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Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  1.898 Palabras (8 Páginas)  •  834 Visitas

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Ana Lydia Vega: hacia los cuadernos del país natal

Por Ivette López

Una mirada en el tiempo de los ensayos y textos periodísticos de Ana Lydia Vega nos revela varios nudos temáticos que se encuentran a lo largo del quehacer literario de la escritora: el destaque del mundo cultural caribeño en tanto espacio al cual pertenecemos; la pasión por la historia en los universos literarios que configura; la categoría de género y su relevancia en el entorno cultural; la reflexión sobre el momento social y político en el que transcurre nuestro devenir colectivo; la mirada, entre gozosa y tristona, de la cotidianidad en que se inscriben nuestras acciones comunes. Tales son algunos de esos nudos que Ana Lydia Vega va apretando en sus escritos periodísticos así como en sus textos de ficción.

La ensayística de Vega se ubica, en su mayoría, en el marco del periodismo, género que cultivan varios escritores y escritoras de su tramo generacional o cercanos a éste: Luis Rafael Sánchez, Mayra Montero, Magali García, Joserramón Melendes, Sofía Cardona, entre otros y otras. Es harto conocido que la escritura periodística es con frecuencia parte de la obra literaria de los escritores, sobre todo de su proyección pública y su marco de acción en tanto intelectual. Vega publicó recientemente, bajo el sello de la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, una selección de las columnas que durante años han llegado al público lector del periódico El Nuevo Día. La presentación del libro, Mirada de doble filo, estuvo a cargo de tres escritoras: Magali García, Mayra Montero y Carmen Lugo. Las primeras dos son asiduas columnistas de periódico, al igual que Luis Rafael Sánchez, quien reseñó el texto en El Nuevo Día, el 16 de abril de 2008. Al escribir sobre el libro dice Sánchez, en alusión al escritor martiniqués Aimé Césaire y su libro de poemas, que éste es “un nuevo cuaderno del país natal” y destaca a Vega en tanto escritora “merecidamente celebrada por su reivindicación de un hacer escritural arraigado en el aquí y el ahora”. Carmen Dolores Hernández en su reseña del libro escribe sobre cómo las palabras afiladas de los textos “perforan el globo inflado de la complacencia boricua”. Magali García, en el relato ficticio con el que presentó el libro, escribe que “cien años después aún celebramos a una mujer que escribió sin temor a quemarse las alas”.

Datos de filiación

En el contexto de este nuevo libro de textos periodísticos podemos mirar hacia atrás e indagar en el inicio del trabajo ensayístico y periodístico de la autora. Uno de los primeros textos ensayísticos que, hasta donde tenemos conocimiento, publica Vega, Negritude et libération nationale dans la littérature portoricaine, de 1976, muestra una fibra que se entreteje en la totalidad de su escritura. En él, Vega enlaza la literatura puertorriqueña a un movimiento cultural de gran impacto en el Caribe: la negritud. Simultáneamente, al hacer referencia a un movimiento que se relaciona con el escritor martiniqués Aimé Césaire, sitúa la tradición literaria puertorriqueña en el entorno caribeño, alude a la negritud, establece cercanías. Apunta también a uno de los temas sobre el que volverá una y otra vez: el de la identidad nacional y su fibra caribeña.

Otro texto cercano a éste, Testimonio: esperando a Césaire o receta infalible para el punch de la pasión, de 1984, muestra también esa pasión caribeña que Vega irá desarrollando en su obra narrativa y aborda la importancia de la obra y la figura pública de uno de los escritores representativos de la negritud y pensador de la caribeñidad. Ambos ensayos me parecen emblemáticos de lo que será la obra de Vega, tanto la de ficción como su posterior labor periodística, ya que en estos textos iniciales se perfilan sus querencias y posiciones como intelectual puertorriqueña. En el transcurso de los ocho años que median entre el ensayo de 1976 y el de 1984 dedicado a Césaire, Vega ha publicado dos libros de cuentos: Vírgenes y mártires (1981) y Encancaranublado y otros cuentos de naufragio (1982). En ambos encontramos la temática que animaba sus textos ensayísticos iniciales. El segundo de estos libros destaca la antillanidad, selecciona lugares del Caribe para ubicar los relatos, urde tramas relacionadas con el espacio y la historia caribeños, presenta personajes de esos mundos.

Un texto ensayístico de 1983, El no de las niñas: transgresión y subversión en los cuentos de tres narradoras puertorriqueñas, presentado en una conferencia celebrada en la Universidad de las Indias Occidentales e incluido en el libro que recogió las ponencias, elabora uno de los temas que Vega atesora en su narrativa: el lugar de la mujer en la cultura, en particular en la sociedad puertorriqueña, la construcción del género y cómo esta categoría permea nuestras vidas. Es un tema sobre el cual la autora vuelve una y otra vez, en textos posteriores como Honor al hombre tierno, Un artículo contra natura o S.O.S Hombre. En esa misma línea se sitúa el ensayo que publica junto a Carmen Lugo Filippi: Juan Antonio Ramos, ¿escritor feminista? Encontramos aquí la temática que cruza su primer libro, Vírgenes y mártires, escrito en colaboración con Carmen Lugo Filippi y que convirtió a las escritoras en lo que Vega catalogó como “las Ann Landers del pecado”, figuras públicas a las que se interrogaba continuamente sobre situaciones amorosas y relaciones de pareja.

Otros textos tempranos, de inicios de los ochenta, conjugan ensayo y ficción: tal es el caso de De la danza al bolero o el cuento de un libro feliz, de 1982; Saludo a Juan Antonio Ramos: textimonio de un juqueo, de 1983 y Teoría y praxis de la literatura comparada: práctico manual para profesores debutantes, también de 1983 y escrito en colaboración con Carmen Lugo Filippi. Estos tres textos

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