Caso Dificil

CASO DIFÍCIL

“El señor juez Rafael dijo: “De los argumentos presentados por mis dos compañeros colegas me permito decir que en cierta medida sus proposiciones son aceptables y en cierta medida las comparto, debido a que basan su posición en dos formas distintitas pero igualmente validas de encarar el Derecho, una visión naturalista y otra apegada al positivismo jurídico respectivamente. Pero no estoy de acuerdo del todo en sus argumentaciones, nos encontramos frente a un caso difícil que nos presupone un análisis objetivo del mismo, de las leyes aplicables a este, y no solo leyes abordándolas como escritas estrictamente; sino de normas de conducta y costumbres jurídicas que hacen parte de nuestro ordenamiento jurídico, del deber que como jueces tenemos de dar un fallo, debemos entonces interpretar el Derecho mismo para dar una decisión integradora de la encrucijada que nos plantea este caso singular y sentar un precedente respecto a este problema. Si bien las leyes testamentarias no preveían ninguna excepción respecto al asesinato del testador por parte del sucesor para acelerar el proceso de sucesión, nos enfrentamos ante un hecho que podría ser calificado como aberrante que en cualquier caso alteraría la regular relación entre individuos de una sociedad, esto entendido como la finalidad misma del Derecho. El ordenamiento jurídico nos está constituido por una suma mecánica de textos legales, no es como pudiéramos creerlo, una masa amorfa de leyes, todo orden jurídico está integrado por una complementariedad de normas y reglas escritas y no escritas, estas últimas en ciertos momentos entran a hacer parte del ordenamiento en el mismo momento que sean necesarias o que exista un vacío legal. Es nuestro deber como jueces garantizar la correcta administración de justicia y por esto no comparto en total medida la posición del juez Tomás al basarse expresamente en el derecho natural y en cierta forma contrariar a la misma ley en su argumento, ni la del Juez Hans al apoyarse solo en la ley tácitamente escrita dejando de lado la verdadera noción de justicia. Si bien al nieto ya se le impuso una pena por su delito de homicidio y aquí se nos indaga es si es pertinente o no el derecho de este a la herencia que le ha dejado su abuelo, así haya cometido el ilícito de asesinarlo y que este hecho pueda ser considerado anti ético, debemos sentar un precedente en estos casos particulares donde la ley misma es dudosa para así salvaguardar el bien común de la sociedad, que es el fin mismo del Derecho y evitar que cometer daños a otros para beneficio propio sea el común denominador de nuestra sociedad. Dado que el caso del nieto que asesina a su abuelo para cobrar una herencia viola las normas más elementales del derecho mismo y de nuestra constitución política, norma de normas que garantiza el derecho a la vida y acogiendo los principios que rezan así respectivamente: “Las leyes deben concordarse unas con

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