Los Proyecto Aulico
Enviado por alv_paula • 21 de Agosto de 2013 • 587 Palabras (3 Páginas) • 418 Visitas
Mathieu Morhange
La película “Los coristas”, cuenta la historia de un internado donde conviven niños y adolescentes huérfanos o con problemas sociales, de conducta, que fueran expulsados de su medio para ser “reformados”.
El sistema de conducta impuesto por el director es sumamente autoritario, todo se mueve bajo el paradigma de “acción-reacción”, que significa: a un acto indebido- se devuelve un castigo.
u director Rachin (Francois Berléand)
“la regla de acción y reacción” que consiste en imponer un castigo a la conducta indeseada
ientras que la regla de acción y reacción constituye un principio pedagógico
El director parte de la idea de que esos niños son causas perdidas, que todos son descartables, que nada bueno puede esperarse de ellos. Consecuentemente, el ambiente de aprendizaje está desprovisto de cualquier estímulo. Se busca corregir al que se equivoca, desde la expectativa de que todos fallarán en algún momento. Es una concepción que considera que los seres humanos son malos, o al menos estos niños descartados del sistema, y que hay que encausarlos, enderezarlos
Qué expectativas puede tener un niño ante la humillación constante del adulto? ¿Qué futuro puede avizorar cuando el presente está teñido del sentimiento de minusvalía y del miedo al castigo? El mensaje de humillación por parte del adulto funciona como una profecía de autocumplimiento.
l director parte de la idea de que esos niños son causas perdidas, que todos son descartables, que nada bueno puede esperarse de ellos. Consecuentemente, el ambiente de aprendizaje está desprovisto de cualquier estímulo. Se busca corregir al que se equivoca, desde la expectativa de que todos fallarán en algún momento. Es una concepción que considera que los seres humanos son malos, o al menos estos niños descartados del sistema, y que hay que encausarlos, enderezarlos. Pero finalmente, es una cosmovisión fatalista, pues nada cambiará para estos chicos, ellos ya están perdidos, ya están en los márgenes de toda posibilidad. Esta concepción fatalista, se encuentra lamentablemente, instalada en muchos docentes en la actualidad. De ellos escuchamos frases, que con algunas variantes apuntan a lo mismo, tales como: “de ellos, pobrecitos, nada se puede esperar”; “del contexto del que provienen ya todo está perdido”;” la escuela sólo sirve para darles de comer y cubrir las necesidades básicas”, etc.
El supuesto antropológico que alienta a Mathieu, se encuentra en las antípodas del determinismo del director. Pedirles su nombre y sus expectativas, ya es una apuesta al futuro de estos niños. Cuando les pide que vuelquen en un papel su nombre y sus sueños, coloca frente a sus ojos la afirmación de su propia identidad. Ellos son un ser-para-la–vida. Su mismidad está aliada a un futuro soñado, anhelado. Con su pedido Mathieu interroga la certeza instalada
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