RELACION FACILITADORA Y PEDAGOGIA

RELACIÓN FACILITADORA Y PEDAGÓGIA

El objeto de estudio en la pedagogía han sido siempre los procesos de aprendizaje interactivos que se llevan a cabo entre el individuo y su entorno, el cual está delimitado por la existencia de una cultura que poco a poco se va haciendo propia. En estos procesos interactivos el aprendiz se manifiesta como la fuente y centro principal de desarrollo, y el facilitador, a diferencia del papel tradicional del profesor, actúa como el agente que orienta el desarrollo y el perfeccionamiento del ser humano, lo anterior siempre desde el acompañamiento como un consejero, amigo y guía. [pic 1]

El facilitador en la pedagogía se iguala al estudiante, invita a la reflexión de las fallas y a fortalecer el crecimiento con base en el aprendizaje obtenido, encontrando siempre en cada nivel de desarrollo alcanzado el resultado y el punto de partida para los aprendizajes continuos que el sujeto adquirirá en su vida,  y en donde los resultados de la relación facilitadora se verán expresados en las habilidades, conductas, conocimientos, valores y destrezas aprendidos a través del estudio, la instrucción, la experiencia, la observación y el razonamiento.

En un gran número de trabajos pedagógicos, aprender se limita a la adquisición y modificación de conductas, haciendo especial énfasis en el ambiente y en la organización de influencias externas, y en otros trabajos, para algunos autores, consiste en un proceso en el que se desarrollan conocimientos, perspectivas y formas de pensar, en esta concepción el énfasis se encuentra en la actividad mental que organiza y construye. Sin embargo, el aprender no puede reducirse al desarrollo del saber o a un proceso de adaptación a la vida. Desde el enfoque pedagógico el aprender es un proceso permanente de cambios, en donde el facilitador permite que los individuos tomen sus propias decisiones, facilita el poder localizar la información y su utilización, fomenta la investigación y el trabajo grupal, así como la colaboración, apoyo, integración y amistad. La relación facilitadora en este proceso activo, personal, de construcción y deconstrucción de conocimientos, de descubrimientos del sentido personal y del significado vital que tiene el conocimiento, permite aprender de las diferentes capacidades que poseen los seres humanos que se encuentran en nuestro entorno inmediato.  

Lo anterior nos conduce a la comprensión del sentido de la enseñanza y el aprendizaje junto al desarrollo personal, y por lo tanto, al proceso de la relación facilitadora como eje primordial del proceso enseñanza-aprendizaje, relación que demanda la búsqueda de acciones educativas, formativas y de intervención promoviendo la participación activa del estudiante y la integración consciente de su proceso de desarrollo integral.[pic 2]

La educación para la vida ó pedagogía del ser, se inclina al desarrollo integral de la personalidad, de las potencialidades del hombre y de la plenitud humana (Torroella G., 2003), el autor  centra su enfoque en el alumno, donde el proceso de la relación facilitadora invita al educador a dejar de lado su papel tradicionalista como actor principal del proceso educativo y buscar promover en este enfoque: el respeto, la aceptación y el amor al educando como actitud fundamental. Como se mencionó anteriormente, la relación facilitadora deberá siempre promover la libertad y la espontaneidad de tener iniciativa,  de expresarse y de elegir.

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