Obesidad Un Reto Para El Estado Mexicano
Enviado por enriqueamp • 7 de Abril de 2014 • 2.540 Palabras (11 Páginas) • 289 Visitas
Obesidad, un reto para el Estado Mexicano
Índice
Resumen inicial
Introducción
Obesidad, un reto para el Estado Mexicano
a) La “gula” pecado o delito
b) Costos de la obesidad
c) Las leyes y la obesidad
Conclusiones
Aplicación a la práctica
Bibliografía
Anexos
a) Fotocopias
b) Aportaciones individuales
Resumen inicial
Nuestro ensayo procurando responder al tema general: “Obesidad, responsabilidad ¿de quién?”, pretende acentuar desde el título que le hemos adjudicado: Obesidad, un reto para el Estado Mexicano, que fundamentalmente es un problema para el gobierno y sus instituciones, pero que dicho problema inicia en la familia, en el individuo y no puede ser ajeno a nuestros días, pues nos abarca y nos limita, ya que por una parte se puede prohibir la venta de todos los productos dañinos, pero consideramos que fundamentalmente la decisión es de quien consume esos alimentos altos en grasas que no nutren sino que hacen obesos.
Introducción
Si bien es cierto, la obesidad se presenta como un problema público que ha trascendido fronteras, un tema muy de nuestros días, que el grupo de 7º semestre de derecho semiescolarizado de la Universidad de Guadalajara, campus San Juan de los Lagos ha dividido en tres subtemas para su análisis y desglose, los subtemas son a) La “gula” pecado o delito, en este apartado utilizamos la definición de la gula para transportarnos a la obesidad como problema actual que pareciera nadie desea resolver; nuestro segundo subtema es: b) Costos de la obesidad, profundizando en el dinero que gasta el Estado Mexicano para remediar este mal, así mismo centramos nuestra atención en los costos que las familias mexicanas gastan en productos chatarras; y un tercer tema el cual por nuestros estudios jurídicos nos parece de suma importancias es: c) Las leyes y la obesidad, en donde procuramos entender y conocer que es lo que nuestro gobierno en sus diferentes niveles ha hecho, está haciendo o piensa hacer por evitar la obesidad y por ayudar a quienes ya la padecen.
Obesidad, un reto para el Estado Mexicano
a) La “gula” pecado o delito
Desde nuestra niñez escuchábamos a nuestros padres que nos advertían cuando comíamos en exceso: “¡estas comiendo por gula!”; y pensábamos: “ah, pero está muy sabroso”, sin medir las consecuencias de dicha actividad,
ciertamente solo nos advertían, pero no nos prohibían, pues en el fondo, todo padre desea alimentar a sus hijos, aunque nuestros padres no estaban viendo venir un fenómeno que en pleno siglo XXI se manifiesta avasallador, aterrador, y asesino como la obesidad. La gula catalogada como uno de los siete pecados capitales y definida por la Real Academia Española como “exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber”1, se convierte al paso del tiempo en sobrepeso y a su vez en obesidad, que hoy en día afecta a 500 millones de personas en el mundo, según publico thelancet.com2 revista médica británica. Definitivamente, para algunos, el problema no es la cantidad que comemos de alimentos, sino la calidad de lo que comemos. Somos un pueblo que promueve el pecado de la gula, y en dicho pecado llevamos la penitencia.
La gula considerada un pecado capital sobre todo por la religión católica; es para los estudiantes de derecho una preocupación que rebasa los dogmas religiosos, puesto que la gula, aterrizada, transformada en obesidad nos afecta no solo en lo económico, sino en lo social y en lo jurídico, nos adentra a pensar hasta que grado tener malos hábitos alimenticios se puede convertir en un delito, ya que hace algunos meses escuchábamos a legisladores que preocupados por el tema hablaban de penalizar la venta de comida chatarra en escuelas y espacios educativos, si bien esta iniciativa no pudo concretarse en ley, puesto que para muchos era y es una aberrante exageración de los legisladores; pero por otro lado, para muchos es una necesidad evitar que las escuelas vendan productos de mala calidad alimenticia como papás fritas, refrescos, golosinas, etc. Entonces, ¿podríamos decir que la venta de este tipo de productos puede convertirse en un delito? Si nos basamos a lo que algunos de los diputados de esta legislatura, manifiestan reformar controlando la venta de productos “chatarras” en las escuelas, podríamos decir que si, prueba de ello es la diputada Telma Guajardo Villarreal que al ser cuestionada sobre este tema y sobre los productos chatarras que se deben prohibir en las escuelas
comentó: “son una importante fuente de la obesidad infantil en México, y por consiguiente se debe legislar como se hizo para prohibir fumar en lugares cerrados”3, para muchos el argumento de la legisladora podría ser exagerado, para otros es acertado y a lugar, pues no puede ser justo que por esta enfermedad anualmente se registren 47 mil muertes en México4. Y no puede ser justo ya que somos un país tercermundista, pobre, de escasos recursos económicos; nuestros índices deberían ser en alta desnutrición, en hambre y no en gran obesidad, esto siendo un poco dramáticos y sarcásticos; a demás de eso, no es justo que México sea un país de obesos puesto que nuestro arte culinario contiene gran fuente de energía alimenticia y nutricional, muchos de nuestros platillos tradicionales se hacen sin grandes cantidades de grasa, nuestros descendientes los indígenas como podemos ver en la historia eran de una talla moderada, delgados, no había obesos o mínimo no tantos como hoy en día, ya que los alimentos bases eran semillas, verduras, frutas, pescado, legumbres. Los tiempos han cambiado hoy en día, es más rápido comprar una hamburguesa doble o “mega” como la publicitan, que preparar un caldo de pollo con verduras. Nuestros argumentos para no comer sano son: “no hay tiempo, el trabajo me absorbe, los niños, etc.” Justificaciones o no, nos hemos convertido en un país de pésimos hábitos alimenticios, en un país de obesos, de “fast food” y televisión. Por nuestros hábitos y desorganización, los niños de ahora no tienen una buena educación alimenticia, y los principales responsables son los padres que por vivir a prisas les dan lo primero que compran, cualquier cosa preparada en la tienda, cualquier alimento que vendan en la calle, lo que ocasiona que se perjudique la salud de los niños, desgraciadamente a futuro será mas difícil enseñarlos a comer de una manera saludable y balanceada, pues los niños, nuestros hijos o hermanos, están aprendido esos malos hábitos y esa pésima cultura.
“La
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