimiento del concepto propio y personalísimo de justicia y el disfrute de los ratos de ocio a la vez que saber procurar la felicidad de las personas a tu alrededor y la mejora del ambiente que nos rodea no es otra cosa que nuestro verdadero trabajo.
Nuestro trabajo es, como conclusión, nuestra vida y su completo aprovechamiento. Para hacer esto no nos cabe otra opción que ser humanos y fieles a la dinámica y fuerza de la vida. Y nuestra vida es el día a día, el presente y no el futuro; que no sólo uno mismo pueda ver el sol y la luna si no todas las personas que estén a tu alrededor y a las que uno quiera.
El Vocablo "ética" [5] proviene del griego y significa "doctrina de las costumbres morales". En primer lugar cabe distinguir y fundamentar las exigencias morales que se plantean al hombre. La función de la ética descriptiva, en cambio, es analizar los conceptos éticos-normativos que se plantean en el comportamiento real de una persona o de una sociedad, en tal sentido, los enfoques sobre las normas éticas parten de la libertad y de la responsabilidad moral del hombre, en las diferentes instancias de decisión y acción. Pese a que en general se hace referencia a los términos "bien" y "mal", los parámetros valorativos así establecidos pueden variar fuertemente, en particular en su orden jerárquico.
¿A qué se debe que no exista una jerarquía generalmente aceptada de valores?. Existe coincidencia en cuanto a que una ética debe ser "la medida del hombre": No obstante, la dificultad reside en que esa medida del hombre depende de la perspectiva visión que del mismo tenga el filósofo. No obstante, existen ciertos criterios como dignidad, justicia y libertad del hombre que aparecen en todas las corrientes y como tales son vigentes. Por cierto que la libertad es también la libertad del hombre que reconoce como único límite el comienzo de la libertad [6] del otro.
La ética del trabajo tiene también un efecto trascendente tanto en el individuo como en la sociedad. El hombre emplea una porción considerable de su vida trabajando; la parte más esencial de la vida social consiste en la creación de bienes materiales e intelectuales. Los valores culturales pueden ser creados y mantenidos (nosotros diremos e innovados) solamente mediante el trabajo. El desempeño de una tarea es un principio universal: "el desempeño de una tarea da pie a un esfuerzo para su consecución y se recompensa en todas las estructuras sociales, en todas la jerarquía de valores" [10]. Es por tanto, muy importante conocer qué sentido ve el hombre en su trabajo y qué razones le guían a él [11].
Max Weber, sostuvo que la ética del trabajo no puede imponer la ley. El sometimiento interior no puede fabricarse por encargo, la ética en el trabajo sólo puede surgir de la responsabilidad interior de la persona. [12]
En contraste con la forma en que han sido tratadas en la literatura la ética del trabajo y las virtudes individuales que se asocian con ella, se ha estudiado de manera muchos menos sistemática el impacto que tienen sobre la vida económica las virtudes sociales que estimulan y alientan la sociabilidad espontánea y la innovación organizativa [13]. Se puede argumentar que las virtudes sociales constituyen un requisito previo para el desarrollo de la virtudes individuales como la ética del trabajo, dado que estas últimas pueden ser cultivadas idealmente en el contexto de grupos fuertes -familias, escuelas, lugares de trabajo- que son fomentados en sociedades con alto grado de solidaridad social [14].
En un punto anterior se intentó sostener que la ética o código moral de una persona o una empresa, constituye el fundamento sobre el que descansa el comportamiento socialmente responsable.
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