PANORAMA DE LA SOCIEDADES PRECAPITALISTAS Y LOS INDICIOS DEL CAPITALISMO

PANORAMA DE LA SOCIEDADES PRECAPITALISTAS Y LOS INDICIOS DEL CAPITALISMO

GARCÉS VÁZQUEZ MAURICIO

Desde la aparición del hombre, consolidado como un ser capaz de razonar, mismo que Charles Darwin denominó “Homo sapiens”, se ha demostrado por medio de la antropología, historia y arqueología la formación de sociedades con el objetivo de satisfacer sus necesidades básicas, ya que, en una primera etapa; el hombre ejercía una sola actividad de recolectar la materia natural que fungían como alimento y abrigo. El hombre en su carácter nómada, consumía los recursos de ciertas zonas geográficas y al término del temporal o escasez del alimento se veía en la necesidad de migrar hacia otro lugar en busca de alimento. Sin embargo, al tener un razonamiento natural, con el paso del tiempo, se desarrolló una transformación técnica que, consiste en el conjunto de actividades económicas relacionadas con el tratamiento del suelo. Es aquí cuándo nacen las primeras divisiones sociales del trabajo, carácter que transforma por completo el contexto social.

La transformación decisiva, la que ha de modificar toda la vida del hombre, es el invento de la agricultura y de la ganadería. Sus inicios datan probablemente de unos 15 000 años, o de mucho más tiempo, según algunos investigadores, pero sólo milenios más tarde llegan a ser la base de la vida de los pueblos más adelantados de la época. (Brom, 2003, pág. 64)

La formación de sociedades, pueblos o conjunto de personas fueron de gran importancia, ya que las actividades que ejercía el hombre, en general eran trabajos en conjunto que sostenían a través de la caza de animales, la cosecha de granos, etc. Ahora bien, se entiende por sociedad a la “Reunión mayor o menor de personas, familias, pueblos o naciones” (Real Academia Española, 1992). Por tanto, si el hombre tuvo una formación grupal, a través del conjunto de personas con el propósito del reparto igualitario del objeto, en qué momento  de la historia nace la propiedad privada, el individualismo y egoísmo que conlleva al hombre moderno.  

No obstante, la posibilidad de sometimiento es una posible manera de explotación que se abre con la agricultura y la ganadería de acuerdo con las condiciones de cada uno. Marx denominó esta etapa de la historia como “modo asiático de producción”, así pues, lo describen algunos autores como Boron, 2003, pág. 81. “El sistema en cuestión se caracteriza por la existencia de aldeas autosuficientes cuyos integrantes son dueños, colectivamente, de sus instrumentos y sobre todo de sus tierras de labor.”. Es de gran importancia analizar dicha etapa porque comprende la explotación del hombre a manos de otro hombre, suprimiendo cualquier derecho natural, que más adelante nacerían a partir de la Ilustración, por medio de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.

 Por otra parte el análisis económico de la historia tiene un impacto social en el mundo moderno; sin embargo, sería importante definir que entendemos por economía, para ello es importante remontarnos a la Griega clásica, “los antiguos griegos nos legaron la palabra economía, pero limitaron su significado a la administración de la casa”. (Ekelund, 2005, pág. 3).  La economía ha tenido una importancia fundamental en la historia del hombre, ya que ha servido como actividad humana, empleándose de manera empírica y más tarde como ciencia. La economía “es el estudio de cómo las sociedades utilizan los recursos escasos para producir bienes valiosos y distribuirlos entre diferentes personas” (Paul A. Samuelson, 2006, pág. 4).

Marx, realizó una división de la historia, lo que nombró como el “Materialismo Histórico”, se basa en la construcción de la riqueza del poder económico de los recursos naturales, es decir, entre mayor poder, mayor riqueza, lo que involucra la acumulación de riquezas y la explotación de los modos de producción.

Un claro ejemplo es la etapa imperialista que tiene sus orígenes en la edad media, en un sistema económico feudal que consiste en la distribución de la propiedad de la tierra. En su lugar el rey es depositario de todos los derechos de propiedad legal. Asignaba grandes parcelas a los jefes y nobles, éstos a su vez designaban tareas y exigían impuestos como el diezmo de las cosechas obtenidas. El producto se obtenía en pequeña escala, utilizando técnicas agrícolas relativamente primitivas. Los servicios de trabajo los prestaban los siervos vinculados a la tierra más que a la persona que lo poseía. Por tanto, el principio de organización en ambos era el rango y no el contrato. Así pues, la sociedad medieval, en cierta forma, alimentó una forma naciente del capitalismo.

Durante la fase mercantilista (1500-1800) que precede a la revolución industrial -y que por esta razón se puede considerar como una transición del feudalismo hacia el capitalismo acabado-, la monarquía absolutista del Antiguo Régimen, estuvo basada en el compromiso social feudalismo/burguesía mercantilista y en políticas de establecimiento de las primeras formas de polarización: la protección militar y naval de los monopolios del gran mercado, la conquista de las Américas y su conformación en periferias del sistema de la época (que se especializan en producciones particulares útiles para la acumulación del capital mercantil) y el trato negrero que la acompaña. (Amin).

Los imperios coloniales y la formación de los mercados mundiales se multiplicaron, expandiéndose por todo el mundo, mejorando los medios de transporte y comunicación durante los siglos XVI y XVIII. Las principales ciudades se transformaron en centros comerciales y con actividad bancaria.

El mercantilismo tuvo éxito, gracias a las negociaciones de los empresarios que presionaron a los gobiernos locales y a sus monarquías para apoyar sus proyectos de expansión comercial. Fundando así nuevas colonias, éstas se caracterizan por: Colonias fundadas por migrantes (de asentamiento) y colonias para la concentración de materias primas (comerciales). Las características del Imperio Mercantil fueron principalmente la industrial y el financiero con el objetivo de la acumulación originaria del capital y manufacturas.  

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