Libertad De Expresion

En los albores de la historia de la humanidad y cuando el ser humano recién iniciaba balbuceos para hacerse entender y relacionarse con sus congéneres, hubo una suerte de primitiva libertad de expresión que habla de que esta es una facultad consustancial a la condición del ser humano.

Posteriormente y cuando empezaron a definirse formas arcaicas de dominación, entre las que se vislumbraba ya el de la lucha por poderes, que así mismo desarrollaría la humanidad, se notó que las castas de poder comenzaron a administrar la capacidad de transmitir los pensamientos de las personas, en función de sus intereses.

Luego los guerreros y las personas que ejercían ciertos tipos de fetichismo que iban concluyendo en la formación de dioses a quienes adorar, acumularon para si mucho poder. Esto les permitía controlar la difusión de las ideas de una manera que únicamente les beneficie a estos incipientes poderes.

Mas tarde y ante nuevos estadios de civilización, se inicio una suerte de escritura, que mediante el dialogo se empezaron a manifestar por escrito las ideas. Y naturalmente, las clases dominantes acapararon para sí el control de esas incipientes formas de comunicación, a fin de que se expresara y conociera el pueblo lo que servía para cimentar mejor los intereses de quienes lideraban lícitamente o no esas agrupaciones humanas.

Fue un poco de esta manera que se consagro el oscurantismo verbal que limitaba y administraba las ideas y la información, de tal manera que se adoctrine a las masas populares, en función y beneficio de los guerreros, posteriormente soldados y de los aprendices de brujos, posteriormente sacerdotes oficiadores de cualquier religión que rendía culto a la mas dispersa masa de dioses

Conforme se desarrollaba el cerebro humano y se definían mejor las relaciones de las incipientes sociedades, se iba perfeccionando el modo de administrar la libertad de expresión y con matices diferentes de acuerdo con la evolución de las sociedades, la historia se repetía, a tal punto que podemos afirmar que durante muchísimo tiempo no existió ni libertad de pensamiento ni libertad de expresión, ni ninguna manera de información que fuera veraz y desinteresada. Por supuesto que hablamos de épocas en las cuales también la cultura estaba hipotecada por las masas pudientes y los pueblos comunes y silvestres, no pasaban de ser títeres de los manejos de los poderosos, puesto que en su ignorancia eran fáciles presas de todo tipo de manipulación.

Hasta que por fin llegamos al siglo 16 en que las corrientes intelectuales ya bastante perfeccionadas, empiezan a iluminar a pueblos mejor organizados que sienten la opresión de sus respectivos mandones y deciden poner un hasta aquí a tales desafueros. Y es así como en julio de 1789 la especie humana vislumbra la más luminosa de todas las antorchas de pensamiento prendidas a través de la historia de la humanidad, con el triunfo de la Revolución Francesa, cuyos lemas fueron Libertad, Igualdad y Fraternidad; entonces si la palabra oral o escrita del ser humano tomó un importante carácter y protagonismo que dio lugar a las grandes conquistas obtenidas, a través de la abolición de Reyes y monarquías, y todo tipo de aristocracias.

Luego podemos decir con propiedad que esta mítica revolución abre un sinfín de fronteras al pensamiento humano.

Pero si bien esto sucedía en Europa, en cambio las colonias de esos mismos países en todos los demás continentes se mantenían en la más profunda de las oscuridades y de la ignorancia, a fin de ser sujetos de explotación total que rinda el máximo fruto para llevar toda la riqueza de resto del planeta a las respectivas metrópolis de las colonias en América, África, Asia y en Oceanía.

Las guerras de liberación protagonizadas por estos pueblos sometidos, prácticamente en los albores del siglo XIX y una vez ganadas las respectivas batallas, comienzan recién estas ex colonias a mirar

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