Percepción de la imagen pública del futbolista de mediados y finales del siglo XX comparada con la del futbolista del siglo XXI: cambios y contraste. Caso Diego Maradona
Enviado por angelviz • 23 de Abril de 2021 • Ensayo • 4.496 Palabras (18 Páginas) • 174 Visitas
Universidad Central de Venezuela.
Facultad de Humanidades y Educación.
Escuela de Comunicación Social.
Catedra: de la Industria Cultural a las redes sociales.
Profesor: López, Ociel.
Alumno: Vizcaya, Ángel.
Percepción de la imagen pública del futbolista de mediados y finales del siglo XX comparada con la del futbolista del siglo XXI: cambios y contraste. Caso Diego Maradona
Introducción
El presente texto tiene el propósito de conocer, ejemplificar y contrastar los cambios que se han dado en el marco futbolístico de finales del siglo XX y su transición al siglo XXI con las nuevas tecnologías. Centrándose, específicamente, en la figura e imagen pública del futbolista. Se tomará como ejemplo al recientemente fallecido ícono del fútbol argentino: Diego Armando Maradona.
Se implementará la abstracción de sociedad de redes, propuesta por el sociólogo Manuel Castells, como base teórica para conocer y comprender las mutaciones que ha tenido la imagen y concepción del futbolista moderno en contraste con el futbolista de mediados y finales del siglo XX.
El hombre, el fútbol y los medios de difusión en el siglo XX
Para abordar la imagen del futbolista moderno y compararla con la de El Diego, primero debemos concretar tres términos indispensables: hombre –referido al sector masculino únicamente–, fútbol y medios de difusión.
Las tres definiciones contextualizadas entre la década de los 60 y finales de los 90. Para dar nociones de cómo se concebía la imagen masculina, qué tanto importaba e impactaba el fútbol y cuál era el papel y postura de los medios de difusión respecto a las dos ideas anteriores.
Hablar del hombre, enfocado al sector masculino, obliga a definir el concepto de género. En este caso el Diccionario de Estudios Culturales Latinoamericanos, de Szurmuk y Mckee Irwin (2012), da una definición bastante útil: “Tiende a presentarse como el par complementario de, “sexo”, el cual (…) se remitiría al ámbito de la cultura, pues aludiría a rasgos construidos socialmente”.
En este sentido, el género masculino se desarrolla y relaciona por rasgos construidos en las sociedades. Rasgos que están atados a un elemento socio-histórico intrínseco. Por lo cual tenemos que entender la forma de pensar del hombre del siglo XX bajo ciertos parámetros y estereotipos propios de su época.
Como lo explica el investigador Siles, A: “Como muchos otros “genios” del siglo XX (Picasso, Neruda, Lennon, etc.), Maradona desplegó en más de una ocasión una masculinidad misógina, homofóbica, y agresiva. (…) Un hombre, a fin de cuentas, como muchos aprendimos a ser hombres todavía a finales del siglo pasado” (Siles, A. 2020, Maradona o la muerte del hombre del siglo XX. https://www.animalpolitico.com/blog-invitado/maradona-o-la-muerte-del-hombre-del-siglo-xx/). Al mismo tiempo, valores como humildad, solidaridad, valentía y coraje también eran propios del estereotipo.
Por otra parte, el fútbol ha sido, tal y como lo explica el profesor Julián Ponisio, “constituido como juego y luego como deporte, se convertiría poco a poco en un escenario muy propicio para el traspaso de significados” (Ponisio, J. 2005. El futbolista en la época de la profesionalización. Efdeportes. 10, N°83. https://www.efdeportes.com/efd83/prof.htm)
Ponisio también explica que, paralelo al auge futbolístico, nació un arquetipo de futbolista que rompía el molde de lo que hacían en el rectángulo de juego los ingleses, alemanes e italianos: un jugador talentoso, pícaro, “de barrio”; que toma el balón, dribla y define con precisión. Este tipo de jugador, especialmente el latinoamericano, animó al público emergente.
A raíz de esto último, se creó una correlación entre el gusto del público y este arquetipo de jugador. Citando a K. Marx: "El objeto de arte -como todo producto- crea un público capaz de comprender el arte y de gozar con la belleza. Por lo tanto la producción no produce sólo un objeto para el sujeto sino también un sujeto para el objeto" (Marx, K. 1974. Introducción general a la crítica de la economía política, Editorial Polémica).
Finalmente, los medios de difusión masivos se convirtieron, durante el siglo XX, en la principal fuente de información para las personas. La radio, televisión e imprenta cubrían la demanda de información y entretenimiento de acuerdo a los cánones de la época.
No profundizaremos en el concepto de medios de difusión -o comunicación- masivos puesto nos atañe es el tratado que estos tuvieron con la información futbolística durante el periodo mencionado. Sin embargo, se destaca un pequeño fragmento del portal web Wikipedia: “Los medios de comunicación de masas son solo instrumentos de la comunicación de masas, y no se refieren al acto comunicativo en sí mismo de carácter interpersonal”.
Continuando con este conjunto de ideas, los medios de difusión servían –y sirven– a intereses económicos y políticos con el fin de mantener el control social. Como comenta Posinio “se transforma cada vez más en un ambicioso lugar para que el poder hegemónico de turno pueda seguir operando. (…). En pos de afirmar sus propios intereses políticos y económicos”.
Bajo el contexto comprendido entre la década de los 60´s y 90’s, el paradigma imperante hacía que los medios de difusión prestaran mucha atención a esta ola de pasión y fervor que generó el fútbol y sus protagonistas. Siendo estos los culpables de que, en gran medida, los futbolistas tuviesen más repercusión como figuras públicas.
Se configura una estrella: El Pelusa
En 1960 nace en un barrio desprolijo de Argentina un niño, quinto hijo de ocho hermanos. Un infante que crecía en este contexto de barrio argentino, rápidamente tenía que adaptarse y entender lo que significaba “ser hombre”. Para Diego Armando Maradona estuvo claro desde el momento que pateó un balón.
Diego Maradona fue el ejemplo viviente del arquetipo de jugador que describe Ponisio. El impacto del Pelusa fue astronómico para el fútbol como deporte, pero también como negocio. Publicidad, derechos televisivos, mercancía, entradas, etc, se vieron en aumento gracias al talento derrochado por el 10 argentino. El nombre Maradona cobró un peso simbólico más allá de lo netamente futbolístico, especialmente en el corazón de los argentinos.
Para ejemplificar esto último, se evocarán los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986. En el cual, citando al periodista Daniel Pardo, “habían pasado cuatro años desde que el ejército británico derrotara al argentino en la guerra de las Malvinas/Falklands (…) Maradona les dio a los ingleses una dosis de picardía y otra de genialidad que en su país celebraron en nombre de los 700 compatriotas muertos en combate”.
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