Caso Dificil
Enviado por • 12 de Abril de 2013 • 1.813 Palabras (8 Páginas) • 869 Visitas
1.1 Punto de partida: un caso difícil
Un nieto asesinó a su abuelo para cobrar la herencia que este le cedía en su
testamento, temiendo que el anciano pudiera cambiar su última voluntad.
Descubierto el crimen, el nieto fue encarcelado y se planteó el problema jurídico
de sí tenía o no derecho a cobrar la herencia de su abuelo Aunque el testamento era
aparentemente válido y las leyes testamentarias no preveían ninguna excepción
para el caso en el que el sucesor hubiera causado intencionalmente la muerte del
testador para acelerar el trámite sucesorio, el procurador consideró que el nieto no
tenía derecho a recibir la herencia.
A continuación presentaré la hipotética
sentencia dictada por un tribunal de tres miembros para resolver la cuestión.
"En la ciudad de Macondo, a los 25 días del mes de septiembre
de 2001, se reúne el Supremo Tribunal Inventado para dictar sentencia
en el proceso incoado por el nieto asesino en el que se debe
determinar si tiene derecho a cobrar la herencia de su abuelo.
Habiendo escuchado los argumentos del procurador y de los
representantes del pretendido heredero, y habiendo recibido la prueba
aportada por las partes, los señores jueces de este Excelentísimo
Tribunal se expiden en los siguientes términos:
"El señor Juez Tomás dijo: 'Distinguidos colegas, estamos aquí
reunidos para determinar si un hombre que ha cometido un hecho
aberrante puede hacer valer un derecho que tiene su origen en tan
infamante falta. Los abogados del nieto asesino no niegan los hechos
(sobre cuya verdad real se asienta la condena penal dictada hace tres
meses en su contra), ni tampoco la intención que motivó su comisión,
esto es, la finalidad de acelerar el trámite sucesorio. Su posición se
reduce a afirmar que, independientemente del valor o disvalor moral
que merezca la conducta de asesinar a su abuelo, lo que en este
proceso se debe determinar es a quien corresponde recibir la herencia
que el muerto dispusiera mediante testamento. En este sentido afirman
que es perfectamente legítimo de acuerdo con el contenido del orden
jurídico vigente que el asesino de su abuelo pueda cobrar su herencia,
aunque el crimen haya sido cometido para acelerar el trámite
sucesorio. No existe ninguna excepción en las leyes testamentarias
que contemplen el caso y el testamento del muerto ha sido realizado
de acuerdo a lo establecido por ellas. Distinguidos colegas, creo que
es nuestra obligación, como miembros de este tribunal, ayudar a
desterrar la absurda y atroz concepción del derecho que encierra la
tesis de los abogados del nieto asesino. Esta concepción sostiene que
estamos frente a un sistema jurídico cada vez que un grupo humano
logra imponer cierto conjunto de normas en determinada sociedad y
cuenta con la fuerza suficiente para hacerlas cumplir, cualquiera que
sea el valor moral de tales normas. Esto ha generado el obsceno lema
"la ley es la ley", con el que se han intentado justificar los regímenes
más aberrantes. Desde antiguo, los pensadores más lúcidos han
argumentado para demostrar la falsedad de esta forma de entender el
derecho. Ellos nos han enseñado que por encima de las normas
dictadas por los hombres hay un conjunto de principios morales
universalmente válidos e inmutables que establecen criterios de
justicia y derechos fundamentales que forman parte de la verdadera
naturaleza humana. Ellos incluyen el derecho a la vida, a la integridad
física, a expresar opiniones políticas, a ejercer cultos religiosos, a no
ser discriminado por razones de raza, etc., a no ser coaccionado sin un
debido proceso legal. Son esos mismos criterios de justicia los que
prohiben terminantemente que alguien pueda verse beneficiado por la
comisión de un crimen atroz. Este conjunto de principios conforman
lo que se ha dado en llamar "derecho natural". Las normas positivas
dictadas por los hombres sólo son derecho en la medida que se
conforman al derecho natural y no lo contradicen. Cuando
enfrentamos un conjunto de normas, como las leyes testamentarias,
que están en oposición flagrante con algunos de los principios del
derecho natural, calificarlas de expresar todo el 'derecho' implicaría
desnaturalizar grotescamente ese sagrado nombre. Ante ellas debemos
plantearnos una pregunta fundamental: ¿estamos obligados a obedecer
las leyes que consideramos injustas por contrariar el derecho natural al
que estamos sometidos por el solo hecho de ser hombres? No siendo
las leyes testamentarias que permiten la sucesión de un criminal que
ha cometido el delito para acelerar el trámite sucesorio verdaderas
normas jurídicas, ellas son inoperantes para resolver la cuestión que
nos convoca. Al lema obsceno que dice "la ley es la ley" debemos
responder con el lema de la razón iluminada: lex iniusta non est lex
(una ley injusta no es ley). Los actos que nos ha tocado conocer
constituyen violaciones groseras de las normas más elementales del
derecho natural, que es un derecho que existía tanto en el tiempo en
que tales actos fueron ejecutados, como existe ahora y existirá
eternamente. Es así que resulta absurda la posición de los abogados
del nieto asesino que insisten en que considerar que su representado
no tiene derecho a cobrar la herencia de su abuelo implicaría aplicarle
retroactivamente una ley que no existía cuando ocurrieron los hechos
que originaron la apertura del proceso sucesorio. Hay una ley eterna
que prohibe obtener beneficios de la comisión de un crimen,
cualquiera de nosotros puede conocerla con el sólo auxilio de la razón
casi tan bien como el contenido de nuestros códigos, por ello es esa
ley la que debemos aplicar si consideramos que el nieto asesino no
tiene derecho a cobrar la herencia de su abuelo. Voto, por lo tanto, por
que se rechace la solicitud de los abogados del nieto asesino,
declarando que no tiene derecho alguno sobre la herencia que su
abuelo le legara en testamento".
"El señor Juez Hans dijo: "Comparto las valoraciones morales
que el distinguido juez preopinante ha hecho de los actos sometidos a
la consideración de este tribunal supremo.
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