Narrativa sobre Beatriz Fernandez

J. Sebastián González M. – 201816915

Narrativa sobre historia de una empresaria

Beatríz Fernández, fundadora y co-socia de la cadena de restaurantes y heladerías Crepes & Waffles, es una de las empresarias más reconocidas de Colombia. Con 40 años desde la fundación de la exitosa compañía, el presente documento tiene como propósito estudiar la vida de Beatríz como parte del empresariado femenino en el desarrollo social y económico de Colombia. En este sentido, se realizará una descripción biográfica de la empresaria recompilando información y datos históricos relevantes que servirán de insumo para analizar su perfil socioeconómico, contexto y conducta económica reflejada en los años de operación y continúa expansión de Crepes & Waffles. Se retomará el esquema de análisis de Dávila (2013) y los hallazgos de la investigación de Cárdenas (2014) para comprender los determinantes en el liderazgo y éxito empresarial de Beatríz.

Perfil socioeconómico

Beatríz nació en Bogotá, D.C., durante el año de 1958, en medio de una familia de mujeres teniendo cuatro hermanas. Su familia pertenecía a un estrato económico alto dado que su padre, para la década de los 60, era un reconocido importador de productos de delicatessen. Tenían un negocio llamado Galería del Gourmet, instalado en una casona bogotana en la carrera 11 con calle 85, dedicado a la importación de licores y productos de lujo difíciles de conseguir (como pistachos, foie gras, champañas finas, arenques, whiskey, chocolates daneses con coñac, etcétera). Su padre tuvo gran influencia en la personalidad emprendedora de Beatríz ya que originario de Fredonia, Antoquia, ella lo consideraba un visionario al vender productos que revolucionarían los eventos de fiesta y gala. Además, el componente de servicio social también se lo inculcó su padre ya que él “abastecía ancianatos enteros, llevaba bultos de comida, camionetas refrigeradas llenas de pollo congelado” (Guevara, 2019).  Entre los años de 1977 a 1981, Beatríz estudiaría Administración de Empresas en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) junto a Eduardo Macía, quien sería su novio y socio fundador de Crepes & Waffles en abril 13 de 1980. Según Arias (2013), en su artículo de la revista Diners, justo el año en que entraba en quiebra el negocio de su padre, Beatríz y Ernesto, cuya familia también pasaba por una situación financiera crítica, decidieron emprender en el garaje de la casona vendiendo helados, crepes, waffles y panne cooks. Los crepes eran el plato tradicional de la familia de Ernesto así que conocían de primera mano la receta, mientras que los waffles los empezaron a hacer con base en un recetario inglés. Según cuenta Fernández en una de sus entrevistas, a las semanas de haber inagurado el primer local, una cliente entró a la cocina y exclamó: “Chinita, tus waffles estan horrorísimos” (Vergara, 2010). Su nombre era Manuelita Durana de Gómez y era una ama de casa “bogotanísima” quien sería la que le regalaría a la pareja de novios la receta secreta de los waffles, que al día de hoy siguen conservando y consideran como factor clave en su éxito empresarial. Según comentaba Beatríz, desde el comienzo Eduardo se encargó de la gerencia y las finanzas, mientras ella dirigía la gerencia creativa, la filosofía, “los sueños de las mujeres y los proyectos del corazón” (Guevara, 2019) siendo estos los componentes esenciales en la expansión de Crepes & Waffles en el territorio nacional. Para 1984 y 1989, la pareja lograría abrir sus primeros puntos de venta fuera de Bogotá, ubicándose en Cartagena y Cali agregando nuevos platos y sabores en su menú, destacando las ensaladas y sabores de helados como el cacao y la vainilla. En la década de 1990, expanderían la cadena en tres países latinoamericanos (Ecuador, Panamá y Venezuela) logrando tener para el nuevo milenio, 29 puntos de venta en Colombia con presencia en 5 ciudades del país y tres países del continente.

Contexto social, económico y político

Cabe destacar que los años 80, según Perry (1990), estuvo marcado por cambios demográficos (descenso en las tasas de crecimiento de la población en edad para trabajar, disminución del ritmo de crecimiento de la tasa de participación laboral) junto a un considerable aumento del sector informal en la economía, acaparando un incremento en la tasa de desempleo. En 1985, el gobierno de Belisario Betancur realizó una política de ajuste que contrajo el gasto público total, en especial del gasto social, en relación la recesión económica que pasaba Colombia durante la época. En 1986 y 1987, la economía se reactivó junto a la generación de empleo gracias al impulso de demanda de la bonanza cafetera (Perry, 1990). Con estas fluctuaciones en el entorno económico del país, Beatríz y Eduardo tuvieron que adaptarse a las condiciones del ambiente buscando impulsar la generación de empleo a la par de mantener una estabilidad financiera que pudiera generar futuras inversiones y así poder expander su negocio. Desde el principio de Crepes & Waffles, Beatríz le apostó al rol de la mujer como potencializador de la economía y con ello fundamentaría su lema base de trabajar en función de las mujeres, empleando madres cabezas de hogar y víctimas del conflicto armado y del desplazamiento forzoso. Es clave mencionar que el panorama social de los 80’s – 90’s estuvo marcado por décadas de violencia con el auge de las tensiones del narcotráfico y la inseguridad generada por los grupos armados al margen de la ley, lo cual fue una etapa difícil para concretar los objetivos que Beatríz quería lograr en miras de la responsabilidad social que su padre le había estimulado desde la infancia. Sin embargo, las décadas de violencia no impidieron que la nómina de empleadas creciera y tuviera una gran reputación con el paso del tiempo, al punto que trabajar en Crepes & Waffles abría todo un espectro de posibilidades para que las mujeres sacaran adelante a sus familias y tuvieran un mayor impacto en la movilidad social, índices de empleo y desarrollo económico del país.

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