Reforma Laboral

UNA REFORMA LABORAL PARA LOS JOVENES

México necesita impulsar las reformas que lo consoliden como una nación competitiva y generadora de bienestar.

Esta ha sido la meta y son muchos los factores que han impedido alcanzarla. Soy un convencido de que será a los políticos de nuestra generación a los que se les exijan cuentas sobre el avance o retroceso de estas políticas que aún no ven la luz. Un ejemplo de este proceso inconcluso es el que se refiere al tema laboral. Más allá de proponer un nuevo modelo de relaciones entre patrón y trabajador, los legisladores debemos ver este problema de manera integral.

Nuestros jóvenes quieren trabajo formal, digno, bien remunerado. En México, una de cada tres personas en la población económicamente activa (PEA) tiene entre 14 y 29 años, pero más de la mitad de los 2.4 millones de desocupados son jóvenes. Tan sólo en el segundo trimestre de este año la tasa de desocupación nacional fue de casi 5%, pero la de los jóvenes casi se duplicó: 9.25%. Y hay otro sector de nuestra población con mayores problemas para acceder al mercado laboral: el de las mujeres, que representan sólo el 38% de la PEA, a pesar de que son más de la mitad de la población en México.

Gran parte del problema reside en nuestro actual marco normativo. La Ley Federal del Trabajo data de 1970. En más de 40 años México y su población han cambiado pero las reglas del juego en materia laboral no. Hay un desfase entre la norma y la realidad, lo cual contribuye a frenar la productividad, competitividad y generación de empleos. No obstante, México tiene una nueva oportunidad para cumplirle a los jóvenes. La ha puesto sobre la mesa el presidente Calderón, con una iniciativa de reformas a la Ley Federal del Trabajo, utilizando la modalidad de iniciativa preferente, a fin de que se dé prioridad a este tema que resulta vital en el paquete de reformas pendientes. Inmediatamente la Cámara de Diputados asumió el reto y los diputados tenemos 30 días naturales para discutirla y votarla.

Esta iniciativa, que no implica cambios al 123 constitucional, concilia y rescata inquietudes de muchos sectores de la sociedad y, sobre todo, busca poner a la vanguardia nuestra legislación en materia laboral. Enuncio algunos de los puntos más relevantes de esta reforma: establece nuevas modalidades de contratación con salario, prestaciones, seguridad social y antigüedad, las cuales permitirán acabar con el absurdo de no tener empleo por no estar capacitado y no tener capacitación por no tener empleo; regula la subcontratación de personal; tipifica como delito el trabajo de menores; fortalece los derechos de la mujer; hace obligatorio rendir cuentas de ingresos y destino de cuotas sindicales, lo cual redundará en beneficio de todos los trabajadores.

Siempre habrá quienes no estén de acuerdo con estas transformaciones, sea por cuestiones

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