LAS REGALÍAS, NEGOCIO REDONDO

LAS REGALIAS, NEGOCIO REDONDO

CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA, 1991.

Articulo 360: “La ley determinara las condiciones para la explotación de los recursos naturales no renovables así como los derechos de las entidades territoriales sobre los mismos.

La explotación de un recurso natural no renovable causara a favor del estado, una contraprestación económica a titulo de regalía, sin perjuicio de cualquier otro derecho o compensación que se pacte.

Los departamentos y municipios en cuyo territorio se adelanten explotaciones de recursos naturales no renovables, así como los puertos marítimos y fluviales por donde se transporten dichos recursos o productos derivados de los mismos, tendrán derecho a participar en las regalías y compensaciones.”

Tal como lo ordena la carta magna, el gobierno colombiano recibe como contraprestación económica a la explotación de los recursos naturales no renovables cierta cantidad de dinero denominadas regalías, la constitución política en su artículo 332 establece que el estado es dueño del subsuelo y por lo tanto de los recursos naturales no renovables, así las cosas las empresas que explotan dichos recursos deben entregar al estado un porcentaje de su producción.

Los más beneficiados, los departamentos y municipios productores, es decir donde se exploten los recursos, recibirán de acuerdo a la producción un monto que deberán destinar para cubrir necesidades en materia de: salud, educación, agua potable, alcantarillado y mortalidad infantil.

Por tal razón, los gobernadores y alcaldes de estos departamentos y municipios productores, deberán invertir estos dineros en el cubrimiento de las necesidades antes mencionadas.

Para regular el sistema de regalías, el estado colombiano a través de la ley 141 de 1994 estableció el funcionamiento del FNR (fondo nacional de regalías), y delego a la dirección nacional de planeación (DNP) para la dirección y administración de este fondo.

De igual forma creo la comisión nacional de regalías como ente de control y vigilancia, pero debido a su liquidación en el año 2066 la DNP quedo a cargo del control respectivo.

Con respecto a su distribución, el sistema establece un mecanismo equilibrado; pues existen dos formas de participar: una es mediante regalías directas que favorece a las regiones productoras, las cuales deben presentar al ente de control y vigilancia un informe donde evidencie las inversiones realizadas con el dinero que reciben, la otra forma es mediante regalías indirectas que son las que se destinan al fondo nacional de regalías y favorecen a todas las entidades territoriales del país, las cuales deben invertir esto recursos en proyectos que promocionen la minería, que ayuden a preservar el medio ambiente y a contribuir al financiamiento de otros proyectos que sean prioritarios en cada región.

Teniendo en cuenta lo anterior y así dispuesto, los beneficios que genera el sistema de regalías a la economía del país son innumerables, con un buen sistema de vigilancia y control y con gobernantes honestos y responsables, el estado colombiano a través de estos recursos podría ofrecer a sus habitantes una mejor calidad de vida, que en teoría es para lo que esta diseñado el sistema.

Pero como esto se ha convertido en un negocio redondo, desafortunadamente toda esta teoría no contrasta con la realidad, pues el gobierno enfrenta una problemática mayúscula con respecto al manejo y control de estos recursos, pues a pesar de los esfuerzos que ha hecho el estado en materia normativa para que los territorios que cuentan con recursos naturales no renovables para ser explotados reciban regalías directas, estos no han avanzado.

Los índices de calidad de vida de estos territorios que se benefician de manera directa son muy bajos, pues las entidades territoriales muestran poca efectividad en la distribución y aplicación de las regalías, pues se presentan despilfarros

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