Paradigmas femeninos en Canterbury Tales
Enviado por Nadia Izaguirre • 7 de Marzo de 2022 • Monografía • 3.627 Palabras (15 Páginas) • 49 Visitas
Paradigmas femeninos de Canterbury Tales: voz y sexualidad
Où est donc le conte de fées quand l’être s’absente sous des masques,
des parures, des bijoux qui, réfléchissant l’éclat,
sont de véritables boucliers empêchant l’accès à l’intériorité.
Martine Yvernault,“Le personnage de Grisildis dans The Clerk's Tale de Chaucer”
INTRODUCCIÓN
En la Edad Media, la estructura social jerárquica (oratores, bellatores y laboratores), estaba atravesada por otro tipo estratificación relacionada con el género sexual. Teniendo en cuenta los trabajos y los espacios en los que participaban, es posible afirmar que los hombres estaban confinados a la esfera de lo público, y a las mujeres les correspondía el ámbito privado, y que por lo tanto, cumplían con diferentes funciones y poseían distinto rango social.
Esto se ve manifestado en el lenguaje escrito. Mientras que los vocablos que designaban al varón solían ser vir (héroe/guerrero) y homines (hombre), a las mujeres se las mencionaba como esposas, madres, hijas, hermanas, viudas y hasta concubinas, pero nunca como mulier o fémina. Los términos usados para referirse a ambos hacen hincapié en el rol que ocupaban dentro del sistema de valores medievales. Mientras que al hombre le correspondía la protección, la guerra y el vasallaje, la mujer tenía un deber puramente familiar.
En las fuentes literarias del siglo XIII, donde hubo una gran proliferación de relatos con protagonistas femeninas, encontramos condensado un complejo entramado de significaciones que construyen modelos femeninos, creando un propio sistema de virtudes y vicios que responden a dicho rol social. En este trabajo proponemos analizar la forma en la que son representadas las protagonistas de los relatos “The man of law’s Tale”, “The Clerk's Tale” y “The wife of Bath’s Tale” al rededor de los ejes maternidad y sexualidad. Estos cuentos se enmarcan dentro de la obra The Canterbury Tales escrita por Geoffrey Chaucer a finales del siglo XIV.
Para este tipo de análisis tendremos en cuenta qué voces entran en juego en la descripción de dichas mujeres y de qué manera el autor introduce el discurso referido, directo e indirecto, en cada uno de los textos.
CONSTANCE
El relato “The man of law’s” forma parte de lo que Margaret Schlauch denominó “Cuentos de Constance” y responde al modelo heroico de las “Inocentes perseguidas”. La huida como consecuencia de una serie de acusaciones es lo que determina la identidad de dichas heroínas. En este caso en particular, se trata de un triple exilio cuyo motor es el ineludible casamiento con el Sultán, que responde a la función femenina de ser hija y esposa.
Dicho cuento está narrado por el Magistrado, quien reproduce la historia que le ha facilitado un mercader. A través del discurso referido, introduce la voz de distintos personajes que serán útiles para construir la figura emblemática de Constance.
La primera descripción de la protagonista que se nos presenta es producto de la información que los mercaderes de Siria le transmiten al Sultán tras su viaje a Roma.
En ella hay una gran belleza sin vanidad, juventud sin desenfreno ni capricho; la virtud guía todas sus acciones; con su humildad pone freno a toda arrogancia; es el espejo de la cortesía; su corazón es un ejemplo de santidad y su mano es generosa repartiendo caridad (Chaucer, 58).
Constance es portadora de una doble virtud: posee los atributos corteses y las cualidades de una santa. Es bella y de procedencia noble, pero es humilde y generosa. No es irreverente, sino disciplinada y paciente. La mesura guía sus acciones y la templanza domina cada uno de sus deseos individuales.
Otro de los personajes que participa de la descripción de la protagonista es el Senador de Roma, que desconociendo la identidad de Constance le comenta a Alla lo siguiente:
(…) Dios sabe que de todas las mujeres terrenales, casadas o vírgenes, nunca vi o supe de alguna que fuera más virtuosa en toda mi vida. Me atrevería a asegurar que antes preferiría que un cuchillo le atravesara el pecho que ser una pecadora. No existe hombre que pudiera incitarla a cometer pecado (Chaucer, 68).
La santidad aparece como uno de los ideales centrales de la protagonista. En Womanliness in the "Man of Law's Tale”, la escritora Sheila Denaly afirma que Constance no es presentada en la mente del lector como una persona concreta, sino como la suma de sus características morales, y su belleza no viene acompañada de una descripción física sino que es el resultado de estos atributos.
Esta devoción cristiana que menciona el Senador se ve representada a través del uso de la voz. De las nueve veces que el autor introduce la voz de Constance a través del discurso directo, en siete la oímos rogar, rezar y hablarle a Dios para que la proteja:
Tú que tienes el poder para arrojar los demonios del hombre y de la mujer, a quien extiendes tus benditos brazos. Guárdame y dame fuerzas para remediar mi vida (Chaucer, 61).
La heroína no intenta oponerse a las fuerzas que la obligan a exiliarse, ni utilizar su ingenio para sobrevivir ante los peligros que la asaltan. Tampoco busca argumentos para defenderse de las injustas acusaciones a las que se enfrenta, sino que espera siempre a que se manifieste de forma divina su inocencia. Su supervivencia y su heroicidad se deben únicamente a su inquebrantable fe y a su vasto conocimiento cristiano.
Dicho ideal femenino trae consigo un conflicto con la sexualidad. Ésta aparece sujeta a una única finalidad, la de engendrar hijos y continuar con el linaje de Alla.
Las mujeres pueden ser santas criaturas, pero por la noche deben soportar pacientemente todos los actos que proporcionan placer a su marido, que se casan con anillos, y, de momento, deben dejar un poquito de lado su santidad. Son cosas inevitables (Chaucer, 64).
Si bien la heroína es exaltada por mantenerse casta, esta virtud se debe correr ante la licencia del matrimonio. El cuerpo femenino aparece en dicha sentencia, alienado y supeditado al marido. La sexualidad no pertenece a la mujer: ésta debe cuidarla para poder entregársela a su hombre cuando sea el momento. El placer, a su vez, no resulta unilateral: solo él aparece como agente capaz de experimentarlo. Al igual que en la “Doncella sin manos”, el príncipe se va a la guerra dejando a su mujer en el castillo con su primogénito en la panza, y la suegra aprovecha para incriminarla de parir a un monstruo. Este tópico interpela a Constance ya que cuestiona su capacidad gestante, y por lo tanto, la posibilidad de garantizar al rey una legítima descendencia. Dichas acusaciones demuestran la verdadera importancia de la unión matrimonial y la finalidad de la sexualidad, afirmando el rol materno de la mujer.
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