Negocio redondo.
Enviado por D4rio • 2 de Febrero de 2016 • Ensayo • 3.194 Palabras (13 Páginas) • 415 Visitas
NEGOCIO REDONDO
Darío Vera Mendoza
1. PROBLEMA
Existe una manera muy fácil y rápida de enriquecimiento ilícito que no está siendo combatido por ninguna autoridad en nuestro medio, un método altamente rentable de conseguir el salto de gracia de la indigencia a la opulencia sin realizar el esfuerzo que demanda el proceso regular y legal de progreso humano; esta empresa de tan rentables ganancias no solamente ha prosperado en nuestra ciudad, sino a lo largo y ancho de todo nuestro país, que ha ido siendo invadido, ocupado, legalizado y traficado sin que nadie se atreva a denunciarlo; es más, como se está difundiendo la noticia de que quienes participan de este negocio se han enriquecido tanto, son más la cantidad de aventureros sedientos de dinero fácil que vienen sumándose a la tarea simple y sencilla de tomar posesión de extensas áreas de tierras, ya sea en los alrededores del casco urbano de las grandes ciudades, en las llanuras de la costa, en las áreas intangibles de la Amazonía[1], y en cualquier lugar, con tal de agazapados de la ley y atrincherados en la ilegalidad (Carrillo, 1999:34), respaldados por la corrupción y la matonería, para legitimarse como los propietarios de extensas áreas territoriales, que luego de adjudicarse de acuerdo a Ley como sus legítimos dueños, se convierten en traficantes de innumerables inmuebles a precios exorbitantes.
Nos estamos refiriendo a los invasores de terrenos, que se declaran dueños de las tierras que nos pertenecen a todos los peruanos (Gonzales, 2004:45); que agrupados en las famosas “asociaciones de vivienda” vienen apoderándose sistemáticamente de terrenos eriazos, abandonados, no habitados, agrícolas, etc., con la venia de las autoridades municipales y del gobierno regional, respaldados por el mismo Ejecutivo, que se encarga de gestionar la titulación y legalización de la ilegalidad y la invasión.
2. DIAGNÓSTICO
2.1 El mito del invasor pobre[2]
El problema de las invasiones de tierras, no es un asunto de necesidad de vivienda de los invasores[3]; ya que el 90% de los invasores tienen, además del terreno que invadieron, uno o dos propiedades inmuebles más, inclusive con título de propiedad (Gálvez, 1998:12); es decir, todos los invasores tienen donde vivir, de manera que afirmar que invaden porque no tienen donde establecer un lugar de residencia es completamente falso; por otro lado, también es cierto que el 60% de los invasores tienen tres o cuatro propiedades en total; un 40% son dueños de entre cinco y siete lotes; y un 28% tienen incluso más de diez lotes o terrenos.[4]
2.2 El mito del invasor desempleado
También se creía que el problema era la falta de empleo, que los terrenos invadidos por tanto tenían la finalidad de ser destinados actividades pecuarias, como crianza de cuyes, pollos, cerdos, y otros, con el fin de generar fuentes de trabajo para un sector poblacional considerable de desempleados. Otro dato totalmente falso; ninguna de las invasiones que abanderaban dicho propósito, son utilizadas para este fin; el asunto de “terreno-granja” o “lote-granja” solo fue una excusa para apropiarse de áreas mayores, incluso entre dos mil y diez mil metros cuadrados, con el fin de que luego de obtener la titulación puedan estos mismos predios ser divididos en lotes de 150 o 200 metros cuadrados, generando a los invasores, ganancias superiores a los 300000 soles de manera rápida y fácil.
2.3 El mito del invasor promotor de desarrollo
Por otro lado, se sostuvo que las invasiones eran mecanismos de desarrollo, para expandir el área urbana sin la necesaria intervención del estado que tendría que invertir miles de soles en establecer las condiciones de habitabilidad de terrenos irregulares y de difícil acceso; pero nada más falso, las tierras que los invasores han tomado no son áreas de difícil acceso, ni están tan alejadas de las zonas de desarrollo comercial; tampoco es cierto que el estado tendría que invertir millonarias sumas de dinero en ellas[5]; como es tan falso que favorezca la adquisición de un terreno a bajo costo para las familias menos pudientes, ya que la mayoría de los invasores son personas de solvencia económica demostrada que ha visto y encontrado en esta práctica la manera más cómoda de enriquecerse, sin tener que realizar el trabajo necesario para conseguir las cuantiosas cantidades de dinero que adquieren de la venta de terrenos invadidos; ni qué decir de los dirigentes de las “asociaciones”, que no solo tienen la potestad de vender y revender los terrenos invadidos las veces que lo deseen, sino que a manera de monarcas o reyezuelos, venden lo que no les pertenece y se enriquecen aprovechándose de la necesidad de vivienda de una sector mayoritario de nuestra población, quienes alimentan esta práctica ilícita, comprando los terrenos invadidos.
2.4 Las invasiones en Arequipa
En todos los distritos de nuestra provincia, se observan enormes áreas de tierras tomadas por los invasores, que coludidos con autoridades corruptas, personas de mal vivir y políticos irresponsables, han ido apoderándose y titulándose de la mayor parte de las tierras que rodean nuestra ciudad, para luego venderlas a jugosos precios (Gálvez, 1998:35). Las zonas en las que se observa mayor cantidad de invasiones son los distritos de Cayma[6], Cerro Colorado, Yura, Paucarpata, Characato, Tiabaya, Socabaya, Mariano Melgar, Hunter, Selva Alegre; y en menor medida, también Yanahuara, Sachaca y Arequipa.
2.5 Los dirigentes de los invasores
Los dirigentes de las invasiones más grandes se han convertido en millonarios de la noche a la mañana, como el caso de Vladimiro Sucapuca, que de ser un invasor, en la actualidad es un multimillonario amo y señor de todos los terrenos sin título de Villa Ecológica y Alto Selva Alegre, dueño de una flota enorme de maquinaria pesada, entre tractores oruga, cargadores frontales, retroexcavadoras, volquetes, camionetas, entre otros; único dueño también del servicio de agua y desagüe en toda esa zona, que produce diariamente entre dos a tres lotes nuevos y los vende a nada menos que 6000 soles[7] cada uno; imagínese el ingreso mensual que este magnate cholo logra embolsillarse por mes y año, estamos hablando nada menos que de 180000 soles mensuales y más de 2 millones de soles anuales, sin considerar que muchos de los terrenos que vendió, los vuelve a expropiar y revender a terceros, sin que nadie pueda recuperar de su inversión ni un solo centavo.
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