Problemas De Frontera Norte
Enviado por serranotania • 30 de Octubre de 2012 • 2.169 Palabras (9 Páginas) • 991 Visitas
Los primeros cien años en las relaciones Juárez-El Paso
Víctor Orozco
En 1848, se estableció la frontera entre México y Estados Unidos en la antigua villa del Paso del Norte, fundada como establecimiento hispánico casi doscientos años antes.
Inmediatamente después de fijada la demarcación internacional, se comenzó a edificar un nuevo asentamiento en la banda izquierda del Río Bravo a la que los comerciantes y agricultores norteamericanos recién llegados le llamaron inicialmente Franklin, para recuperar muy pronto su antiguo nombre castizo de El Paso. Desde entonces, entre ambas poblaciones se desplegó una complicada relación de choque y entrelazamiento a la vez. Andando el tiempo, las dos poblaciones crecerían en forma dispareja según la influencia de factores diversos: llegada del ferrocarril, guerras y revoluciones, políticas fiscales de ambos gobiernos, desarrollo económico e industrialización.
Con el corrimiento de la línea fronteriza, la villa de El Paso del Norte se transformó en uno de los principales puertos de entrada a México y su aduana en una copiosa recaudadora de impuestos para el siempre ávido y vacío erario de la federación.
Apenas unos lustros antes, en 1823, los ayuntamientos del río Bravo surgidos durante el segundo período de vigencia de la Constitución de Cádiz en 1820, habían decidido pertenecer, por voluntad propia, a la provincia de Chihuahua y separarse de la de Nuevo México.
El tratado de paz y los conflictos posteriores
A la firma del tratado de Guadalupe Hidalgo se convino en que el pueblo de El Paso del Norte quedaba en la frontera entre ambos países, aunque las coordenadas con las que se identificó su ubicación resultaron bastante inexactas.
Pero en 1853, al gobernador norteamericano del territorio del Nuevo México, contra todas las evidencias de hecho y de derecho, le plugo que la frontera corría mucho más al Sur y que abarcaba quizá otras 100,000 millas cuadradas de territorio mexicano, que eran por casualidad las mejor ubicadas para trazar el ferrocarril hacia San Francisco. Amenazó invadir y recibió una inmediata respuesta del gobierno de Chihuahua y de los vecinos de Paso del Norte.
Se organizó la defensa y a la villa llegaron las tropas con el ilustrado gobernador Angel Trias a la cabeza, quien necesitado de recursos, tomó los de la aduana y cobró a los comerciantes norteamericanos los impuestos federales, que luego tuvieron que pagarlos de nuevo en Chihuahua a los recaudadores del gobierno de Santa Anna. La Mesilla había sido finalmente vendida al gobierno de los Estados Unidos en 10 millones de pesos. Por entonces se acreditó en la villa un cónsul norteamericano, además del existente en la ciudad de Chihuahua desde 1826.
Entre 1848 y 1854 estuvo vigente la cláusula del tratado de Guadalupe-Hidalgo que obligaba al gobierno norteamericano a impedir las excursiones de indios bárbaros en México. Desde luego, nunca pudo cumplir con tal carga e incluso, para los habitantes de Chihuahua y en especial para los de la frontera fue el período en que se produjeron el mayor número de ataques apaches, con las consiguientes pérdidas de vidas y patrimonios.
Washington, recibió numerosas demandas de ciudadanos residentes en la Villa del Paso del Norte por daños en su hacienda sufridos en el lapso mencionado, entre otros la del cura Ramón Ortiz, notable e influyente personaje quien tuvo a su cargo la parroquia del lugar desde 1838 hasta su muerte ocurrida en 1896, aparte de ser dueño de un respetable hato de mulas y de tierras de cultivo.
Y México se refugió en el desierto
En agosto de 1865 arribó a la villa de Paso del Norte el gobierno republicano encabezado por el presidente Juárez y se instaló en una modesta casa que después se transformaría en el magnífico edificio de correos, en el centro del poblado, si es que se podía considerar que existía un centro, porque a la manera de todos los asentamientos rivereños, las casas se extendían a lo largo de las vegas del río.
Se advertían entre El Paso mexicano y el norteamericano, entra otras muchas diferencias, los estilos y formas de construcción. Los del otro lado del río apreciaban la madera y la piedra como los mejores materiales de construcción, considerando al modesto adobe como un signo de tosquedad e ignorancia, mientras que los de la banda derecha sabían, por la experiencia de siglos, que no existía otro material mejor adaptado al clima extremoso de la zona.
Estados Unidos la guerra civil concluía en 1865. , El Paso quedó en manos de los unionistas, a diferencia de las regiones nororientales del territorio texano, que sirvieron como el storehous de la confederación, proporcionando granos y algodón para los ejércitos secesionistas.
En Paso del Norte, Benito Juárez tuvo oportunidad de mostrar su generosidad y talento político cuando pasó por alto las ofensas del sacerdote español Antonio Borrejo, quien desde el púlpito atacó duramente a la República y apoyó al Imperio. En situación de guerra, varios le pidieron que fuera encauzado y se le aplicara la pena reservada a los traidores a la patria. Juárez se contentó con que cruzara la frontera y se instalara en San Elzeario, donde tuvo posteriormente gran influencia entre los mexicanos y como socio de políticos anglosajones.
Apenas un año antes de la llegada del gabinete republicano a la villa de Paso del Norte, una buena porción de tierras de labranza conocida como El Chamizal había quedado ubicada en la banda izquierda del río Bravo, cuyo caprichoso cauce se había movido hacia el Sur. El presidente Juárez intentó la primera reclamación para que se devolviesen los terrenos, sin que obtuviera respuesta. En 1873 una nueva creciente del rio dejó en el otro lado los terrenos de Pedro García un antiguo vecino de Paso del Norte, quien inició un procedimiento ante las autoridades mexicanas demandando su protección, sin cejar en su intento hasta que el asunto se puso en la mesa de las negociaciones diplomáticas.
Llegan los ferrocarriles y todo cambia
En 1881 llegó el ferrocarril a El Paso que sustituyó el centenario camino de caballos y carretas hacia Santa Fé y más tarde conectó a la población fronteriza con California por la ruta que se había trazado desde treinta años antes, cuando La Mesilla pertenecía todavía a la república mexicana.
El Paso, que en 1880 se componía de unas cuantas casas, comercios y el fuerte militar saltó a una bullente ciudad de casi 11,000 habitantes apenas diez años después. La contraparte mexicana, que en 1888 tomó el nombre de Ciudad Juárez, comenzó la comenzó la construcción de la línea férrea hacia el Sur, colocando un primer y simbólico
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