Ley Orgánica
Enviado por jasad • 18 de Junio de 2013 • 973 Palabras (4 Páginas) • 282 Visitas
Con profunda emoción, múltiples recuerdos y sensaciones vengo esta tarde a rendir homenaje a la memoria de mi padre. Evidentemente, no me es fácil referirme a una persona que iluminó mi hogar y mi vida, y que hasta el día de hoy recibe el cariño y reconocimiento del pueblo de Chile.
Hablar de Eduardo Frei Montalva es hablar de una generación de hombres excepcionales, que se planteó la necesidad de construir una sociedad que dignificara al hombre, proyecto que constituyó una esperanza y luego una realidad para millones de chilenos que soñaban con una vida mejor.
Lo hicieron forjando un ideario político sólido que ha iluminado la vida de Chile en los últimos cincuenta años. ¿Cuál es la razón de este hecho sin precedentes? El hecho profundo es que se logró conjugar una visión nueva de Chile cimentada en el Evangelio, la filosofía moderna, la política, la economía y la cultura.
Para ellos el servicio público era una tarea de civilización que definieron como "una de las formas más altas de caridad", en la cual los problemas políticos son los que arrancan del anhelo de construir un verdadero espíritu humano como motor del desarrollo.
Sobre la base de esos principios, Eduardo Frei reflexionó y debatió acerca de las inquietudes a las que debía dar respuesta un político cristiano. De ahí surgió su perspectiva humanista cristiana ante la vida que le permitió enfrentar los desafíos concretos de cada situación.
Una vida marcada por la coherencia
Creatividad y consecuencia fueron las cualidades que lo acompañaron a lo largo de su existencia. Creatividad porque fue el precursor de un estilo de hacer política que muchos creyeron una utopía y que él demostró que era posible de llevar a cabo: compatibilizar el ejercicio del poder con valores éticos y morales superiores.
Consecuencia porque por sobre las penurias, amenazas y hostilidades, y también por encima de las profundas transformaciones que tuvieron lugar en su época, su acción política al servicio de Chile fue un ejemplo de coherencia entre lo que pensaba, lo que escribía y como actuaba.
Su mensaje así lo confirma. Ahí está su testimonio de más de cincuenta años. Desde su primera intervención en la Revista de los Estudiantes Católicos en el año 1930, hasta su último libro "El Mensaje Humanista", publicado en 1981, su pensamiento se nos presenta siempre en una sola dirección.
No le fue fácil ser fiel a sus convicciones. Precisó de valentía, perseverancia y mucha pasión por sus ideas. Junto a sus camaradas falangistas supo lo que era esperar durante años para que su sueño de una comunidad de hombres libres se convirtiera en una fuerza política de gran arraigo popular.
También conoció la soledad. Muchas veces su rigurosidad ideológica y consecuencia le significó ser ferozmente juzgado, atacado y hasta calumniado por sus adversarios. Así ocurrió cuando enfrentó sin temores la amenaza de los totalitarismos de cualquier signo y cuando practicó con rigor la crítica al capitalismo, en momentos que el mundo se polarizaba.
La
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