Pobreza, Mirada Siglo 21

Si bien es cierto, la pobreza ha sido vista como un fenómeno aislado, unidimensional (hace años), en el transcurso del tiempo, se han sumado nuevas variables que han aportado valiosa información a la comprensión de este concepto de esta manera se ha desarrollado una visión más elaborada, en cuya línea base se destaca su complejidad y multidimensionalidad, en sus causas y efectos, pero además en su definición, trato y erradicación, que resulta vital para su comprensión.

Sin embargo, aún no es posible hacerle frente de una forma eficaz y concreta, quizás no erradicándola, pero al menos, disminuyéndola. De esta manera, el panorama mundial día a día, se torna más complejo. Así también se puede visualizar en nuestro país, ya que a pesar que la pobreza ha ido disminuyendo, por lo menos así lo destacan algunas estadísticas, existe aún una gran brecha entre los ingresos que reciben el decil más rico y el decil más pobre de la población. Esta brecha, más que ir disminuyendo en el tiempo, ha sucedido lo contrario, a pesar de los cuantiosos recursos que se han destinado a la población más vulnerable a través del gasto social. Es decir aquellos más beneficiados serán siempre la clase acumuladora de riquezas en desmedro de la población más vulnerable para quienes ni la ayuda del estado basta, y que se suma a esto las escasas posibilidades de desarrollo en los diferentes aspectos de la vida.

De acuerdo a lo anteriormente planteado, se presenta, lo que algunos autores podrían definir como pobreza cultural, es decir aquella situación en la cual una determinada población o grupo de individuos ve medrado o restringido su acceso a la participación del desarrollo social, diezmando su autoestima, autoconcepto, e incluso su capacidad de reacción frente a estas adversidades.

De esta manera, las culturas más pobres y perjudicadas, son tristemente las autóctonas, lo cual no es un caso local, sino mas bien global, el cual puede acusarse en ejemplos muy claros tales como las tribus indoamericanas, los pueblos indígenas sudamericanos, solo por citar algunos ejemplos más cercanos. Así como señala Pizarro (2001) Por un lado la pobreza se refiere a la escasez de ingresos monetarios necesarios para cubrir necesidades básicas alimentarias y no alimentarias en los hogares, en cambio, la vulnerabilidad social recalca el impacto que provoca eventos económico-sociales ajenos, sobre las capacidades de las personas, como lo ha sido el patrón en América Latina . Es así como los países y su gente pierden la capacidad de ingeniar y crear de forma heterogénea (interculturalidad), y se convierten en esclavos de un sistema ingrato, en el cual las personas, no son más que un valor estadístico. Es decir la pobreza se transforma en una mera ecuación, olvidando el drama humano detrás del telón. Se hace necesario un desarrollo de políticas innovadoras y concretas, capaces de no intentar lograr una

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