Marta Marín y la enseñanza de la lengua

La enseñanza de la Lengua

“La enseñanza de cualquier disciplina está apoyada en una concepción de esa disciplina y en una teoría del aprendizaje; es decir, en una concepción general de cómo habría que enseñar para que otros aprendan. En el caso de Lengua, la denominación misma del área remite a una determinada teoría lingüística: el estructuralismo. Y las prácticas escolares más frecuentes, como el análisis sintáctico y morfológico, la clasificación de los verbos y la reproducción memorística del paradigma verbal, el reconocimiento mecanicista y descontextualizado de clases de palabras, representan la escolarización de esa misma teoría.”

Marta Marín nos habla de que la enseñanza de la lengua, como toda disciplina, tiene una concepción y una teoría del aprendizaje para enseñar y que otros puedan aprender.

Con la aplicación de la teoría lingüística del estructuralismo, la lengua adquirió su concepción como forma, como relación entre funciones y un interés clasificatorio y analítico. Así, se enseña y se aprende funciones, formas y categorías del sistema llamado "lengua". Concebida de esta forma, como sistema o código, la lengua es una abstracción que solo se concreta en el uso, en los actos de habla, en los discursos o textos que los hablantes producen.

La teoría estructuralista aplicada a la enseñanza escolares de la lengua, desde la década del 60 hasta ahora, proviene del lingüista suizo Ferdinand de Saussure. En su Curso de lingüística general, propone como objeto de estudio de la lingüística el sistema abstracto de reglas que rige todo lenguaje: denominado lengua.

La lengua y sus reglas se constituyen así en objeto del saber escolar, y ese saber parece consistir en su reconocimiento mecanicista, es decir, en una reproducción del conocimiento, y no en una utilización del saber lingüístico para un mejor desempeño verbal. Esta forma de enseñar y aprender proviene de la conjunción de la teoría estructuralista de la lengua y de la teoría conductista del aprendizaje. Dicha unión originó el habitual recorrido didáctico que consiste en la descripción, por parte del que enseña, de las regularidades sistemáticas de la lengua, y la reproducción, por parte de los que aprenden, de esas descripciones.

La concepción estructuralista de la lengua junto al aprendizaje conductista llegaron a las aulas por medio del modelo tecnocrático. Este modelo pedagógico instauró una relación de distanciamiento entre los sujetos y los objetos del aprendizaje, descontextualizando el sistema de la lengua: se produce una distorsión de  la noción del sistema de la lengua, lo que puede llevar a pensar que los elementos de ese sistema existen para ser analizados y clasificados. Esta concepción considera a la oración como la unidad más apta para la descripción sistemática de la lengua.

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